EL GUARDAESPALDAS SEGUNDA TEMPORADA💚 (TERMINADA)

Capítulo 11

Nota: Por favor escuchen la canción detenidamente antes de embarcarse en el capítulo, para prepararlas para lo que sigue. Espero que siga siendo de su agrado. Y puede ser este el ultimo de esta historia.

Narra el escritor

El sitio podría ser considerado uno de los más visitado por las personas cualquier hora del día, algunos por motivo de trabajo, otros para escapar, mientras algunos solo era para nuevos encuentros, pero todos y cada una de las personas que estaban ahí tenían vidas totalmente diferentes, en sus mundos imperfectos.

El lugar a pesar de que solo era de paso, las paredes habían visto momentos de dolor, felicidad, angustia, temor, y otros más parecidos.

Un enorme reloj decidía el futuro de las personas. ¿Quedarse?, ¿Irse?.

Cada segundo que pasaba podía ser una eternidad para algunos, y para otros un correcaminos sin detenerse a descansar.

Todos llevaban ritmos distintos, algunos apurados por cambiar y otros deseando no hacerlo.

Unos lloran de felicidad y otros de alegría.

Unos corren para irse y otros corren para quedarse.

Unos esperan y otros se van.

Unos escriben y otros leen.

Todos en sus pequeñas burbujas.

La hora del reloj en la pared, decía que era momento de tomar una decisión, ¿que debía decidir?

En el aeropuerto había momentos como el que sucederá a continuación y pocos realmente se detienen a observarlo.

Algunos por curiosidad, y otros por escapar de su propia vida alimentándose de emociones que no le pertenecen.

Que pasa cuando estás delante de un tablero que te indica que debes tomar un avión a un destino que ni siquiera pensaste al comprar el boleto, cuando tus manos tiemblan, tu cuerpo se estremecía por el miedo tanto a lo que hay delante como lo que hay detrás.

¿Que hacer?

Parecía que el mundo alrededor se había detenido, todos se habían detenido, y el único que podía moverse en ese lugar era Ae, el chico moreno que estaba lleno de tanto sufrimiento, que se le había hecho pedazos el corazón, volviéndose algo físico.

Ese chico había vivido para ver la luz de otra persona, y cuando esa persona perdió esa luz, sin malicia, sin miedo, sin temblor, sin egoísmo, sin pensarlo si quiera le había entregado toda la luz que su alma había almacenado.

Su mente aún estaba tan incrédula de haber perdido la luz por otra persona y que luego esa persona decidió dejarle y robando hasta la propia alma.

Todos a su alrededor seguían sin avanzar, no se escuchaba ni pasos, ni palabras, ni anuncios, ni los objetos, nada. No había nada a su alrededor, el chico Moreno estaba delante de un tablero viendo como los números se detuvieron.

Volteo a ver el reloj, y para su no sorpresa este también había dejado de avanzar, había algo deteniendo todo y a todos. 

Y durante mucho tiempo solo pudo quedarse plantado en el lugar sin saber cómo reaccionar.

Mientras el chico seguía con su atención en el reloj en la pared, otro estaba a varios kilómetros acercándose a gran velocidad por la carretera que daba vía al aeropuerto.

Un joven de piel clara, tan diferente del anterior, y con su pecho lleno de arrepentimientos.

Gritaba en un auto a la persona a su lado para que siguiera avanzando mientras el reloj en la consola del automóvil seguía avanzando cada vez más y más.