Ayer me besaste.
Sentí tanta dicha que pensé que explotaría.
No me diste una explicación.
Sólo caminaste por el pasillo, como si flotaras, me miraste y me besaste.
Y te fuiste.
¿Por qué siempre te vas?
No importa, igual.
Ahora sé a qué saben tus besos.
A tabaco, a café, a manzanas, a dolor.
En este momento iré a llevarte flores.
Espero que no sea muy patético para ti.
Espero que me pidas que te quiera, como en aquel fragmento.
Y entonces te diré que estoy dispuesto a morirnos juntos.
Y a nadar por el mundo sin salir a respirar.
ESTÁS LEYENDO
Huesos de plástico.
PoetryElla vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.