¿A quién tienes miedo?

Una despedida, un compromiso y la caza (parte 1)

Holaaaa, aquí os dejo una foto del pueblo de Daggorhorn espero os guste un beso!!!

La puerta se abrió suavemente, y entraron Henry Lazar y su padre, Adrien Lazar en la casa demasiado pequeña para tanta gente.

Valerie corrió a la buhardilla donde solía dormir con su hermana, huyendo de la mirada de él muchacho y la situación tan incomoda después de la revelación de la señora Lazar.

Pero Suzette no tardó en subir en su busca.

Se sentó al lado de su hija, inspirando fuerte.

Los acontecimientos ocurridos no eran algo fácil de llevar, y ninguna madre debería enterrar a su hijo, pero ella era una mujer fuerte, había sacado a su familia adelante, siendo casada a una temprana edad, despojada de sus sueños, y entregada a su familia.

Ella no permitiría que su hija pasara por lo mismo, la casaría con in buen hombre, que pudiera darle una vida cómoda y agradable.

Le daría a Valerie eso que no pudo darle a Lucy.

-Es tu prometido ahora, intenta ser más amable- suspiró, su hija también estaba pasando por muchas cosas, perder a Lucy no había sido algo fácil para Valerie.

Y ahora, la prometían con un extraño.

Pensó en ella, en cuando una vez, fue la joven de cabellos miel anaranjados rebelde e inquieta, enamorada, que casaron con otro hombre.

-..yo tampoco quería a tu padre cuando nos casamos..., estaba, enamorada de otro hombre- miró los ojos verdes vacíos de su hija, rojos de la pérdida, no sólo de su hermana, sino de su libertad- pero al final llegue a quererle.

Valerie contempló los ojos azules que la observaban desde abajo, mientras las muchachas intentaban llamar en vano la atención del joven más cotizado de la aldea.

Pero él solo tenía ojos para Valerie.

Siempre había guardado su atención a ella, desde niño, triste al ver como esa pequeña y risueña niña correteaba de un lado a otro con Peter.

-Cesaire, ven con nosotros a la taberna, dejemos a las mujeres llorar en paz- dijo Henry sabiendo que Valerie necesitaba un poco de tiempo a solas, sabía de su naturaleza libre, esto era demasiado para ella.

Pasado un rato llamaron a la puerta, Suzette se apresuró a abrir, ya había venido medio pueblo a expresar sus condolencias por Lucy.

El párroco, el panadero, los Lazar, toda la aldea.

Pero quién vio a través de la mirilla corredera de la puerta le impresionó.

Llevaba una vela en las manos, pequeña, a modo de respeto.

-He venido a presentar mis respetos- dijo el muchacho.

Pero Suzette se mostró a la defensiva, intentando proteger a su única hija de la única persona capaz de corromperla y estropear su prometedor futuro con el joven Lazar.

- Sé muy bien a lo que has venido, ya he perdido una hija, Valerie es todo lo que me queda- dijo tratando de hacer comprender al muchacho.

-Tengo un empleo, el mismo que su marido- dijo el chico defendiendo su postura, y la dignidad del trabajo que también tenia el cabeza de familia.

- Sé muy bien cuanto gana un leñador, Henry es la única posibilidad de que tenga un futuro mejor, si de verdad la quieres, la dejarás en paz- dijo tajante cerrandole la puerta al muchacho en la cara.

Pero sus palabras habían calado en el muchacho, tenía que dejarla ir.

Mientras tanto, en la taberna del pueblo, los hombres se reunían para ahogarse en alcohol.