Kendall Mason es el heredero del imperio millonario más grande de todo el país, tiene fama y poder, ya que también es el futuro heredero al reino de Romanova.
Sin contar el hecho de ser el chico más intimidante y popular de todo el colegio, es tanta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En mí mente la canción del audiovisual, es Zac cantando a Kendall XD
Zac y yo no hemos hablado más, sigue viviendo en Mason Hall aún que no se por cuánto tiempo más el decida quedarse a mi lado. Después de que la abuela tome una decisión que tal vez cambie todo no solo para mí.
Cuando bajo al vestíbulo Zac entra en escena, viste de manera deportiva por lo que supongo viene de entrenar.
—¿Que hay amigo?—dice chocando los cinco conmigo.—¿Vas a un evento oficial?—su cuestionamiento no me toma por sorpresa ya que aún visto la ropa elegante que use para reunirme con mi abuela.
—En realidad mi abuela me pidió conocer a una estudiante de intercambio que viene desde Inglaterra.—le explicó.—Es de la familia real inglesa por lo que yo personalmente me tomaré el tiempo de ir a recogerla al aeropuerto con Annelisse.—me rascó la nuca de manera nerviosa pues ya han pasado diez minutos del tiempo acordado y Annelisse no aparece por ningún sitio.
El coloca su mano en mi hombro y sonríe.
—Tranquilo amigo ella no debe tardar, es mi eficiente en todo lo que hace.—sus palabras son como un golpe en el estómago, en especial al recordar las imágenes de la noche de su cita. El sólo pensar en ellos juntos mi sangre hierve. De manera involuntaria me aparto haciendo que su mano caiga a un costado.
—Si, definitivamente yo mejor que nadie conoce sus capacidades.—las palabras me han salido de manera brusca e ironica.
Zac parece notar a lo que me refiero pues intenta excusarse de inmediato.
—Lo que sea que piensas no es a lo que me refiero.—dice intentando volver a acercarse a mi de forma amistosa pero retrocedo.—Kendall se que no te conté sobre nuestra cita por qué no sabía cómo lo tomarías. Tu relación con Annie siempre a sido confusa para mí que... Cuando dijiste que sólo era tu asistente creí que cualquier otro tipo de relación había después ella me invitó y en el fondo tu siempre viste la clase de sentimientos que tengo por ella.—se encoge de hombros. A grandes zancadas me acerco a él pues parece que el portero está interesado en nuestra conversación y no me apetece que nadie sepa información de más.
—Si, es cierto siempre he sabido que sientes algo por ella.—le digo mirándolo a los ojos.—Solo que esperaba que mi mejor amigo también notará lo importante que es ella en mi vida, que respetará que llegó tarde a la vida de ella y no intentará nada.—la forma en que lo he dicho es tan liberadora que apenas me reconozco. No sé si alguna vez vuelva a ser capaz de admitir tantos sentimientos. Una mirada de dolor es dirigidas a mi de manera breve y luego la sustituye por una molesta. Más que molesta furica.
—¿Que esperabas que hiciera? La tratas como basura veinticuatro siete. La haces llorar y permites que otros lo hagan. ¿Creés que eso es amor?—dice mientras me empuja un poco con su dedo.—Te dire algo y espero que te entre en la cabeza de una maldita vez. Lo que tú haces no se llama amor, eres un ser tan faltó de ese sentimiento que he llegado a preguntarme si alguna vez lo recibiste de alguien que no fuera ella o de mí.
