capítulo 36: Seduciendo tu corazón

29 1 0
                                    

Katsumi estaba en la flor gigante en la que descansaba, en sus manos poseía un hermoso cristal con una punta filosa y ella lo sujetaba con firmeza mientras que sus ojos estaban fijos recordando los momentos tan maravillosos que había pasado con Tegan... sus dedos tamborilearon sobre el cristal

-Katsumi - De repente entró Karolette con su ala sana a sus aposentos y miró el cristal y se acercó lentamente

-Dime - susurró ella con voz triste

-Tenemos que hablar...

-¿Sobre la profecía? - Murmuró mientras dejaba el cristal sobre una mesilla

-Dime que no harás lo que estoy pensando...

-A veces... una no puede escapar a su destino - susurró

-¿Para eso te mandaron?

-En la oscuridad... solo el más fuerte sobrevive Karolette, tú deberías saberlo, lo que no has hecho tú, lo tiene que hacer otra, es la supervivencia de la especie...

Karolette le miró con cierto reproche, pero en el fondo era la verdad, había asumido que tendría que ser ella pero no lo había logrado, simplemente el hecho de fraternizar con otros seres mágicos le parecía fuera de su realidad, por eso, el estar con Pusaki se le había echo tan... extraño

-¿Lo harás?

-Querida hermana - susurró Katsumi - Ya que no lo has hecho tú... le corresponde a tu hermana pequeña...

Karolette asintió y salió de la flor, yendo a su propia alcoba, en donde se sentó en la cama de flores y dejó que sus lágrimas descendieran de sus ojos, por eso ella no había querido interactuar con otras criaturas... Maldita profecía...

Los días pasaban sin sentirlos... Adriel era paciente... sabía que debía actuar en el momento preciso en que Gabriela fuera más vulnerable, cuando poco a poco perdiera más su resistencia por no obtener la luz de su grupo, los cuales no habían vuelto a abrir las puertas

Una cosa graciosa ocurrió en uno de esos días... cuando Gabriela sintió un olor que no era el usual, siempre la perseguía y notaba que muchos la evitaban, hasta que Gely, en un gesto "humanitario" la detuvo

-Gabriela...

-¿Qué pasa?

-¿Sabes porque todo mundo te evita?

-N-No...

-Aunque no se si lo haces a propósito pero no me importa, lo que te quiero decir es que apestas...

-¿Cómo?

-Apestas... no estás en tu mundo celestial en el que todo es tan puro y tan perfecto que solo la luz del sol los limpia y que las nubes de algodón los viste con túnicas tan blancas como su alma... ¡Ay, que poética soy! - Hizo un gesto - El caso es que aquí, tu celestialidad se va al carajo...

-No entiendo...

-¡Necesitas bañarte! No has usado el baño en semanas... Tienes que cambiarte de ropa, se que no usas ropa interior pero eso no importa finalmente... por si no te has dado cuenta, ya no puedes ser la misma que antes, al menos hasta que no regreses a tu "cielo perfecto"

-¿Bañarme?

-Aquí somos lo que quieras, menos unos puercos ¡Hasta los licántropos huelen mejor que tú en estos momentos!

Gabriela sintió una vergüenza tremenda... apenada se fue al baño, estaba un poco consternada, llevando uno de los muchos trapos que había en su choza, se quitó la que llevaba puesta y fue cuando notó que hasta su ropa que era blanca e impecable, estaba gris, olía mal, al igual que su piel

Gótico: Seducción Mortal (R18)(Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora