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"Y últimamente

ni siquiera quiero llamarte <cariño>

(...)

Cariño, ahora se siente como...

Se siente como si a ti no te importara

¿Por qué no reconoces

que soy muy rara?


(...)

No me hagas contar todas las razones

para quedarme contigo.

No hay razones...

(...)

No voy a rogarte,

no dejaré que me

hagas llorar"

Rare-Selena Gomez


💟💟💟


La vampiresa estaba oculta entre las sombras, escuchando a través de la ventana. Tenía un presentimiento clavado en el pecho, que no se iba ni disminuía desde que escuchó llorar a su alma gemela. A partir de ese día había estado yendo toda la semana para asegurarse de que las cosas anduvieran bien, y así parecía. YongSun no había vuelto a llorar por el período de al menos una semana, tiempo durante el cual su marido durmió diariamente en casa. A excepción de la noche anterior.

Byul escuchaba cómo la familia estaba en la cocina cenando entre un silencio casi total, el cual sólo era interrumpido por constantes comentarios aleatorios por parte del niño, que hablaba sobre el examen que había tenido ese día y en el que, por cierto, había obtenido excelentes resultados. También había ocasionales respuestas cortas de su padre.

-DakHo. Ve a tu habitación. -ordenó su madre cuando vio que hubo terminado su cena. Era la primera vez en la noche que ella hablaba.

-Pero todavía no quiero dormir... Papá me prometió que veríamos una película... -renegó el pequeño.

-Dije que vayas a tu habitación. -respondió Yong con firmeza y clavando la mirada en su marido.

El niño miró a su padre.

-Obedece a mamá, campeón. Mañana veremos esa película, ¿está bien? -instó con una pequeña y cálida sonrisa.

DakHo dudó un minuto. -Está bien... -dijo con resignación. Se acercó a su madre para besar su mejilla y repitió la acción con su papá. -Buenas noches. -dijo desde la puerta de la cocina mientras salía rumbo a su habitación.


*Esa mañana*

YongSun y su hijo estaban sentados a la mesa. Estaban terminando de desayunar mientras llegaba la hora de llevar al pequeño a la escuela.

JiHo entró por la puerta principal puesto que esa noche había dormido fuera. Vestía con su usual estilo de traje, llevaba su cabello bien peinado y estilizado perfectamente con gel, aunque con algunos cabellos rebeldes que se negaban a acomodarse. -Buenos días, familia. -saludó y se acercó para besar la frente de su hijo, el cual comenzó a platicarle emocionado que ese día tendría un examen que le entusiasmaba mucho, puesto que significaba la oportunidad de participar en una competencia de conocimientos generales. -Eso es fabuloso, mucha suerte con eso, Dak. Aunque todos sabemos que no la necesitas. -añadió guiñándole un ojo al niño, haciéndolo sonreír feliz.

-Ve a cepillar tus dientes, mi cielo. Por favor, date prisa o se nos hará tarde. -indicó su madre y el pequeño obedeció.

Una vez se hubieron quedado solos, JiHo se acercó a su esposa para besarla, pero ésta se apartó con disimulo.

-Creí que tenías que ir a trabajar temprano, no te esperabamos hasta en la noche. -dijo ella con un deje de frialdad oculto tras un tono amable y cariñoso.

-Voy de camino a la oficina, sólo llegué de paso porque olvidé un folder con documentos que iba a necesitar hoy. -respondió apurado y tomó, por la barbilla, el rostro de la rubia antes de besarla, sin darle oportunidad de evitarlo. Acto seguido se fue directo hacia su propia habitación para buscar el dichoso folder.

YongSun permaneció inmóvil mirando en la dirección por la que su marido había desaparecido. Durante ese rato, ni durante el camino a la escuela podía sacar de su mente la imagen de las rojas marcas en el cuello de su esposo, la cuales éste ni siquiera se había preocupado en cubrir.


El silencio que quedó después de que DakHo fuese a dormir, estremeció incluso a Moonbyul, que continuaba escuchando al otro lado de la ventana.

-¿Pasa algo, cierto? Siempre te pones así cuando estás de mal humor. -adivinó JiHo. -¿Qué es esta vez?

Yong negó mirándolo. -Que cinismo el tuyo.

-¿Qué?

-Una cosa es que yo finja no saber lo que está pasando, pero otra es que tú me creas tan estúpida como para tener el descaro de ni siquiera disimular. Tengo suficiente dignidad como para no soportar eso.

Su marido la miró con una expresión llena de confusión. -Cariño, no te enojes, pero no tengo idea de qué rayos estás hablando.

-Estoy hablando de las marcas en tu cuello. -respondió cortantemente la rubia.

-¿Qué?

-¿Acaso no sabes decir otra cosa? -dijo ella comenzando a desesperarse, pero sin gritar para que su hijo no les llegara a oír. -¿O vas a decirme que ni siquiera te habías percatado de ellas?

Efectivamente, así era; no obstante, JiHo no tuvo el valor para admitirlo.

-Yong, amor... -dijo poniéndose de pie y yendo hacia ella. -¿Has estado tomando bien tu medicamento? Me preocupa que estos delirios sean señales de una posible recaída, ¿debería llamar al psiquiatra? -Se acercó para acariciar su cabello, su esposa no se lo impidió, simplemente lo miró incrédula.

-Nunca he estado más cuerda que en este momento.

-Mi vida, no es lo que crees. Sabes que soy alérgico a los mosquitos, por eso sus picaduras me quedan así. -explicó con tono relajado.

-¿Sí? -preguntó ella sin creerle una palabra. -¿Y cómo se llama el mosquito? ¿Lee JiEun? -JiHo se congeló ante la mención del nombre. -Sí, lo sé todo. No debería sorprenderte. -Él permaneció en silencio. -No voy a pedirte explicaciones puesto que no me interesa escuchar tus excusas. Simplemente no quiero seguir con esto. -suspiró y se tomó unos minutos para continuar. -Quiero el divorcio.

Su marido, que hasta entonces había mantenido la mirada levemente baja, levantó rápidamente su rostro, para verla a los ojos. -Esa es una decisión un poco precipitada, ¿no crees?

Ella negó. -Para nada. A decir verdad llevo más de tres años considerándola. Si no había dicho nada era por el bien de nuestro hijo, pero todos tenemos un límite, JiHo. Tú has llegado al mío y creeme que traté de soportarlo lo más que pude. -Dijo desviando su mirada. Su marido trató de tomar su mano, pero ella la retiró rápidamente. El silencio se volvió incómodo a pesar de que fue medianamente corto.

-Lo siento, pero mi respuesta es no.

Continuará...

Bright side of the sun (Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora