-Hola...
-Hola. ¿Puedo ayudarte en algo? ¿Quieres que te preste otro cd?
-Sí. No. Es decir no quiero que me prestes otro cd, pero sí puedes ayudarme en algo.
-Escúpelo.
-¿Por qué lo haces?
-¿Por qué hago qué?
-Todo eso... No me hagas decirlo.
-No seas cobarde. Anda. Dilo de una vez.
-¿Por qué te haces tanto daño?
-¿Y a ti qué mierda te importa? Puedo hacer lo que yo quiera con mi maldita vida. No eres nadie para juzgarme. No tienes amigos, no tienes vida. Solo tienes un montón de videojuegos y música mala. Eres un acosador. Deja de mirarme. No te creas con derecho a exigirme explicaciones. Son mis problemas. No te metas, bicho raro. No quiero que me hables más, ni te me acerques. ¿Entendiste?
-Pero sólo quiero ayudar...
-No puedes. Así que lárgate. Y déjame en paz.
-Pero Amanda...
-Adiós.
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Huesos de plástico.
PoesíaElla vivía para morir. Yo moría por vivirla. ••• La melancólica historia de un chico que amó demasiado y una chica que perdió la cabeza.