2

896 130 23
                                    

"Escuché que tus sueños

se hicieron realidad,

supongo que él te dio cosas

que yo no te di

(...)

Odio aparecer de la nada

sin haber sido invitada,

pero no puedo alejarme.


(...)

Tenía la esperanza


de que vieras mi cara

y que recordaras que

para mí

no se ha terminado...

Someone like you-Adele
(Cover por V)


💟💟💟


-¡Mamá! -gritó el pequeño, a pesar de que Byul se había acercado a gran velocidad, no alcanzó a cubrir la pequeña boquita antes de que gritara.

-Shh. No grites, niño. -reprendió la vampiresa una vez hubo silenciado al pequeño. -No voy a hacerte daño, pero nadie puede saber que estoy aquí.

DakHo forcejeó un poco, pero luego miró a Moonbyul, analizándola, y vio que sus ojos tenían un brillo especial, que le hizo sentir una extraña confianza hacia la desconocida.

-¿Dak? ¿estás bien? -se escuchó la voz de YongSun subiendo por las escaleras hacia la habitación.

Al ver que el pequeño ya no iba a gritar, Byul lo soltó despacio. Su corazón dio un brinco al escuchar tan cerca la voz de su sol, después de tanto tiempo. Miró al niño y le susurró un "no le digas" su mirada se clavó en el armario y con una sonrisa divertida se escondió dentro. El lugar era más amplio que el que Yong había tenido en su habitación, pero también estaba más desordenado y lleno de juguetes amontonados en el suelo. Escuchó la puerta de la habitación abrirse.

-¿Qué pasó ¿por qué gritaste? -dijo la rubia, con un deje de preocupación y entró a la alcohoba mientras examinaba alrededor.

-¿Lo hice? -preguntó mientras pensaba qué responder y su madre le dedico una mirada cargada de ironía. -Oh, claro. Lo hice... -rió. - Es que... Es algo tonto... Había una abeja en mi habitación...

-¿Una abeja aquí adentro? -preguntó la rubia, sin creerle.

-Sí, pero ya la saqué. La espanté por la ventana.

YongSun miró a su hijo con un gesto que mostraba sospecha, pero poco a poco comenzó a relajarse cuando sus orificios nasales se percataron de un delicioso aroma. Era uno que ella no supo identificar, olía a vegetación, a frutas y a pelo húmedo de algún animal salvaje. -¿Qué es eso? -preguntó mientras olfateaba con disimulo, tratando de encontrar el origen de tan peculiar aroma que le recordaba a cómo olía en sus sueños.

-¿Qué es qué?

-Ese olor... -continuó buscando con su nariz, y poco a poco sus sentidos fueron acercándola al armario. El niño estaba comenzando a paniquearse y Byul, por su parte, comenzaba a intoxicarse al sentir tan fuerte el aroma de canela y jengibre de Yong, que se intensificaba al estar al otro lado de la puerta del armario. El corazón de la vampiresa palpitaba tan fuerte que pensó que YongSun iba a escucharlo.

La rubia extendió la mano para abrir la puerta, pero antes de hacerlo, la voz de su marido la distrajo.

-Yong, ¿qué haces? Me dejaste allá solo con la comida. Aún falta picar las zanahorias y sabes que soy muy torpe con el cuchillo. Ven acá. -Se acercó y tomó su muñeca, apartándola de la manija de la puerta. -Y tú... -añadió mirando a su hijo. -Haz tu tarea ya, no quiero que anochezca y no la hayas terminado.

El niño asintió y esperó a que sus padres salieran de la habitación, luego se asomó y al comprobar que iban hacia la cocina, cerró la puerta asegurándola. Luego volvió hacia el armario y tocó. -Ya se fueron. -habló bajo, pero de manera suficientemente audible para que Byul lo escuchara y saliera.

-Gracias por no decirlo... Eres un buen niño.

El pequeño permaneció en silencio por unos segundos, sólo mirandola. - No pareces un hada... -dijo él, de repente, haciendo una leve mueca. Y comenzó a rodearla. -Eres bonita, pero no tienes alas... ¿siquiera puedes volar?

Byul rió despacio y se alejó debido a que el aroma de la sangre humana la distraía. -Escucha, no soy un hada, las hadas no existen. -dijo rodando lo ojos. -Lo dije como broma. Sólo soy una chica. Ese día estaba en el bosque porque fui a caminar, y pues... Como lo viste, me distraje cortando flores.

-¿Sí? -dijo el niño cruzándose de brazos. -¿Dónde vive?

-Mmm... En un lugar lejano, no podrías ubicar claramente la dirección.

Dak la miró entrecerrando los ojos.

-Y... ¿podría decirme qué está haciendo aquí? Quiero decir... Está dentro de mi casa, en mi habitación... Para empezar, ¿cómo es que entró?

-Oh... Yo... -señaló con el pulgar la ventana tras ella. -Por la ventana... Es sólo que... Bueno, en el bosque te dije que era un hada y tuve la angustia de que eso pudiera causarte problemas con tus padres o con tus amiguitos porque... no sé, podrían juzgarte como loco o algo así. -Se excusó. En realidad había ido hasta ese lugar para poder borrarle la memoria al pequeño. No iba a arriesgarse a que supiera de su existencia y consecuentemente él pudiera correr algún peligro.

-Ya veo... ¿Y cómo se llama?

-¿Cómo te llamas tú?

-DakHo.

-Oh, ¿cómo... Lago profundo?

El niño asintió. -Sí, por mis ojos. Mi mamá dice que desde que era bebé he tenido una mirada muy profunda. Por eso me llamó así. -DakHo rió un poco. -Creo que si mis ojos fuesen azules el nombre me habría quedado aún mejor.

Byul lo miró, sin dejar de conservar su distancia. Normalmente se dice que los ojos son las ventanas del alma, pero, efectivamente, los pequeños ojitos del niño daban una mirada increíblemente profunda, por lo que más que una ventana, se asemejaban a un pozo, lleno de misterios que parecían imposibles de ver. -Aunque no son azules, son muy lindos. -La vampiresa sonrió mirando con ternura al niño. -Su color es muy similar al de los ojos de tu mamá...

DakHo iba a preguntar cómo sabía cuál era el color de ojos de su mamá, pero escuchó el grito de su padre desde el pie de las escaleras.

-¡Hijo! ¡La comida está lista, baja ya! ¡Cuando termines puedes continuar con tu tarea!

-Será mejor que vaya, si papá sube por mí, va a ver que no he empezado a hacer mi tarea y voy a tener problemas. -dijo el pequeño rascando su nuca con nerviosismo.

Byul casi había olvidado la razón por la que estaba ahí, pero ahora no podría borrarle la memoria. De hacerlo, el niño quedaría inconsciente por un rato, y eso iba a causarle problemas con sus padres. Byul no quería que DakHo tuviera problemas con sus padres. Asintió indicando que podía ir. -Yo me voy también, tal vez regrese después.

-Por supuesto Noona, me gustaría seguir conversando con usted. -respondió el humano con una gran y brillante sonrisa. -¡La veré después, entonces! -exclamó mientras se dirigía a la puerta, agitando su mano a modo de despedida y salió de su habitación. Cuando volviera más tarde, ya estaría vacía.





Continuará...

Bright side of the sun (Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora