Hace una semana no me dejas notas,
ni asomas tu cara por aquí.
Le he preguntado a tus amigos,
pero ellos están tan perdidos como yo,
aunque no les importa.
Ni siquiera me pidieron que les avisara si sabía algo.
Lo siento, Amanda.
Les entregaste todo y ellos te dieron nada.
Quién sabe dónde andas ahora,
lamentándote de Dios sabe qué,
dejándome aquí solo,
sin poder ver tu graciosa silueta,
ahogándome en la incertidumbre de no saber cómo estás.
¿Qué te ha pasado, Amanda?
¿Se te rompieron las alas otra vez?
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Huesos de plástico.
PoetryElla vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.