A la tarde del día siguiente habia policías de Virginia invadiendo en la casa de Sara junto con los del estado haciendo preguntas como: ¿De dónde usted conocía a la victima?, ¿usted lo vio antes de partir?, ¿Qué clase de relación tenían?, ¿sabía usted que haría en Virginia?, ¿habían hablado horas antes de su fallecimiento? Y muchas más…
Mientras encontramos a una Sara sentada al otro lado de la mesa de comedor que se habia vuelto una especie de mesa de interrogatorio ella aun no podría procesar que él habia muerto sus lagrimas se mantenían a la vista de todos a su alrededor tratando de comprender las pistas, preguntas y respondiendo lo que sabía a aquellos policías.
– ¿Segura que eso es todo lo que sabes de él?–dice firme el uniformado.
–Si…–dice Sara en susurro acompañado de varios asentares de cabeza.
–bien esto sera todo para corroborar en esta investigación–dice el agente tomando los documentos del caso mientras se levanta.
– dígame algo ¿y cómo encontraron su cuerpo?
Aquella pregunta hizo que le policía se sentara y se tomara un pequeño tiempo para pensar como le diría aquella joven como habia encontrado el cuerpo cuando al fin encontró aquellas palabras Sara aun asi de su rostro seguía cayendo lagrimas mientras sus ojos se abrieron en par en par…
Ya en la noche Sara no hizo acto de presencia en la cena y eso hacia crecer la ansiedad en sus padres asi que su madre decide llevarle la cena a su habitación ya que desde que se fueron los policías no ha querido salir de allí al estar frente a su puerta.
–Sara hija te traje la cena abre la puerta.
Sara alza su vista ya que estaba en posición fetal echa de un mar de confusiones y llanto.
–No quiero nada mama gracias–dice en un grito apagado.
–Sara esto no es sano para ti– dice esto mientras toma con una mano el picaporte para girarlo y entrar para encontrarse con su hija allí en la cama llorando por su ya fallecido novio cosa que hacía que su corazón se le encogiera– hija me preocupas tienes que cenar.
–no tengo apetito mama–dice secando sus lagrimas con sus manos.
–Sara… ¿dime qué quieres hija para hacerte feliz?
–entender.
– ¿Entender?–dice frunciendo el seño.
–si mama entender todo esto ¿Cómo murió? Por eso quiero ir a Virginia.
– ¿Quieres ir a Virginia?– la madre mira a Sara asentir allí sentada en su cama.
– si, quiero verlo por última vez…
Luego de tanto meditar sus padres tomaron la decisión de llevarla.
Allí se encontraba Sara en el auto ya de madrugada partiendo hacia Virginia preguntándose « ¿que se encontraría allí y más aun como podría soportar verlo?»
–Mami tengo hamble–dice con pequeñas lágrimas la pequeña Susy para luego ver a mama tomarla en brazos tratando de calmar sus llantos.
Ya nos encontrábamos en Virginia específicamente en el hotel mientras miramos a una Sara allí de pie en el balcón con sus manos en las barandas de metal mirando el cielo totalmente gris con ventisca no parecía verano allí afuera era muy diferente y frio con pequeña gotas de lluvia Sara las mira caer y regar los arboles verdes y frondosos se le escapa un suspiro al mira en las aceras el caminar de personas complemente abrigados felices, solitarias, riendo, serios, O con mascotas mientras los autos pasan frente a ellos o deteniéndose para recoger o dejar a una de esas personas por o para transitar allí «Eric» escapo de sus labios al mirar cruzar la calle un joven igual a él su corazón deseo con todas sus fuerzas que fuera al mirarlo detalladamente antes de que este entrara a un establecimiento de comida rápida se dio cuenta que no era, fue el momento en que decidió llamar a uno de los agentes que le habían dejado una tarjeta con su número telefónico para que los llamara cuando supiera o recordara algo que ayudara a esclarecer el caso, corre rápidamente hacia lo que sería su habitación compartida con sus padres e hermana llega a su cama donde encima esta su maleta busca en su fondo el suéter que habia usado ese día cuando recibió la visita de los agentes de policía «Bingo» se dijo para luego sentir miradas detrás de sus espaldas y efectivamente asi era sus padres la observaban fruncían el seño mientras Sara hizo caso omiso de esa sensación ya sentada en la cama con su teléfono pegado a su oreja y la tarjeta en mano solo se limita a decir…
–necesito su ayuda…. Busco información espero que se acuerde de mi….
Allí se encontraba ella de pie rodeada de personas desconocidas llorando se abre paso entre los asistentes para mirar aquella lapida donde la tierra estaba cubierta de rosas blancas no puedo aguantar sus lagrimas mientras se arrodilla para depositar una rosa roja sin antes darle un beso y decir «te amo Eric» al alzar su mirada para tocar aquella lapida de granito no dudo en leer aunque quisiera que fuera un error pero aun asi pregunto.
–por milésima vez no se llama Stefan Swans su nombre es Eric Edwards–dice molesta girándose para mirar a los asistentes de aquel cementerio en ese momento miro acercarse a una mujer de tez pálida de unos 50 años de edad con pocas arrugas pronunciadas y cabellos cortos nivel de la babilla color negro, y sus ojos color verdes del mismo tono que Eric llego al nivel de Sara que aun se mantenía arrodillada con su mano en la lapida, la mujer comienza a explicarle que no era un error el joven debajo de esa lapida era quien debía ser mientras Sara frunciendo el seño dice.
– ¿Quién eres tú?– mientras gira su mirada hacia lapida comprendiendo que todo lo que alguna vez “Eric Edwards” habia dicho era mentira.
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SÁLVAME
RandomEs estraño lo que pienso contar lo sé pensaran Sara esta loca o pobre esta afectada por la perdida de su queridisimo novio con el tono de lastima tan caracteristico pero no, no es asi bueno al principio antes de saber quien realmente era él pero aho...