Capítulo 41

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Drew se movió por la cocina tarareando suavemente para a sí misma. Mientras acababa con el último plato, miró el reloj. Los chicos salieron a ejercer los caballos e iban a tardar un poco más.

Ella salió, pues necesitaba un poco de aire fresco y un paseo. Su espalda la había estado doliendo toda la mañana; quizás, si se estiraba un poco, se sentirá mejor. Se quedó en el camino, más allá del granero. Le encantaba explorar la tierra que rodeaba la cabaña. Siempre tenía una vista espectacular, no importaba en qué dirección andaba.

Hoy, rodeó el granero y se dirigió hacia los árboles de una suave cuesta. Sabía que, una vez alcanzada la cima de la pendiente, sería capaz de ver el pequeño valle y el río que lo atraviesa. Se paraba bastantes veces, mientras que el dolor de espalda crecía en intensidad. Dios mío, se había convertido en una débil, desde que se quedó embarazada. Se apoyó en un árbol, mientras se esforzaba por respirar. Miró hacia arriba y midió la distancia que quedaba. No quedaba demasiado lejos y se podría sentar en su roca favorita y disfrutar de la vista.

Cuando alcanzó la cima, se paró un momento, poniendo una mano a su espalda, mientras se quedó mirando el rio. Después, buscó la roca en la que solía sentarse, cuando sintió un espasmo en el abdomen, desequilibrándola. Entró en pánico, mientras su pie resbalaba por el borde. Precariamente, agitó las manos, luchando por el equilibrio. Por un momento, pareció suspendida entre el cielo y la tierra. Luego se cayó de espaldas. Sus dedos trataron de aferrarse la tierra, golpeándose contra rocas y raíces. Aterrizó fuerte y se deslizó rápidamente por la pendiente, hacia el río.

Sintió una sacudida de dolor, mientras su pie quedó atrapado entre rocas y su tobillo se torció. Pero detuvo su caída.

Cuándo se aseguró que no volvería a caer, abrazó su barriga, sintiendo los movimientos del bebé.

Mentalmente, buscó sus heridas.

El tobillo le latía, y miró para verle sólidamente atrapado entre dos rocas grandes. Cuando trató de alcanzarle, y liberarle, su hombro protestó vehementemente.

Maldita sea.

Estaba bien. Estaba razonablemente segura de que no tenía nada roto. Pero el hombro le dolía terriblemente, probablemente era dislocado, y su tobillo, tenía que admitir que estaba torcido. Si podría liberar su pie, podría subir la pendiente. Otro pequeño temblor empezó en su espalda, y se extendió por su barriga, intensificándose incómodamente. Lo flotó con la mano y trató de mantener inmóvil el hombro derecho.

Bueno, éste era un desastre. Pero sabía que no tenía que preocuparse. Ella podría tener que esperar aquí un poco, pero sabía que los chicos la encontrarían. Volverían de cabalgar y probablemente enloquecerían al no encontrarla.

Una punzada de culpabilidad la fastidiaba. No debería haber salido a caminar hasta que habrían regresado, pero no se había imaginado caer, no cuándo recurrió tantas veces este camino.

Se preocuparían hasta que la hallarán, era segura que la encontrarán. Hasta entonces, solo tendrá que recostarse y tratar de relajarse. Tal vez una pequeña siestecita le sacaría de su mente el dolor y su palpitante tobillo.

Su abdomen se apretó otra vez y ella acarició la barriga, tratando de alejar la molestia y ponerse cómoda. Luego cerró los ojos y se relajó.

Drew abrió sus ojos y parpadeó rápidamente, intentando darse cuenta en dónde estaba. Tembló mientras que el fresco aire de la tarde soplaba sobre su piel.

Crudo dolor se enfocaba en su estómago y se reunía en la ingle. Sentía su espalda como si alguien la apuñalaba con fuego.

Cambió de posición, tratando de sentarse, pero cayó rápidamente, cuando su cuerpo protestó.

Enamorada de Tres Hermanos [NKOTB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora