Nora
Tengo una contradicción de sentimientos que me está volviendo loca, me molesta que quiera hacerse el majo conmigo ¡No puedo con él! Pero es que, que me empotrara contra la pared y me dijera eso me dejó... Tenía ganas de pegarle una patada en su intimidad... Aunque he de decir que me he regañado varias veces a mí misma por tener sueños húmedos con ese momento. Yo creo que me estoy volviendo un poco loca, ¿Cómo es posible que tuviera ganas de tirármelo? No lo entiendo, lo mismo me drogó para que me pusiera cachonda con su numerito, es lo único que se me ocurre para haber mojado bragas con tan poco.
Llevo días esperando para hablar con papá y por fin hoy tiene un hueco para mí. Bajo a su despacho para hablar sobre mis estudios, espero que encuentren un colegio rápido porque si no voy a perder todo el curso y lo último que me apetece en el mundo es repetir segundo de bachillerato, sólo llevamos un trimestre y medio y ya ha acabado con mi existencia y vida social, yo no vuelvo a repetir esto otro año más, ¡me niego!
Cuando llego al despacho llamo y abro la puerta.—¿Pasa algo Nora? —dice sin tan siquiera mirarme, yo pongo los ojos en blanco y cierro la puerta al entrar.
—Quería hablar contigo sobre el colegio—digo sentándome en la silla de enfrente de su mesa.
—Ah, ya te he conseguido plaza en el colegio de tu hermano, empiezas mañana. —vaya eso sí que no me lo esperaba.
—Que rápido lo has cogido—digo alucinada.
—Bueno, es lo que tiene tener contactos—aparta la mirada del ordenador por primera vez desde que he entrado y me sonríe con superioridad.
—Guay, ¿está bien el colegio?
—Es de los mejores de la ciudad. —cómo era de esperar ha cogido el más caro de todo Madrid para fardar con sus colegas de caza.
Cuando se mudaron aquí, lo primero que hicieron fue apuntarse a un club de caza, de siempre a mis padres les ha encantado la caza, bueno a mi padre, a mi madre lo que le gusta es ir al club con las otras mujeres, y bueno cuando llegaron, encontraron uno y ya tienen un montón de amigos forrados de pasta.
—Vale gracias, espero que la gente me reciba bien. —me pone nerviosa el hecho de empezar a estas alturas el colegio, ¿y si la gente es borde? ¿y si no hago amigos? Odio los cambios, y aunque no me guste, he de admitir que soy un poco tímida y me cuesta mucho coger confianza con la gente, ósea una vez he cogido confianza me muestro tal cual soy, pero hasta entonces soy muy tímida y me da miedo que no me den la oportunidad de mostrarme, pero bueno, no voy a ser negativa, yo voy con la intención de ser yo misma y conseguir amigos, aunque sean solo temporales.
Salgo del despacho de papá y me voy a la cama, si mañana empiezo el cole me tendré que ir a dormir prontito, pero antes voy a la cocina a por un vaso de leche que me ayude a conciliar el sueño, para mi desgracia me encuentro a Marco en la cocina, y mientras la leche se calienta en el microondas el intenta tener una conversación.
—¿Leche a estas horas? —me pregunta olvidándose de que llevo días sin hablarle por lo idiota que fue conmigo el otro día, entre otras cosas.
—Sí, la necesito para poder dormir bien—respondo cortante, puede que sea un poco rencorosa, no me escondo.
—Vaya qué raro, y de que es—apartó la mirada del microondas y le lanzó una mirada entre asqueada y confusa.
—Bueno raro no, cada uno tienes sus cosas, es Nescafé.
—No digo raro en malas solo... bueno da igual, ¿entonces te vas a dormir ya? —diosss cuanto tarda el maldito microondas en pitar.
—Sí, me gusta dormirme pronto cuando tengo que madrugar, mañana empiezo las clases—no sé por qué digo eso último, no quiero seguirle la conversación.
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Lo Último que se Pierde es la Esperanza
RomansaLo último que se esperaba ella era acabar en otra ciudad, viviendo con un criminal. Empezó odiándole y poco a poco fue convirtiendo ese odio en amor, el solo quería su libertad pero nunca se le pasó por la cabeza enamorarse de la hija del tipo que a...