𝒞𝓊𝒶𝓉𝓇ℴ

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𝓢𝓪𝓲𝓭

No puedo creer de lo que me he estado perdiendo gracias a tanto estudio. Y, aunque la familia ha sido destinada a ser doctores, nadie me obligó a seguir con el legado. Al menos no directamente. Lo he elegido, ¿la razón?, el jodido mundo. Pocas profesiones son útiles para generar buena plata con la situación actual, era ser doctor o ingeniero, dos de las carreras con más campo.

Una jodida mierda, lo sé.

Lo que era un minuto se vuelven cinco, y diez unos sesenta infinitos minutos en donde el aire comienza a volveré pesado, caliente. Todo da vueltas a mi alrededor y la cantidad de tragos bebidos, realmente he llegado a perder la cuenta.

La chica con la que bailo es muy hermosa, de un largo cabello castaño que hace a un lado cuando me da la espalda y empieza a mover sus caderas junto a su trasero en círculos que harían perder a cualquiera el aliento.

Pienso en detenerme, detenerla. He pasado por mucho para tener una relación estable con Jessica, y, sin embargo, no hago nada. Me dejo llevar.

Solo será una noche, y no pasará nada más. Es mi triste excusa para justificar las idioteces de borracho.

—¿Te diviertes? —pregunta con una voz seductora.

Cuando las luces cambian de dirección logro ver mejor su rostro fino, con unos labios pintados de rojo y unos hermosos ojos marrones. Y, aunque creo haberla visto antes, tengo demasiado alcohol en mi sistema como para recordar donde.

—Por supuesto—respondo y ella sonríe antes de continuar moviéndose a mi alrededor.

Para cuando la duodécima canción termina, siento que la vejiga está por explotar. Busco a los demás a medida que me alejo entre los sudorosos cuerpos. Recuerdo que Francisco se me ha acercado hace como una hora para avisar que debía irse, después de todo es un hombre de familia. Visualizo a Noel bailando y conversando con una morena muy atractiva. De Enric no hay rastro.

Me enfoco en ir al baño, primero me desahogaré y después me enfocaré en buscar al más joven.

Con mucho esfuerzo camino entre los pasillos. El baño se encuentra casi vacío, a excepción de un tipo que se ha quedado dormido en el trono, y ha dejado la puerta abierta. La cierro lo suficientemente fuerte como para que despierte y termine lo que está haciendo. Me dirijo al orinal, y tras bajar la cremallera, recuesto la frente contra la pared.

—Apresúrate, vamos...todavía tengo que buscarlo—murmuro antes de empezar a tararear la canción de Shakira para la copa mundial de la FIFA.

Inmediatamente me rio de mi propia estupidez, aunque nadie puede negar que es una canción muy pegadiza.

"Quizás deba disculparme" pienso mientras lavo mis manos justo cuando el tipo de la cabina finalmente sale tambaleándose de un lado a otro hacia la salida. Al terminar paso una mano por mi alborotado cabello antes de concentrarme. Francisco ya nos había advertido que podía traernos, más no llevarnos de regreso porque se iría temprano y nosotros claramente no.

Por suerte para mí, cuento con un chofer personal.

Al salir del baño, me percato del mensaje que Noel me ha enviado hace como cuarenta minutos.

"Tu invitado ha comenzado a emborracharse, procura que no mate a nadie" —Noel.

No puedo evitar sonreír como un lunático, la tentación finalmente lo atrapó. Sabía que tarde o temprano se daría el gusto de embriagarse. Ni siquiera recuerdo bien la primera vez que bebí, aunque bien sabido es que desperté en la habitación de una chica que me encantaba en la secundaria, así es, llegué a perder mi virginidad sin poder recordar nada.

𝓢𝓸𝓵 𝓸𝓬𝓾𝓵𝓽𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora