Ayer un idiota te gritó que eras una dramática,
y que ya no eras suya.
Quise golpearlo,
porque a pesar de que sí eres dramática,
no perteneces a nadie.
Eres tuya, y de nadie más.
Así que hoy le dejé una nota en su pupitre,
porque soy demasiado cobarde para decírselo.
Y espero que al fin te deje en paz.

ESTÁS LEYENDO
Huesos de plástico.
PoetryElla vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.