Nos separan océanos y mares.
Nos separan mis miedos y tus males.
Nos separan palabras nunca dichas y caricias nunca entregadas.
Pero así es mejor, hueso de plástico.
Te dejaré seguir rodeándote de esos,
que tanto te gustan.
Amigos falsos.
Amores efímeros.
Felicidad temporal.
Escuché que ya no fumas.
Escuché que ahora has llenado un poco tu sonrisa vacía.
Yo estaré aquí siempre, Amanda.
No fuiste real, no lo serás, pero el corazón es un maldito masoquista,
y no quiere dejarte ir tan fácil.
Así que mi mente me tortura con tu imagen diaria,
aunque me siento mejor al recordar cuán perdida estás.
Así de amarga es tu pérdida.
Me regocijo en tu miseria que, a la vez,
es mi propia miseria.
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Huesos de plástico.
PoesíaElla vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.