COMPLICADO | Crepúsculo | Jacob Black

Six

Aurora

No podía decifrar exactamente qué era lo que tenían esos dos, o que eran. Pero sabía que no eran normales. Y cuando nombró a mis padres... Ilyria, Lerón. Después Carlisle. Sentí todo mi cuerpo tensarse con sus palabras.

—Aun no has dicho quien eres — gruñí con advertencia.

—Disculpa nuestros modales — dijo la chica con voz risueña. El color de sus ojos me hizo fruncir el ceño, ahora que lo notaba ambos tenían ojos de colores distintos a los comunes en un ser sobrenatural. Los ojos de el era grises, mientras que los de ella era cafés. Ni rojos ni dorados; ¿Usaban lentillas? —. Me llamo Grace Rosetti.

—Y yo Jerome Deklan — dijo él peliblanco —. Debemos hablar.

—¿Hablar? — cuestioné.

—Si — dijo él —, de preferencia en un lugar más privado, sin todos tus... — miró a todos los chicos tras de mí — amigos.

—De eso nada — espetó Jacob a mi lado.

—Si sirve de algo — murmuró la chica dando un paso al frente — conocemos a Carlisle desde hace mucho. Solo queremos hablar.

—Bien — acepté. Jacob a mi lado abrió la boca para protestar —. Jake, yo me encargo.

—Pero...

—Yo me encargo — repetí.

—¿Estas segura? — preguntó Leah junto a mi.

—Segura.

(...)

Obviamente Jacob fue Jacob y se negó a dejarme ir sola con ellos.
Algo curioso fue que recibí un llamada por parte de Carlisle diciendo que fuera con los extraños a la casa; tal parece Alice tuvo una visión algo borrosa en donde aparecían aquellos dos en la Push.

—Alto, alto, alto — alce las manos mientras fruncí el ceño hacia los presentes.

En cuanto llegué a casa junto con Jacob, Deklan y Rosetti, supuse que se trataba de un asunto serio. Oh,  vaya que lo es. Ya que Carlisle le había pedido a los demás que se fueran antes de que llegáramos para poder conversar en privado. Por lo que solo Esme y Carlisle nos esperaban en casa.

»Eres un...— señalé al peliblanco sentado frente a mi, tomando té despreocupadamente, mientras que yo siento ir mi mente va a explotar — ¿Brujo?

—¿Un brujo de verdad? — preguntó Jacob, de pie junto al sofá junto a mi —. ¿Con el bibidi-babidi-bú?

El brujo asintió tranquilo mientras que la morena rió suavemente.

—¿Que? — espeté incrédula —. No esperaras que después de casi mil años crea que existen los brujos, ¿O si? Quiero decir, nunca escuché nada sobre algún brujo.

—Cómo seguramente tampoco habrás escuchado de algún híbrido — dijo el brujo, dejándome sin palabras. Su tono fue calmado, pero yo me tensé con sus palabras —. No, ¿Verdad? Y sin embargo aquí estás tú.

—Entonces, ¿Es posible? ¿Eres un brujo?  ¿Hay más cómo tú? — él asintió con calma. Fruncí más el entrecejo.

Puse mayor atención a los sonidos y podía escuchar su latido, era bajo, pero pude distinguirlo. Giré la cabeza para mirar a la chica. Su latido era casi inexistente, demasiado bajo y lento.