《 Crazy 》 | Park Jinyoung ✔️

C A P Í T U L O XXI

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— Oye.

— ¿Hm? — respondió con un sonido de la garganta.

— Eres idol. — dijo repentinamente, sorprendiendo al morocho.

— ¿Q-Que? Eso es una tontería. — negó, tratando de salvarse.

— ¿Got7? — mencionó, sonando irónica.

— ¿Cómo sabes? — cuestionó nervioso.

— Mi mejor amiga es su fan. — comentó soltando una risa.

— Pues sí, me sorprende que no te hayas dado cuenta. — dijo, con la vista baja.

— Al principio dudaba.

— ¿A sí? — preguntó.

— Ajá, tus lunares gemelos en tu párpado. Vi un muñeco tuyo en un evento que fui con mi amiga. También por tu nombre. — contó, siendo escuchada por un atento Jaebum.

— Vaya...

— Entonces... Jinyoung... — comentó de repente. —, él es un idol también. — apretó los labios, sintiéndose nerviosa.

— Sí.

— Supongo que no les dejan tener pareja. — acusó mirando de reojo al azabache.

— En realidad, supones mal. — dió una risa nasal. — Nosotros cumplimos los tres años del contrato, ahora, podemos tener parejas si queremos. — contó, dando un mordisco a su hamburguesa, que estaba intacta.

— Oh... ¿Y las fans? — cuestionó agarrando su hamburguesa para comérsela también.

— Ellos entienden, supongo, siempre nos apoyarán, y estoy feliz que sea así. — respondió, tomando su lata de Coca-Cola.

— Pero, también he oído hablar de las sasaengs. — dijo, limpiándose la boca con una servilleta.

— Sí, son las más locas.

— ¿Se han cruzado con ellas? — preguntó perpleja.

— Sí, nos acosan y consiguen nuestros números de celulares, al igual que nuestra dirección. — contó.

— ¿Qué? ¿Pero acaso su empresa no hace nada? — cuestionó atónita.

— Debería, pero solamente les dan un aviso, donde dice que tomarán acciones legales, pero simplemente se olvidan del tema. — comió otro pedazo de su hamburguesa, sin darle importancia a lo que dijo.

— Qué mierda de empresa, sin ofender. — avisó, sintiendo una molestia de repente. — Por eso mí amiga se preocupa por ustedes a cada rato. — soltó una risa sin humor.

— Lo sé. -— también dió una risa sin nada de gracia.

Luego de eso, no volvieron a hablar. Se dedicaron a comer su hamburguesa, mientras veían una película, y se distraían. De vez en cuando, ambos se miraban de reojo, recordando lo que pasó en la cocina.