"Yo me voy, no soporto el olor"
¿Tan mal olía? Se preguntaba Jacob. El pensó en decir que los chupasangre tampoco olían a rosas, pero no dijo nada ya que las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Solo pudo ver como ella salía del lugar ondeando su larga cabellera rojiza.
~*~
Durante su trayecto a territorio quileute, Jacob, seguía pensando en lo ocurrido hace pocas horas.
Es decir, ¡mierda! Cuanto había pasado en tan solo unas horas. Descubrió que se aproximaba un ejército de chupasangres recién nacidos con él propósito de dañar a su Bella.
Y aún peor... había encontrado a su impronta.
En el momento que la vió, que miró aquellos ojos dorados, miles de sentimientos lo embargaron.
Su mente era un caos.
Un puto enredo.
Él quería a Bella; está enamorado de ella desde hace años, pero... Aurora.
Jacob pensó que su nombre no le hacía comparación a la princesita de Disney. Su Aurora era aún más hermosa y ruda... ¡un momento! Pensó su.
Sabía que no podría ocultar la noticia por mucho tiempo; al menos no con su manada. En cuanto entrará en fase todos se enterarían de todo lo qué pasó; agradecía haber ido a la fiesta de los Cullen con la vieja camioneta que arreglo en su garaje. Así tendría un poco de tiempo para ordenar un poco sus ideas.
Sin duda tendría que hablar con Sam... ¡aún más mierda! ¡Sam! ¿Cómo iba a tomar el hecho de que una chupasangre, y no una cualquiera: una Cullen, fuera la impronta de un lobo de su manada?
Jacob estaba impaciente por llegar, hablar con Sam sobre el entrenamiento con los Cullen e informarle las buenas nuevas... no tan buenas.
Jacob se abofeteó mentalmente mientras el agarre de sus manos sobre el volante se reforzaba, ¡acababa de encontrar a su impronta! ¡Debería estar feliz! ¿No?
Su mente y corazón estaban ahora más confundidos. Por un lado estaba Bella... su Bella. A quien ha amado desde hace años, a quien hace unas horas estaba seguro de amar con locura... aún lo hacía. O eso creía. Ahora no lo sabía. Por el otro lado estaba Aurora; no la conocía, en lo absoluto. Solo sabía que era una de los Cullen. Un chupasangre. Su mente le traicionó y lo hizo recordar el momento en el que la vio bajar las escaleras; se veía tan hermosa y magnífica con cada paso que dió, con la gracia y finura de una bailarina, su cabello largo y rojo se movía suavemente con cada paso que dio, y no era de olvidar su figura; pequeña y delgada, pero con unas curvas que lo dejaron embobado...
Mierda, Jake — se reprimió mentalmente —, ¿ahora que?
~*~
—¿Quieres hablar? — preguntó Edward, entrando al cuarto de Aurora.
La fiesta había seguido mientras que Carlisle acordaba un entrenamiento junto a los quileute. Cuando terminó, ya pasada la media noche, los tres quileutes se marcharon directo a hablar con su alfa; Edward se encargó de llevar a Bella a su casa, y cuando regresó a la residencia Cullen fue directo a la alcoba de Aurora.
—No hay nada de que hablar— respondió Aurora en un susurro. Estaba recargada junto a la ventana, mirando el bosque con la mirada perdida, ya no llevaba la ropa de la fiesta, ahora tenía solo su pijama, un short negro de seda, suelto, con una blusa de tirantes.
—Si que lo hay.
Aurora suspiró, apartó la vista del boscoso paisaje y miró a Edward con resignación. La pelirroja se sentó erguida en el colchón de su cama y palmeó el lugar frente a ella.
ESTÁS LEYENDO
COMPLICADO | Crepúsculo | Jacob Black
Fiksi PenggemarDespués de los frecuentes desastres en Seattle, la visión de Alice sobre un ejército de neófitos que se dirige hacia Forks, empieza a alterar los Cullen. Y el hecho de la reciente visita de Victoria, no le da buena espina a Edward. Él quería protege...