Nayeon estaba cómoda, definitivamente se sentía en el cielo, y de no ser por la leve punzada de dolor que tenía en su cabeza, todo sería perfecto.
Sabía que era por la resaca, pero no se arrepentía, pues pasó una buena noche gracias a su salida y su cita, quien permanecía abrazando su cintura recostada de su pecho.
Momo seguía dormida y su relajada respiración le transmitía paz, podía pasarse toda la mañana observándola, concluyendo que sin duda aquella japonesa era una de las chicas más lindas con las que había estado, además de que su nombre le parecía adorable, aunque eso fue lo último en lo que pensó la noche anterior.
Y realmente odiaba la idea abandonar la comodidad y el calor del cuerpo ajeno, pero su dolor de cabeza empezaba a fastidiarle, así que luego de suspirar, decidió levantarse de la cama.
Agradeció que la chica parecía tener el sueño pesado, porque de ese modo salir de sus brazos fue más sencillo, soltando una pequeña risita cuando la rubia abrazó una de sus almohadas en su ausencia.
Y una vez su objetivo fue logrado, se puso una bata y bajó a la cocina, necesitaba una taza de café bien cargado y uno de los analgésicos que guardaba en sus gabinetes.
En su camino se encontró con el rastro de su noche de pasión, por lo que a medida que avanzaba recogía una a una las piezas de ropa.
No se consideraba fanática del orden como Jeongyeon, pero no toleraba las cosas fuera de lugar, todo tenía su lugar en este mundo, y si las personas lo entendieran, definitivamente serían más felices.
Decidió preparar un desayuno ligero para compartirlo con su compañera de fiesta, algo sencillo, acompañado de una taza de café y un analgésico, pues de seguro Momo también lo necesitaría cuando despertara.
Rato después entró a la habitación alarmándose al no ver a la japonesa en su cama, sin embargo al escuchar el agua de la ducha supuso que la chica estaría tomando un baño, algo atrevido a su parecer, pero en vista de los hechos, no le dio importancia y se sentó en la cama a comer una tostada mientras revisaba su celular.
Esperaba al menos un mensaje de Jeongyeon, pero desilusionada a ver que no había ninguno hizo un puchero que desapareció al recibir una llamada de su hermano.
—¿Jaebum? Te hacía dormido un domingo por la mañana. — Bromeó dándose cuenta de lo ronca que seguía su voz.
“Bueno es una sorpresa que no me estés insultando por despertarte”
Ante la respuesta del mayor solo rodó los ojos, escuchando como este soltaba una suave risa. —Porque no lo hiciste, desperté hace un rato ¿Que sucede? — Su ceño se frunció ligeramente a la vez que masticaba despacio otro pedazo de pan.
Si algo era inusual era que precisamente ambos estuvieran despiertos tan temprano después de una salida de fiesta, y por el humor del contrario parecía que incluso la había pasado mejor que ella, aunque realmente lo dudaba.
ESTÁS LEYENDO
Esmeralda Japonesa || JeongMi
Novela Juvenil[RESUBIENDO] Jeongyeon hará todo por olvidar su primer gran amor, pero se dará cuenta que no será tan sencillo deshacerse de sus recuerdos, y mucho menos cuando ella no se lo deja tan fácil. Hasta que alguien mas llega a su vida y la cambia de forma...