Memorias ~ WHO MADE ME A PRINCESS ~ [TERMINADA]

La incertidumbre de Athanasia.

Habían pasado unas cuantas semanas desde que los magos se reunieron con ellos, la recomendación fue la misma que la del medico imperial, realizar las actividades comunes para ver si así recordaba algo, mientras ellos buscaban algún indicio para resolver este "problema".

Desde entonces, su horario era una serie de actividades, que para ella, iban acabar con su vida.

En estos momentos, se encontraba sentada frente a su "padre" tomando la hora del té. Sobre la mesa diversos postres y platillos dulces se encontraban servidos.

¿Acaso ya conocía su debilidad por lo dulces?

—Sigues teniendo gusto por los dulces – decía Claude con calma mientras bebía de su taza.

La respuesta era: Sí.

Su mirada estaba fija sobre Athanasia, ella embutía libremente los dulces que se encontraban en la mesa, sus mejillas sonrojadas por los sabores dulces, sus joyas brillaban por la emoción, en pocas palabras un rostro de ángel glotón.

Con el pasar de las semanas Athanasia, ya sujetaba su brazo al caminar por los jardines, le dedicaba simples sonrisas y ya no le evitaba la mirada, eran avances pequeños, pero que alegraban su corazón.

Incluso ajusto su agenda con la de su hija para poder tener mas momentos con ella, era un trabajo agotador el dirigir el imperio y hacer actividades con su hija, pero todo el esfuerzo lo valía, su hija valía cada cansancio. Claro que también explotaba un poco más a Félix para lograrlo, pero él parecía no quejarse.

—Papá, por cierto, se acerca tu cumpleaños, ¿has pensado en algún regalo que desees?

Hubo un momento de silencio.

—No lo recordaras... – hablo de la nada Claude llamando su atención — Pero antes de que sucediera todo este asunto te pedí que bailarás conmigo en mi cumpleaños...
—...

Athanasia pestañeo en repetidas ocasiones.

¿Acaso quería...?

—Todavía deseo que lo hagas...

.

.

.

—Y, un, dos, tres, cuatro, vuelta.... – la maestra de baile aplaudía al son de que contaba los tiempos de baile.

Athanasia podía seguir sin ningún problema las indicaciones y ritmo de la maestra.

Incluso ponerse al día con sus clases no fue un problema, aprendía rápido, tal vez era porque siempre quiso aprender y en los últimos años lo que hizo fue nutrirse de conocimiento. Se sentía orgullosa de sí misma.

Además, todos en el Palacio Esmeralda eran realmente dulces y atentos con ella, en un principio tuvo miedo, ya que la novela mencionaba aspectos solitarios y crueles para ella, pero, desde que recobro la conciencia no fue así.

La maestra termino de contar los tiempos, ella dio una vuelta con gracia y se inclino para concluir el baile. La maestra parloteaba de lo buena que seguía siendo a pesar de que había perdido su memoria. Hasta que menciono...

—Lastima que no se encuentra el joven mago – dijo la maestra mientras recargaba su mano contra su mejilla — Sir Robain esta ocupado y no hay caballeros cerca para que usted practique...

El joven mago.

Athanasia ya había escuchado de esa persona, con exactitud sabía que se llamaba "Lucas" ya que, con frecuencia, Lily lo mencionaba en cada momento que intentaba hacerla recordar, hablaba de sus "aventuras" que tenía de niña con esa persona, se decía que era una persona correcta y buen amigo suyo.