Capítulo 11

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POV Tycen:

Velika se durmió en mis brazos. Es hermosa y no me rechazó como lo hicieron los Alphas y la manada entera, hasta mis padres me abandonaron.

Dejé los pensamientos tristes a un lado y empecé a buscar el olor de Velika. Seguí su rastro y llegué a una mansión enorme.

Me quedé en medio de la puerta y vinieron unos guardias, que eran deltas.

—¿Quién eres? Y ¿Qué haces con nuestra Alpha? —preguntó uno, un castaño.

—¡Suélatela! —dijo el otro delta, el rubio.

El chico castaño trató de quitarme a Velika de encima y eso enfureció a Prince.

Chicos, les voy a dar un consejo por si algún día llegan a conocerme, nunca, nunca enfaden a Prince, nunca en sus vidas y a las personas de aquí, les gusta enfadarlo.

¡Mía! —rugimos ambos

—¡Suelte a la princesa! —habló el rubio, o mejor dicho me ordenó, me ordenó, ni Axel podía ordenarme a mí, menos lo va a hacer él.

—¿Quién me lo ordena? —dije yo, retándolo con la mirada y con un tono desafiante

—La manada Luna Llena—dijo el castaño

—¿En serio? No me había dado cuenta de donde estamos—dije sarcástico—¡Quítense de mi camino!

—¡Suelte a la princesa! —dijo el rubio

—No—hablé fuerte—¡Salgan del medio!

Teníamos una discusión y nadie daba su brazo a torcer, Velika aún estaba dormida, en serio tiene el sueño pesado esta chica.

—No me haga llamar al jefe—dijo el castaño, ¡me está amenazando!

—Llámalo—lo reté

—¿Qué es lo que pasa? —habló una voz de un hombre desde adentro

Al salir era un delta, un chico de buen parecer, de ojos miel y pelo rubio.

—Jefe—dijeron con respeto los dos deltas que tenía en frente, el rubio y el castaño

—¿Quién eres y que haces con la princesa? —habló el tal jefe

—¡Déjenme entrar! —dije

El jefe de ojos miel se me lanzó encima para quitarme a Velika.

Mía—rugimos yo y Prince

—No me haga llamar a los guerreros y a la beta de la manada—me amenazó el jefe

—Hazlo—lo rete altaneramente

Frente a mí aparecieron en total unos 10 guerreros, licántropos e híbridos.

—Déjenme entrar—dije pacifico, para no alterarme, hoy no quiero lastimar a nadie, por mi Velika, hasta mataría—Vengo pacifico

—Já—rió con amargura el jefe—Si claro—habló burlón

Le di una muy mala mirada, muy mala y no la di yo, la dio Prince y cuando él la da, ¡corre!

El jefe trago saliva nervioso por la mirada que le di. ¿Quién no se pondría nervioso? La mirada de Prince enojado es una mirada de odio puro y es más terrorífica cuando sus ojos se ponen rojo sangre, muy intenso.

—Bien, como decía—dije—Yo no quiero problemas, déjenme entrar

—Nunca—dijeron todos

—Saben que si no me dejan entrar yo mismo lo haré ¿no? —dije

—¿Quién tú? —habló el jefe burlón—Un simple omega, que se cree Alpha ¿Va a detener a todos nosotros? No lo creo, omega

Y eso fue lo que me hizo explotar, a mí no, eso hizo explotar a Prince y salió un Prince demasiado enojado.

Nuestro cuerpo liberó un aura muy pesada y oscura, que solamente transmitía odio y burla.

Todos los presentes retrocedieron asustados. No podía transformarme ni luchar ya que tenía a Velika en brazos y las maletas también.

—Vamos chicos, no quiero derramar sangre en vano—dije calmado—Déjenme entrar

Velika se removió en mis brazos y susurró

—Te amo Tycen, no me dejes, no por favor—empezó a llorar

Mi aura se calmó y ella también.

—Déjenme entrar—dije más calmado e hicieron caso omiso a mis palabras.

—Despiértala y que nos lo ordene ella—dijo el jefe

—No voy a hacer eso—dije molesto

—Pues lo haré yo—dijo

—Ni te atrevas—dije—La despiertas y te mato

—¡Suéltala! ¡No lo volveré a repetir! —gritó

—No lo repitas—dije—No lo haré

Todos los guerreros se lazaron sobre mí y empezaron a lastimarme.

—¡Mátenlo! —gritó el jefe

¡Me las va a pagar el maldito! ¡Lo voy a matar!

Los guerreros empezaron a herirme y yo empecé a proteger a Velika. Un guerrero enterró su espada de plata pura en mi abdomen. Sangre empezó a salir por mi boca y el volvió a enterrar la espada, pero está vez en mi pecho.

No aguanté más y caí encima de Velika y manché su hermoso rostro con mi sangre. Velika despertó y me miró aterrada.

—¡Tycen! —fue lo último que escuché de su parte.

Híbrida LowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora