- ¿Y papá? - le pregunto a Jackson mientras le dejo un plato lleno de palomas a Stephen, todos nos encontramos en la sala de películas.
- Salió con tu suegro a no se dónde - me mira - No deben de tardar en llegar, me imagino - dice y pone play a la película.
- Amor - miro a Stephen y este me hace una señal para que me siente en su regazo - Si salimos de esta, quiero que no casemos al mes - dice y sonrió emocionada - Además ¿No piensas darle un hermanito a Samay? - dice y rio bajo para no molestar a los demás.
- Samay todavía está pequeño, dentro de 3 años le damos otro hermanito ¿Que te parece? - le pregunto y este hace un puchero - Amor, tenemos que disfrutar a Samay ahora de bebé, de grande no podremos, querrá pasar tiempo con sus amigos y allí te vas a arrepentir - digo y este asiente.
- Estaaaa bieeeen - exclama - Solo por qué quiero disfrutar a Samay, si no, ya fuéramos por el 4to hijo - dice y suelto una carcajada.
- Es anatómicamente imposible pero te creeré - digo y lo abrazo para ver la película.
(...)
- TE GANE - grite emocionada. Ahora nos encontramos en la sala de juegos. Jackson me reto a jugar con el Mortal Kombat y acabo de ganarle, por quinta vez.
- ¿Como se siente la derrota cuñis? - comento Stephen con un tono burlón.
- Cállate o te mato - exclama Jackson serio.
- No puedes por 2 cosas - agrega Dominic y todos lo miramos - 1... Si lo matas te mato yo y 2... ¿Piensas dejar a tu sobrino sin padre? - pregunta indignado.
- Prefiero que quede sin padre a qué lo eduque el - señala a Stephen y este ríe.
- Chicos - la voz de John nos saco de nuestra conversación y todo fijamos nuestra vista en el - ¿Tiene un momento? Es algo urgente - dice y todos asentimos - Vengan - lo seguimos hacia la sala donde se encontraba mi padre con otro hombre.
- Hija - me llama mi padre y el hombre me mira fijamente - Es el un viejo amigo, líder de la segunda mafia más grande en México - dice y el hombre se levanta y me extiende la mano.
- Mucho gusto Alaska, tu padre no para de hablar de ti desde que naciste - me sonríe.
- Mucho gusto ... - lo miro algo nerviosa ya que no se su nombre.
- Santiago Rodríguez - dice y le sonrió, pero su sonrisa se borra cuando ve detrás de mi y siento un brazo agarrar mi cintura - Stephen James, nos volvemos a ver - dice ahora serio.
- Santiago - dice Stephen mientras pega más su cuerpo al mío.
- Valla - nos mira juntos - Es tu prometida eh, felicidades - dice y sonrió algo nerviosa.
Ahora que lo observó, Santiago ah de tener unos 25 años, a lo mucho.- Si y madre de mi hijo - dice y veo como el otro abre mucho los ojos.
- Valla, que rápido pasa el tiempo querido primo - dice y casi me caigo de no ser por qué Stephen me está agarrando.
- ¿Primos? - los miro y Santiago asiente.
- Si, es hijo de mi hermana - comenta John detrás de nosotros - El nos ayudará con el problema - dice y siento como Stephen se tensa.
- No, nada de eso - mira a su padre y luego a Santiago el cual tiene una sonrisa burlona ¿Que habrá pasado entre ellos dos?.
- Hijo, deja tu orgullo por un lado y piensa en tu familia - me mira Stephen - Uniendo su ejército con el de Aron y el mío, Germán no será nada contra nosotros - dice y escucho suspirar a Stephen.
- Está bien - mira a Santiago - Pero lo acepto solo por mi familia - dice y me agarra de la mano para salir de allí.
- Amor - lo llamo pero no me contesta, ni siquiera me mira, solo se dedica a estarme jalando escaleras arriba. De un momento a otro ya estamos en nuestra habitación y Stephen me está abrazando - Amor ?Que sucede mi cielo? - lo abrazo y acaricio su espalda - Ven, vamos a acostarnos - digo y lo jalo a la cama, me acuesto primero y el a un lado colocando su cabeza en mi pecho - ¿Que tienes amor? - le pregunto mientras beso y acaricio su cabeza.
- Es solo que... Santiago y yo nunca nos hemos llevado bien, siempre hemos tenido una rivalidad enorme - dice y me mira - Solo que el no me inspira confianza amor - beso su frente y lo escucho soltar un suspiro para luego volverse a acomodar.
- Mi amor, debes de superar eso. Ya están grandes para estar en rivalidad por todo ¿No lo crees? - asiente levemente - Ya mi amor, tranquilo, presiento que todos estaremos bien, ya lo verás - sonrió y me acomodo mejor, y sin darnos cuenta, los dos caímos en un profundo sueño.
(...)
Me desperté gracias a el llanto de una feroz bestia, y digo feroz por qué se que tiene hambre en este preciso momento.
- Te habla tu hijo - le digo a Stephen mientras me coloca boca abajo.
- También es tuyo, no te hagas - dice tapándose la cara con la almohada y así volviéndose a quedar dormido.
- Rayos - reclamo y me levanto - Vamos a darte de comer bestia - digo mirando a Samay el cual está sentado haciendo pucheros - Ya mi amor - lo cargo y salgo de la habitación con rumbo a la cocina para darle sus papillas las cuales están guardadas en el refrigerador, solo hay que calentarlas un poco y listo.
- Hola - dice Santiago entrando a la cocina.
- Hola Santiago - lo saludo y sigo en lo mío.
- ¿Es el bebé de Stephen? - pregunta mirando a Samay el cual todavía se encuentra entre mis brazos.
- Si, es nuestro hijo, se llama Samay - le digo mientras, como puedo, vacío la papilla a un plato.
- Te ayudo - dice y se acerca para cargar a Samay pero este hace un puchero y suelta un grito - Valla, tienes el mismo carácter que tu padre - dice y ríe.
- Lo siento, es que no le gusta que se me acerquen hombres, es muy celoso - digo mientras coloco la papilla en la mesa.
- ¿Dónde está su silla especial? - me pregunta y con una sonrisa de agradecimiento le indico que se encuentra detrás de la puerta. Justo cuando va hacia ella la puerta se abre de golpe, dándole un buen golpe a Santiago y haciendo que cayera.
- ¿QUE DEMONIOS? - grita Santiago y miramos a la persona que había abierto la puerta, encontrándonos con Stephen.
- Oh, lo lamento - dijo entrando y estirando la mano hacia Santiago, el cual, la tomo sorprendido - ¿Podemos hablar? - le pregunta y este asiente, pero antes va por la silla de Samay y me la entrega.
- Hora de comer amor - digo colocando a Samay en su silla cuando ya los demás se fueron - Espero hablen bien y no suceda nada malo - digo y Samay me mira moviendo su cabecita hacía un lado confundido.
- Yo también quiero comer mami - dice Sook mientras entra y luego me abraza ganándose un grito de Samay.