Capitulo 5 "De aquí en adelante"

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Nora

Veintinueve horas, veintinueve horas en las que no he hecho más que llorar, no decir una sola palabra y sentirme culpable, por no hablar de lo que sé que me espera de aquí en adelante, ayer estuve todo el día en el hospital y no por mí, en el accidente me quedé inconsciente y me hice un chichón en la cabeza, pero nada más, en cambio mis tíos, por desgracia sí que tuvieron algo más.

Lo único que recuerdo del momento del accidente, es gritarle a mi tío que había un perro en la carretera y de repente ver el coche empotrado contra un árbol y a mi tía con la cabeza en la guantera llena de sangre. Se que esa imagen no me la voy a quitar de la cabeza nunca. Por otra parte, Inés está bien, ella no se hizo nada grave, así que fue ella quien llamó a la ambulancia, se lo debo todo, porque yo me quedé inconsciente y si no hubiese llegado la ambulancia, podría haber muerto desangrada, la ventana de mi lado se rompió, y los cristales se rompieron sobre mi brazo.

Después de eso, todo ha sido médico, malas noticias y llorar a montones, ahora estoy en el coche después de haber asistido al funeral de mis tíos, dirigiéndome a Madrid porque mis padres han tenido tan poco tacto que ni siquiera me han dejado despedirme de mis amigos, ni un día para asimilar que mi vida va a cambiar, llevamos veinte minutos en el coche, yo haciéndome la dormida para que mis padres no me hablen, pero no dejo de pensar en Nico, ¿se lo habrán dicho ya? ¿Cómo se les ocurres a papá y mamá dejarle solo con un delincuente? ¿Cómo han sido tan malos padres de no traerle? Entiendo que Nico es muy pequeño para todo esto, pero eran sus tíos y no ha podido despedirse de ellos, lloraría si pudiera, pero creo que no me queda más líquido en el cuerpo.

Ayer hablé con Nico después de todo el shock, llamé a mi madre y le pregunté si Nico sabía algo y me dijo que por ahora no, así que decidí llamarle a ver qué tal estaba, pero tuve que llamar al chico este porque Nico no tiene móvil, así que le pedí su teléfono a mamá, cuando marqué el número me respondió al sexto tono.

—¿Diga?

—Hola, soy la hija de José—hay un silencio incómodo durante unos segundos y después me responde.

—¿José? No sé quién es ese —o mamá me ha dado el numero mal o este me está vacilando.

—¿Estoy hablando con Marco?

—Sí—efectivamente me está vacilando, y ahora mismo tengo una paciencia muy escasa. Así que más le vale dejar de hacerse el gracioso.

—Soy Nora, la hija de tu jefe.

—Ahh, si perdona no me acordaba de su nombre, ¿usted está bien? —¿me ha tratado de usted? ¿cuántos años se piensa que tengo? Y lo que es más importante, ¿me ha preguntado cómo estoy? ¿lo sabe? No me lo puedo creer.

—Sí ¿me pasas con mi hermano por favor? —le digo con la paciencia agotada, no quiero seguir hablando con este chico.

—Sí, claro.

Le pasa el móvil a Nico y este me lo coge con su voz inocente y está claro que no sabe nada.

—Hola, Nora—a pesar de no verle la cara, sé que está sonriendo, y eso hace que yo sonría también, una pequeña sonrisa, pero ya es más de lo que me podría imaginar después de estas horas de infierno.

—Hola, Nico ¿cómo estás? ¿te está tratando bien el chico este? —no quiero tratarle como una persona porque para mí no lo es, es un ladrón, no me sé la historia de su sentencia completa, pero sé que si le detuvieron es por algo, y en el momento en el que cometes un crimen dejas de ser persona y te conviertes en lacra, que no sé muy bien qué significa esa palabra, pero yo la uso con la gente que no merece ser tratada como persona.

Lo Último que se Pierde es la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora