𝓢𝓪𝓲𝓭
Cuarenta minutos después, Zamar estaciona su horrible camioneta frente a nosotros y se baja para ayudarme con Enric, que se ha quedado dormido recostado en mi hombro.
—¿Qué mierda? ¿acaso ha matado a alguien? —interroga al ver su aspecto.
—No lo sé—musito deseando en cierta medida que no sea lo que estoy pensando.
—Bueno, subámoslo.
Llevamos cierta dificultad, es poco más alto que nosotros y realmente movilizarlo no es tarea fácil. Una vez la mayor parte de su cuerpo está dentro del vehículo, lo recostamos en uno de esos viejos asientos.
—¿Lo llevaremos a su casa?
—No sé su dirección, pero tampoco puede llegar en este estado.
—Okey, andando a casa—vuelve al asiento del conductor mientras me subo como copiloto — .Pero te advierto que si vomita, lo limpiarás hasta dejar impecable.
—Sí, lo que digas.
El recorrido es mucho más lento a mi petición, aunque Zamar estuvo tentado a pisar el acelerador para asegurar que Enric no vomitase en el vehículo . El pelioscuro permaneció dormido en todo el camino, mi hermano me ayudó a distraerme un poco del verdadero problema al contarme de las exigencias de papá para que encuentre una chica con quien establecerse.
Una vez estacionada la camioneta frente al edificio, empieza nuestra siguiente dificultad.
—Por una santísima mierda, es como un costal de papas—se queja con cada escalón que subimos.
—Solo cállate y ayúdame.
Cuando llegamos al segundo piso, Zamar se encarga de abrir la puerta, luego vuelve a ayudarme con Enric.
—A mi habitación—le digo al notar mi desastre en el sofá.
No descansamos sino hasta que entramos a mi habitación y lo lanzamos sobre la cama. Permanecemos de pie unos segundos tratando de recuperar el aliento.
—Parece muerto—musita.
—Ha sido una larga noche—excuso, Enric ha bebido por primera vez sin mencionar que existe la probabilidad de que Antoni se haya aprovechado de él—. Gracias por la ayuda, te debo una.
Asiente.
—Recuerda que mañana Arán tiene su partido, seguramente lo tendremos aquí temprano.
—Lo sé.
Entonces se va a su habitación a la derecha de esta.
Mi gato Júpiter no tarda en venir a buscar mi cariño, lo tomo entre mis brazos mientras me siento en una esquina de la cama. Observó a Enric durmiendo como piedra. La inquietud sigue dentro de mí, existen solo dos alternativas a lo que ha pasado:
El que Antoni se haya aprovechado de la embriaguez de Enric, o, algo completamente diferente a lo que soy ajeno.
No hay la menor duda en cual sería mi preferencia, pero ciertamente todo apunta a algo de lo que todavía no sé cómo enfrentar. Estoy hecho una mierda, también he bebido y Enric no me ha dicho nada...a lo mejor solamente debo esperar, tampoco puedo apresurarme a matar a alguien cuando no estoy completamente seguro de lo que ha sucedido.
El tiempo en el que paso pensando las cosas que pudieran haberle sucedido llega a ser incontable y cuando menos siento, Júpiter me rasguña la pierna exigiendo su comida muy temprano por la mañana siguiente. A pesar de tenerlo desde ya hace tres años, siempre lo ignoro cuando maúlla temprano intentando despertarme, hasta que finalmente se enoja y termina arañándome el rostro.

ESTÁS LEYENDO
𝓢𝓸𝓵 𝓸𝓬𝓾𝓵𝓽𝓸
Dla nastolatkówLas verdaderas amistades suelen empezar a partir de los momentos más insignificantes, sin darse cuenta de que puede causar un impacto en la vida de los demás, y Said Fernnande, un muchacho de veintiún años que estudia medicina y sigue con el legado...