Capítulo 4

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Jonathan sintió a unos dedos helados apretando su corazón. ¿Ya estaba casada? Vio el mismo miedo en el rostro de sus hermanos. Miró su mano, en busca de alianza, pero no había ningún anillo.

Las manos de Jordan estaban paralizadas en sus hombros. Joey apartó la mano, y él alejó la mano de su mejilla. ¿Cómo podía ser prohibida la mujer destinada a ellos?

No, él no aceptaría eso. No podía.

— ¿Quién es él? —murmuró Jonathan, celoso.

Su trémula mano voló a la garganta, en un ademán defensivo. El pánico volvió a su rostro, fuera de control.

—Es él, el hombre de quien estás huyendo —dijo Joey, con el rostro frío.

—Es el hombre que metió el miedo en tus ojos —agregó Jonathan, volviéndole a levantar la barbilla.

Cerró los ojos y asintió con la cabeza.

El alivio envolvió a Jonathan, las manos de Jordan volvieron a moverse. Eso podían manejarlo. Ella se divorciaría del bastardo.

—No volverás con él —dijo simplemente Jonathan— Nunca volverás con él—

—No lo entienden —susurró— Nunca me dejará ir— Las lágrimas chispeaban en los ojos de canela.

—Él no tiene elección —determinó Jordan.

—Te hará daño, como me...—

Su voz se desvaneció, pero Jonathan entendió lo que ella había callado. Te hará daño, como me lo hizo a mí. Nunca sintió tanta rabia como en aquel momento. Temió perder el control.

Continuaba con la mano en la garganta.

—Es un hombre muy poderoso. Te matará. A todos. Asesinar no significa nada para él. No puedo dejar que haga eso—

— ¿Y piensas qué volver con él es la respuesta? —cuestionó Joey, incrédulo.

Negó con la cabeza.

—No. Nunca volveré con él. No por voluntad propia. Pero tampoco puedo quedarme aquí; si estoy en otro lugar, él no podrá herir a ninguno de vosotros—

Una sonrisa surgió en la boca de Jonathan. La pequeña mujer estaba intentando protegerlos. Sintió una ola de orgullo. Su pareja probaba ser merecedora del lugar que ocuparía.

—Sé que nos conoces desde hace poco, cariño, pero debes aprender a confiar en tus esposos —dijo Jonathan.

Sus ojos se abrieron aún más.

— ¡Pero no son mis esposos! ¿No me están escuchando? ¡Ya estoy casada!—

—Un mero detalle técnico —dijo calmo— Que pretendemos arreglar lo más rápido posible—Hizo un ademán de frustración.

— ¿No oyeron nada de lo qué dije?—Él sonrió.

—Oímos todo, pero tu preocupación es infundada. Podemos cuidar de nosotros mismos, más que eso, podemos cuidar de ti—

Su mano cayó, en un ademán impotente, que mostró que no sabía qué hacer o qué decir. La estaban presionando demasiado, no podían continuar o la perderían.

—Ven a la cocina. Vamos a prepararte el desayuno —dijo Jonathan, alternando a un tópico neutral. Seguro.

Vio el alivio en sus ojos, cuando ella asintió.

—Estaré allí en un minuto —contestó con la voz ronca.

Jonathan se levantó y pidió a sus hermanos que lo acompañe. Segundos más tarde, Drew estaba sola en el enorme cuarto, los sentidos acelerados por lo que había experimentado.

Enamorada de Tres Hermanos [NKOTB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora