8

2.1K 146 42
                                    

Te contagia su sonrisa así que lo miras de la misma manera, Hvitserk se sienta junto a ti, muy cerca.

—Es una suerte que mis hermanos no supieran que vendrías, sino hubieran dejado Kattegat sin supervisión– se rió y tú le seguiste.

Costa de Normandía

En el viaje al mediterráneo te hizo recordar al ultimo que fuiste con Ragnar. Como era todo antes de que le confesarás tus sentimientos.

—Necesitamos pasar por Frankia para poder llegar– Björn soltó un bufido, al igual que tú recordó lo que Rollo había hecho. Los había traicionado.

—¿Vas a contactar al tío Rollo?– preguntó Hvitserk, hubo silencio después de eso pero sabíamos que era necesario para poder cruzar.

Unos barcos francos se acercaron, guiando a un castillo en donde se encontraba Rollo. Solamente el barco en Björn bajo para hablar con él, rodeado por los guardias francos.

—Björn... Floki... Hvitserk... Helga... Meribeth– Hablo Rollo en Francés.

—¿Meribeth? ¿Princesa de Escocía?– preguntó Gisla en el mismo idioma, sorprendida de que estuvieras con los páganos. Pensó qué tal vez estarías con ellos en tu contra pero al ver que vestías igual te miro negando la cabeza –¿Cómo pudiste renunciar a nuestro Dios por estos páganos? Tu padre estaría decepcionado y avergonzado de ti– te miro con desprecio.

—Es la misma pregunta que le hago al Conde Rollo– le respondiste con molestia en tus palabras. Sabías perfectamente que tu padre no pensaba así y no querías pelear y estropear una posible oportunidad para pasar al mediterráneo tranquilamente.

Gisla te siguió mirando con desprecio. Rollo presento a sus hijos para que luego desaparecieran por una puerta.

—Mi esposa quiere saber que hacen aquí, y yo también.

Björn intentó sacar el mapa de sus zapatos pero enseguida los guardias lo detuvieron. Rollo les ordenó que se apartaran y así pudo entregarle el mapa, pidiendo que si les podían dejar pasar por sus costas.

Rollo no respondió, simplemente los resguardo a todos en un calabozo, esperando ahí por unas horas.

Hasta que unos guardias entraron por Björn y volvieron a esperar un tiempo más.

*

—¡Sáquenlo!– ordenó Björn. Jalaron de la cuerda sacando a Rollo del mar.

Enseguida empezó a toser toda el agua que sus pulmones habían tragado.

—¡Remen!

Te volviste a sentar atrás sin quitarle la mirada a Rollo, no le tenías confianza pero aún así le tenías un cierto cariño.

—En que piensas princesa de Escocía– se sentó Hvitserk a tu lado.

—Nada que te importe– le sonreíste.

—Todo lo que tenga que ver contigo me importa– acaricio tu mejilla acercando tu cara a la de él.

—Meribeth, en el bolso de ahí hay agua por si gustas– Björn se acercó señalándote el bolso.

Fue bastante obvio que quiso interrumpir lo que sea que Hvitserk tenía planeado hacer.

—Gracias Björn, ya me lo habías dicho– le dijiste tratando de contener tu risa.

Antes de que Björn estuviera con Torvi habías estado con él, pero definitivamente no eran el uno para el otro, sentías amor por él, si, pero no era más que como a un amigo o hermano.

Cosa contraria con los hijos de Aslaug y Ragnar, que solo pensar en cualquiera de ellos sientes cosquillas en tu vientre.

Te acurrucaste en el hombro de Hvitserk, querías dormir un rato para callar tus pensamientos, él te abrazo por los hombros y sin darte cuenta te dormiste profundamente.

—¿Estaremos perdidos?– escuchaste a Helga preguntar. No sabías exactamente cuánto tiempo habías dormido pero Hvitserk aún seguía a tu lado también dormido. Ahora estaban cubiertos por una niebla.

—¿Por donde estaremos?– preguntaste en tu lugar.

—Por España– señaló Björn en el mapa.

—Con suerte– mencionó Rollo suspirando.

Te levantaste una vez que viste que Hvitserk se había despertado. Ya la niebla se había ido, el cielo estaba claro, y se podía ver tierra. Decidieron parar en un puerto para tomar provisiones y agua la cual casi no quedaba.

Desembarcaron en uno de los puertos de España. Era de noche, pensaste que era mucho mejor, peleabas mejor de noche.

En lo personal no atacabas a los civiles sólo si estos te atacaban a ti, así que comenzaste a llenar tu bolso de comida.

Seguiste a Björn junto con los demás, pero luego te separaste junto con Hvitserk en uno de los pasillos que habían en ese lugar.

Él iba detrás de ti, según tú ibas siguiendo a Björn pero no te diste cuenta cuando te perdiste de él. Sentiste que jalaron tu brazo y enseguida pusiste tu espada en el cuello de aquella persona.

—Mmm, tranquila Meribeth, soy yo– hablo risueño y algo excitado por tu reacción.

Bajaste tu espada y te ibas a voltear para seguir caminando pero antes de eso Hvitserk tomó tu rostro atrapando tus labios en un beso hambriento.

—No sabes cuanto espere para esto– gimió en tu boca.

Sus besos bajaron a tu cuello y suspiraste de placer. Tus manos agarraron sus trenzas para jalarlo y besarlo de nuevo.

En eso escucharon la voz de Helga, se separaron y fueron a ver si pasaba algo.

Al llegar la vieron con una niña con rasgos de aquel lugar. Salieron ya para irse a los barcos, Hvitserk y tú miraban con atención a Floki y Helga que iban delante de ustedes mientras ella hablaba sobre llevar a la niña que había encontrado.

*

—Lo logramos– dijo Harald observando la vista en lo alto de la montaña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Lo logramos– dijo Harald observando la vista en lo alto de la montaña.

—Por fin, el Mediterráneo– todos sonrieron orgullosos –Lo más lejos que nuestra gente había llegado.

—Es más lejos de lo que Ragnar soñó.

Como gruñirían los cerditos cuando oigan como sufrió el viejo jabalí.

𝐌𝐞𝐫𝐢𝐛𝐞𝐭𝐡 | VikingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora