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"No sé si tu corazón está cerrado,

pero ahora sé qué debo hacer,

no quiero que me decepciones.

Sí, sé que es un accidente,

no es tu culpa.

¿No lo sabes?

No creo que lo sepas

(...)

Dímelo honestamente.

Cariño, sólo quiero saber quién eres...

No es un accidente,

es tu culpa.

Sí, tú lo sabes.

Tú ya sabías sobre esto... "


Accident-WOODZ


💟💟💟


-¿Vas a matarme?

El recuerdo se presentaba claro en su mente, era como una película, pero dónde ella era protagonista. A pesar de su estado, era consciente de su realidad. Se había desmayado y aunque su cuerpo no reaccionaba, su mente estaba despierta, desbloqueando aquel recuerdo.


-Por supuesto que no, si quisiera eso lo habría hecho desde hace 18 años. ¿Te preocupa que pueda atacarte ahora?...

"¿18 años?" ¿Hace cuánto tiempo se supone que conocía a aquella chica? No recordaba haberla visto antes, al menos no en la realidad.

La luz de la luna creciente les hizo compañía durante ese momento de silencio, en el que sus ojos quedaron atrapados por la mirada contraria.

Estaban en aquel lugar que ya una vez había soñado, pero en esta ocasión, el rostro de la chica era claro y perfectamente reconocible: se trataba de su vecina.

-No... -respondió finalmente la rubia. -Confío en ti...

Byul sonrió como si la chica hubiese dicho lo más bizarro del mundo. -No hace ni una semana que me conoces, ¿cómo puedes decir que confías en mí?

Eso era justo lo que la rubia se preguntaba en ese momento. ¿Cómo había podido decir que confiaba en ella si ni siquiera sabía quién era?

YongSun se sonrojó al ver la sonrisa de la pelinegra y trató de sostenerle la mirada. -Hay algo en ti que me hace confiar... No puedo explicarlo, sé que no te conozco, pero siento como si lo hiciera de toda la vida... No te tengo miedo, sé que no me atacarías...

Lo peor era que en su presente se sentía justamente así... Había visto a la pelinegra por menos de un minuto, pero, de cierto modo, sentía que la conocía desde siempre y que podía confiar ciegamente en ella... Lo cual era poco razonable teniendo en cuenta que en su conversación estaba claro que ella podría ser peligrosa.

El recuerdo se cortó, hubo un hueco en el que la rubia sólo vio oscuridad y escuchó silencio, parecía que su cerebro aún estaba bloqueando partes de sus recuerdos. Poco a poco, su vista volvió a aclararse y ella pensó que estaba despertando, pero no. Seguía dentro del recuerdo.

YongSun miró el rostro de la pelinegra, muy cerca del suyo. Mientras el tiempo pareciera haberse detenido, sus ojos brillaban, obteniendo un efecto de color rojo; éstos estaban clavados en su labios. La negra cabellera caía por un lado de su cabeza, rosando en la mejilla de la humana, quién miró al fondo la luna creciente brillando con intensidad e iluminando el momento. SU momento. Su vista se desvió regresando inevitablemente al rostro frente a ella, bajó hasta los labios y como si estuviese bajo una poderosa hipnosis, posó sus manos en las mejillas de la chica para acercarla y terminar con el poco espacio que aún había entre sus labios...

YongSun finalmente recuperó la conciencia, se aseguró de eso cuando abrió los ojos y se vio en su habitación, recostada sobre su cama y con su marido sentado a su lado. Volvió a cerrar los ojos, puesto que la tenue luz le molestaba. Poco a poco volvió a abrirlos y entonces se percató de que a los pies de la cama estaba ese chico castaño: Chris. A su mente vino el recuerdo de hacía un rato, cuando fueron a presentarse. Vio la imagen de Moonbyul detrás de ese muchacho antes de que ella se desmayara, después pensó en el recuerdo que acababa de recuperar... Aquel dulce beso... Se relamió los labios y se enderezó despacio, buscando a la pelinegra.

-Yong, ¿estás bien? -Preguntó JiHo, a lo que su esposa asintió.

-¿Dónde está? -Cuestionó con un hilo de voz, evitando responder vocalmente al cuestionamiento.

-¿Quién? -Dijo su marido, mirándola extrañado.

YongSun entonces dirigió su mirada a Chris. -La chica...

-Oh... Byul... Ella tenía algo urgente que hacer, pero me pidió que me asegurara de que usted estaba bien. -Se excusó el muchacho. No iba a decir que, en realidad, la pelinegra no había querido quedarse ahí porque le incomodaba la cercanía de tantos humanos (en especial la de su marido) y que había ido a la isla para hablar con el líder del clan.

-¿Por qué te da curiosidad saber dónde está la vecina? -preguntó JiHo, curioso.

-Pues... Me desmayé en su casa, así que quería disculparme con los dos por haberlos preocupado... -Inventó.

-Descuide, señora Kim... -Respondió el licántropo. -No debe disculparse, aunque de igual forma le trasmitiré sus disculpas.

-Por favor, deja de llamarme "señora Kim" Sólo YongSun, ¿sí?

-¿Eso estaría bien? -Cuestionó el castaño, apenado.

-Sí, te lo agradecería. -Añadió con una pequeña sonrisa y miró a su marido, volviéndose su expresión seria. Sin que se dieran cuenta, comenzó a tensarse el ambiente a su alrededor, por lo que Chris se disculpó alegando que ya debía irse y salió apresurado de la habitación.

-¿Ya te sientes mejor?- Preguntó nuevamente JiHo.

-Sí. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en la oficina.

-Cuando te desmayaste, los vecinos te trajeron aquí y me llamaron. DakHo les dijo cómo contactarme. También llamamos a un doctor para que viniera a revisarte, se fue hace un rato. -Explicó. -Dijo que no era nada grave, que pudo sólo ser una disminución en tu presión arterial. ¿Comiste?

-Sí, lo hice.

-Lo supuse... También el médico sugirió que te hicieras una prueba para descartar un posible embarazo.

La rubia asintió. -¿Y DakHo? ¿dónde está?

-En la sala, lo envié ahí en cuanto el doctor llegó. Descansa un poco y dejaré que venga a verte, está preocupado... -Dijo él, poniéndose de pie, se volvió a inclinar despacio para dejar un beso en la frente de su esposa, gesto que ella no evitó, pero al que tampoco reaccionó.

-Esto no puede ser una coincidencia... -Murmuró la rubia una vez que se quedó sola. -¿Será posible que ella y la chica en mis sueños sean la misma  persona? No entiendo qué pasa... ¿ya nos conocíamos... Seguramente ella debe de saberlo... ¿Debería preguntarle? -Los pensamientos continuaron, las preguntas le atormentaban, la intriga le inquietaba. Pronto una paz la dominó al pensar en su último recuerdo... Se sentía tan real... No sólo el beso, sino el amor que sintió cuando sus labios conocieron los de la pelinegra... Anhelaba hacerlo otra vez.

¿Eso tenía alguna lógica?

Por supuesto que no.


Continuará...

Bright side of the sun (Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora