Nora
Casi no siento las muñecas, las tengo atadas cada una a un lado de la cama con una cuerda, no puedo mover ni un solo músculo de mi cuerpo y me siento presa, tampoco puedo gritar, ni quejarme, ni nada porque tengo una cinta en la boca que lo único que me deja hacer es gemir para que me suelten, por otro lado, tampoco veo nada, tengo un antifaz que me tapa la vista, así que el único sentido que me queda es el oído, y es verdad eso que dicen de que cuando te falta algún sentido, el que te queda intacto se mejora por lo que puedo escuchar perfectamente el crujido de la cama, mi respiración acelerada y los jadeos de la persona que me tiene en esta situación. Siento como se va acercando lentamente a mí, sabiendo que en este momento es el máximo domador, sabiendo que puede hacer conmigo lo que le dé la gana ya que, aunque quisiera no podría moverme, se para un segundo encima de mí y poco a poco baja su mano hacia mi humedad, mete los dedos y los saca lentamente haciéndome sufrir, siento la presión de sus dedos saliendo y entrado de mí y como los mueve dentro de forma rápida, sabe que me encanta que lo haga, cuando intento levantar la cadera para sentir más dentro de mí sus dedos, los saca corriendo y acerca su boca a mi oreja.
—Quieta Cat-woman, quedamos en que hoy te dominaba yo —gimo en protesta, esto es injusto y ni si quiera me puedo quejar, Marco me saca la cinta y yo le hablo sin tan siquiera ver su cara porque sigo con los ojos tapados.
—Te dije que podías dominarme, pero no hace falta ser tan cabrón, además como no me folles ya, la próxima vez vas a sufrir, y mucho —le digo furiosa, me tiene aquí a plena disposición suya y lo único que hace es hacerme sufrir.
—Me encanta lo cabreada que te pones cuando no tienes el control, tienes que aprender a tener más paciencia, yo ayer no me quejé en ningún momento, ni siquiera cuando me tocaste súper despacio y créeme, lo pasé muy mal—es verdad, ayer me tocó a mí dominarle y le hice sufrir bastante, pero lo que él me está haciendo es mil veces pero.
Se empieza a restregar contra mi excitación y yo prometo que solo con ese ligero contacto ya me veo capaz de correrme.
—Además, no sabes lo cachondo que me pone tenerte así, toda para mí, abierta de piernas y desnuda entera, estoy deseando follarte, pero antes quiero disfrutar de las vistas —se aparta para lo que supongo, observarme y me entra un poco de inseguridad, es normal, el ahora mismo tiene todo el control sobre mi cuerpo mientras que yo ni siquiera puedo mirarle.
—Marco, te aviso que o me follas ya o no vuelvo a dejar que me hagas esto —el vuelve a ponerse encima de mí y por fin me penetra.
Lo hace de una manera dura y rápida, se nota que esta igual o más cachondo que yo, en una de sus embestidas, aprieto mi interior y eso hace que Marco gima mi nombre, a pesar de todas las amenazas que le he dicho para que empezara, sí que volvería a dejarle tenerme así, creo que nunca había estado tan excitada.
—Marco... —gimo su nombre sin poder controlarlo, mientras él sigue metiéndose y saliendo de mi interior, siento como poco a poco van floreciendo los cosquilleos que me llevan al orgasmo y cuando estoy a punto de correrme, empieza a sonar una canción de Lady Gaga, Just Dance.
—¿Has puesto tu esa canción? —gimo, confundida mientras él sigue con lo suyo.
—Nora, Nora, Nora... —empieza a gemir mi nombre repetidamente mientras se corre en mi interior, por el contrario, yo ya he dejado de sentir cualquier cosa, me gusta mucho esa canción, pero me acaba de joder todo el momento —Nora...
Trato de moverme y entonces, me despierto sofocada, miro a todas partes para darme cuenta de que en realidad estoy en mi habitación, no estoy atada a ninguna cama y tengo delante de mis narices a Marco, mirándome con una gran sonrisa en la cara. Yo me incorporo un poco y le sigo mirando confundida, no entiendo a qué viene esa sonrisa ni porqué está en mi habitación mirando como duermo.
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Lo Último que se Pierde es la Esperanza
RomansaLo último que se esperaba ella era acabar en otra ciudad, viviendo con un criminal. Empezó odiándole y poco a poco fue convirtiendo ese odio en amor, el solo quería su libertad pero nunca se le pasó por la cabeza enamorarse de la hija del tipo que a...