Seize

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—Entonces, recapitulando. Esa bola de pelos y babas ¿es por quien mi pequeña sufre?

—No soy tú pequeña — protestó Aurora, aunque con una pequeña sonrisa divertida en sus labios, había extrañado el humor bromista y fastidioso de su amigo; golpeó el hombro de Cygnus mientras acercaba la pajilla del jugo a sus labios carmesí —. Y yo no sufro por nadie — murmuró lo último.

Después del pequeño... incidente, junto al río, los Cullen y Cygnus regresaron a su casa. Ahora estaban todos reunidos en la sala de estar. Cygnus había recuperado su humor bromista junto con su sonrisa socarrona. Ambos pelirrojos estaban sentados en uno de los sofás mientras que Carlisle le explicaba al recién llegado el tratado con los lobos y el problema por el cual estaban pasando. Claro que el pelirrojo ya estaba al tanto por Aurora, pero aún así lo escucho y lo dejó explicarse, por cortesía.

Cygnus podía llegar a ser un idiota, engreído, egolatría y en ocasiones un grano en el culo, palabras de Aurora; pero a pesar de todo, reconocía que podía comportarse. Claro que Aurora nunca se lo reconocería en voz alta.

—Claro, lo que tú digas, Maeve — asintió Cygnus con su usual tono burlón —. Pero aunque no quiera dejar ir a mi retoño — dijo en tono teatral, haciendo sonreír a los presentes —, es comprensible. Es asunto de lobos.

—¿Que es asunto de lobos? — preguntó Aurora.

Los Cullen se miraron unos a otros con repentinos rostros serios.

—¿Qué? — preguntó Cygnus, arqueando una ceja al resto de vampiros —. ¿No lo sabe?

—¿No sé sobre qué? — inquirió Aurora. Miró al resto de vampiros esperando una respuesta —. ¿Nadie?

—Es...— titubeó Alice con aire nervioso —. Es algo de lobos. No sabemos cómo es o cómo funciona...

—Alice — insistió Aurora —, ¿qué es?

—Es... como una especie de conexión.

¿Conexión? Se preguntó Aurora, ¿qué tipo de conexión podía mantener ella con Jacob?

—Esperábamos que fuera Jacob quien te lo explicara personalmente — dijo Carlisle —. Le corresponde a él contarte.

La mente de Aurora se sentía cómo un remolino. Jacob. Jacob y ella tenían algún tipo de conexión, de la cuál ella no tenía la menor idea. Recordó la primera vez que lo vió; fue como un remolino de emociones. Las imágenes que su mente vió fueron tan irreales que la habían asustado. Ahora creía entender el porqué sentía que su corazón se descontrolaba y le hacía sentir aquel extraño hormigueo en el estómago.
Miró los ojos rojizos de Cygnus esperando que dijera algo.

—Cyg... — susurró en tono suplicante, temerosa de lo que pudiera significar aquella conexión.

—Es casi cómo en los vampiros — comenzó a explicarle el pelirrojo. Podía ver la duda y el temor en los ojos de Aurora, ella lo nombró pidiendo ayuda. Además, Cygnus tenía cierta debilidad por Aurora, nunca pudo decirle no a ella. Y no es cómo si alguno de los Cullen pudiera prohibirle hablar —. Nosotros, los inmortales, encontramos a nuestros compañeros de vida eterna. En los lobos es — hizo una mueca, ladeando la cabeza —... cómo un alma gemela.

«—»

Necesito aire. Fue lo que dijo Aurora antes de salir corriendo de la casa. Sonaba algo estúpido ya que ella no necesitaba respirar, pero sentía que las paredes se encogían y la asfixiaban.
Quería estar sola, pero también quería destruir todo a su alrededor; por un momento sintió que explotaría y sus dones se descontrolarían.

COMPLICADO | Crepúsculo | Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora