Invitación a la Mansión Yoo

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¿Como han estado? ¿Les va gustando?

Una sonrisa permanecía en el rostro de la rubia que iba en su patineta camino a la universidad

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Una sonrisa permanecía en el rostro de la rubia que iba en su patineta camino a la universidad.

Se sentía de un fantástico humor ese lunes, aunque a decir verdad, desde el sábado en la mañana que había visto a la japonesa ni siquiera su madre con sus incómodos episodios de preguntas había logrado arruinar su felicidad.

Y aunque no sabía que era exactamente, le gustaba esa sensación, sentirse ligera y con ganas de bailar a cada segundo, de sonreírle a todo el mundo para contagiarlos de su alegría.

Estaba tan sumergida en aquel pensamiento que cuando llegó a la universidad se sorprendió de haber llegado antes que Tzuyu.

«Tal vez había mucho tráfico» pensó, encontrándose con Tae en la entrada con quién inició una animada conversación, hasta que la morena llegó y la miró con los ojos entrecerrados buscando una explicación a su felicidad un lunes por la mañana, pero logró evadirla con un suave “Luego hablamos” que no dejó muy conforme a la menor, pero aún así aceptó.

Ese día a la hora del almuerzo si vio a las japonesas en su mesa, comían y hablaban como de costumbre. Había pensado en ir a saludarlas, pero recordó que ante los ojos de todos ella y la pelinegra jamás habían hablado, así que se dedicó a compartir con sus amigos con quién reía y disfrutaba de un día más, hasta que cierta presidenta sacó un tema a relucir.

Oye Jeong y... ¿Como te ha ido con las japonesas? — Bromeó Jihyo ganándose una mueca de su parte.

¿Que dices? — Cuestionó en modo de advertencia, mirándola con reproche. No deseaba que los chicos se enteraran de eso, al menos no de ese modo. —No uses ese tono Park Jihyo, esa chicas están muy lejos de mi universo, gracias. — Dijo intentando parecer indiferente, continuando con su comida.

—¿Te rechazaron también Noona? Le preguntó Jungkook, logrando sorprenderla con su expresión triste.

Jeong lo miró recordando lo que le habían contado días atrás sobre el rechazo de las extranjeras, sintiendo algo parecido a la culpa invadirla. Aunque lo escondió detrás de una pequeña sonrisa. —Nada de eso Kookie, es solo que no las veo como posibles amigas a todas, aunque Sana es agradable ¿Cierto Chewy? — Y no mentía, Sana y Momo eran buenas amigas por lo que se dio cuenta, pero a Mina dudaba si solo la veía como amiga.

La nombrada casi se ahoga con su bebida achocolatada, mirándola con el ceño fruncido al reconocer su tono insinuante y el brillo malicioso en su mirada. —No sigas por ahí Unnie, no querrás que responda eso. — Dijo con una sonrisa malévola, recordando lo nerviosa que vio a Jeong el día que almorzaron con las japonesas. Si Jeong era malvada, entonces ella lo era el doble.

Es culpa de Thomas, ella inició. — Se defendió la rubia.

Hey, que no es verdad, solo quería saber como les había ido en ese almuerzo con ellas. — Confesó sorprendiendo al resto de los chicos.

Esmeralda Japonesa || JeongMiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora