Vente conmigo (parte II)

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Atrás había quedado la tristeza, pues el amor, altera tu corazón, nubla la vista tmy solo deja espacio a un mundo de hermosura y belleza.

Así se sentía Valerie.

Así se sentía Peter.

Enamorados.

Y felices.

Valerie caminaba descalza por las brasas mientras daba pequeños gritos y sonrisas al participar en los juegos de la fiesta.

Todos se divertían.

Mientras tanto, en la puerta de la aldea, el pequeño Clodd Sparks de alejaba de la fiesta.

Era un chico de cabellos naranjas y piel blanca.

Hermano de la dulce Roxanne e hijo de la dueña de la taberna del pueblo.

Clodd era algo especial, algunos lo calificaban de estúpido, pero simplemente era un chico diferente, que amaba las flores, y aquello que califican de misterioso.

Su hermana era como su madre, simplemente por qué su madre lo despreciaba.

Es duro que tu madre no te quiera, este chico tan especial era despreciado por todos en el pueblo.

Y esque lo diferente, se rechaza.

Clodd estaba emocionando con un juego de naipes, un comediante ambulante obsequio al chiquillo.

Enrealidad, no era un chiquillo pero si tenia la mente de uno, en Valerie despertaba cierta ternura.

El chico se acerca con paso lento al guardia africano de la puerta.

El chico se desliza asustadole mientras le saca una carta de la oreja.

El hombre se asusta y saca su espada.

-Menudo truco- dice el chico retrocediendo sonriente por haber asustado al guardia.

-Impresionante...- dice el padre Solomon con una mirada inquisidora y penetrante. Saliendo de las sombras.

El chico retrocede asustado.

Su hermana Roxanne aparece y se lleba a su hermano.

-Vamos a la fiesta Clodd- dice ella con la voz impregnada de desconfianza hacia el padre Solomon.

Sin embargo, el viento atizante congela la sangre de los aldeanos, momentáneamente, por el miedo.

Como un presagio de que algo..se acerca.

Y de entre las sombras.

¡Apareció el lobo!

Pocos lo habían visto en persona pero eso fue suficiente para que se desatara ... el pánico.

La bestia saltó y de un zarpazo el alguacil cayó al suelo con un charco de sangre alrededor.

La gente corría y gritaba, los cuerpos de los aldeanos más desafortunados teñian la piedra de la plaza.

-¡Rápido! ¡A la iglesia!- gritaba el guardia africano hacia la despavorida gente que no sabia donde huir.

Pero Valerie solo podía pensar en una cosa..

"Peter..."

Valerie cogió a Roxanne de la muñeca y corrió con ella entre las calles.

Tenían que encontrar un lugar seguro.

Mientras tanto, los soldados del padre Solomon disparan sus ballestas en dirección al enorme ser que con sus ojos rojos y sus dientes afilados custodiaba la plaza.

¿A quién tienes miedo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora