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La vida de un fotógrafo no es sencilla como la personas lo suelen presenciar, y es que bueno; la idea de que solo debes tomar fotos bonitas que le agraden a la gente es demasiada estereotipada, y es que no te muestran el trabajo que hay detrás de una fotografía. Tal vez por eso soy reconocido como uno de los mejores, y es que no solo me centro en su estética.

Es mas, momento, situación, belleza, sentimiento; busco mas allá de lo que alguien puede ver.

Por ello los últimos días han sido correr a cualquier parte a la que me llamen. Ahora entiendo cuan indispensable es el papel de Namjoon aquí.

El sonar del teléfono del Studio me hacen correr hacia el para contestar la llamada mientras llevo conmigo la tableta observando el comportamiento de los demás estudios; así como planeaciones para la escuela que probablemente abriremos muy pronto.

-¿Bueno? G.F.C Studio, en que podemos ayudarle-

Habia utilizado tantas veces aquel saludo que prácticamente todas las llamadas que contestaba eran recibidas por aquellas palabras.

-Buenas tardes joven Jung, soy la enfermera de su madre; solo quería informarle que ella quiere verlo. Y por su temperamento de los últimos días- escucho un leve suspiro- creo que debería venir a visitarla lo antes posible-

Suspire. ¿Hace cuanto que no la visitaba?

-Gracias por informarme, iré lo antes posible-

Termine la llama, me senté en la silla mas cercana, deje la tableta en en escritorio y pase mis manos por el cabello para finalmente restregarlas en mi cara.

Me siento frustrado, desesperado, agotado física y mentalmente. Necesito a Nam, pero el esta en Corea y no quiero molestarlo.

Regresando al tema de mi madre; ¿Hace cuanto que no la veo? Una semana o 5 días. La verdad perdí la cuenta después de estar constantemente realizando sesiones y salir algunas veces con Honey.

Cuando llegue aquí, pensé que no me convertiría en esas personas que están tan ajetreadas por trabajo que corren de un lado a otro en las calles de Nueva York. Pero mirenme ahora; estos últimos días me he convertido en lo que no quería.

-Creo que esto puede ayudarme a disculparme con mi madre por no verla tantas veces estos días-

Había pasado a una florería cercana a comprar un ramillete de flores. No se que tipo de flores son, ya que no son las típicas rosas o girasoles. El florista me comento que eran magnolias, y es que son preciosas con tan solo verlas; sus colores me recuerdan a algo dulce y delicado.

Entre al hospital saludando a la recepcionista así como al guardia de seguridad; sin ninguna duda camine hacia la habitación de mi madre.

Mire detrás de la ventana como sostenía un libro en sus manos, los rayos entraban algo tímidos a su habitación y es que ella tenia las cortinas corridas para que no entraran; el ambiente era algo deprimente.

-Leer a oscuras es muy mala idea; recuerdo muy bien que alguien me lo enseño-

Mi madre levanto su mirada.

-Pensé que no vendrías a verme; has de estar muy ocupado con todas esas chicas de la lista-

Si supiera que esa libreta la he ocultado en lo mas profundo de mi librero.

-Si..... Algo parecido- me acerque para darle las flores- son para usted-

Deje las flores junto a ella y camine en dirección a aquellas cortinas que no dejaban que la luz entrara.

-Estas siempre deben de estar abiertas; ambas necesitan la luz-

Ella sonrió. Me senté a su costado y tomo la mano de mi madre para acariciarla delicadamente. Sus manos estaban algo mas delgadas de lo normal; su piel parecía que se marchitaba levemente.

Dónde está Sunshine?  Buscando el verdadero amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora