El lobo a muerto (parte I)

111 9 0
                                    

"El demonio del mal es uno de los instintos primeros del corazón humano."

Edgar Allan Poe

La oscuridad había caído sobre las cabezas de los hombres de Daggorhorm.

Ya no había vuelta atrás...

Habían dejado el calor de sus casas, la seguridad de sus camas, les habían dicho adiós a sus seres queridos, por si, no los volvían a ver.

Habían marchado cómo héroes... o como insensatos.

Para proteger su pueblo, a sus gentes, su orgullo, y su libertad.

Habían cruzado el bosque de Raven Hood y el riachuelo.

Habían tomado el camino de las montañas hacia...

El monte Grimmor.

La guarida...

....del lobo.

Pretendían acabar con el miedo.

Pero eso...

...es imposible.

Pues el miedo se mete en tu corazón y lo corrompe, como un gusano corroe una manzana fuerte o como la peste deshace las carnes más sanas, va ganando lentamente.

Tus miedos...

..te destruirán.

Eso siempre decía la abuela de Valerie.

Un hombre solo es hombre si sabe dominar al demonio que hay en él.

Un poco drástico, pero cierto como que el sol saldrá mañana.

El frío azotaba los rostros masculinos de aquellos hombres que habían decidido arriesgar su vida para que otras vivieran en paz.

Armados con picas, palos, hachas de leñadores, antorchas.

Pero lo único que realmente vale la pena de eso...

Es su valor.

Pues sería pecar de incrédulo pensar que un grupo de aldeanos puede acabar con una criatura venida de las profundidades del mismo infierno.

Pero.. La valentía nos ciega, y somos humanos, criaturas imperfectas que osan desafiar a lo natural.

Eso nos hace muy poco inteligentes.

Y el lobo, lo sabe.

El monte Grimmor es una montaña situada a las afueras del bosque de Raven Hood.

Es una montaña alta y casi siempre helada en invierno.

Pero tras ella se encuentra algo qur muy pocos de Daggorhorm han llegado a ver.

El mundo, más allá de la aldea.

El monstruoso gigante saludaba a los hombres que por el trepaban luchando con el viento que azotaba sus rostros.

Alguien iba a morir esta noche.

¿Pero.....

quién?

La sangre se podía oler en el aire, resquicios de lo que era convencimiento y ganas de revancha de habían convertido en miedo, y resignación.

Pues ya era tarde para echarse atrás.

Habían venido con un objetivo.

Matar al lobo.

Los Lazar lideraban el pequeño grupo de valientes allí presentes.

Las antorchas iluminaban el camino de la gran cueva, el silencio solo era cortado por los silbidos del viento cortante que anunciaba malos augurios esta noche.

El suelo estaba embarrado y la profundidad que avecinaba la oscuridad prometía la entrada al mismo infierno.

Besos en los crucifijos no salvarían a esos pobres hombres de una bestia de carne y hueso.

Se mantenían unidos.

Hasta que, la suerte quiso volverse caprichosa.

Una bifurcacion y pocos hombres en un mismo grupo.

Peter tomó la iniciativa, pero un brazo lo detuvo.

-No. Debemos permanecer juntos- Henry Lazar, quizás el más sensato, a quien todos confundían con el más cobarde, pero ¿cuál es la diferencia realmente?

Una mirada a los ojos del hombre al que le han prometido la mano de su amada, eso bastó para que la cordura abandonara la cabeza de Peter.

Los leñadores, fieles hombres a sus compañeros, siguieron al muchacho ciegamente, algo les decía que la valentía en ese muchacho podría salvarles el cuello ese día.

Quizás... No se equivocaran.

Henry Lazar acompañado de su padre Adrien Lazar tomaron el camino de la derecha.

Un silbido del viento chocando contra las húmedas paredes de roca caliza apago una antorcha.

Después de eso, solo se oyeron gritos.

¿A quién tienes miedo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora