3x22: Regla

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3x22
Regla

Me duele mucho, muchísimo, puta regla. Mi menstruación es de esas que puede que un mes estés de puta madre y al siguiente te quiera morir, y este mes de las dolorosas. Cuando me duele, me duelen los ovarios como si me estuvieran dando hostias todo el rato con una fusta y los riñones me duelen tanto que si estoy un rato sentada a la que me levanto no me puedo poner recta, es como si me quedara clavada, tengo que ir a ritmo de caracol para ponerme recta y cuando lo estoy haciendo puedo notar como las vértebras hacen crac, crac, como si fuera la cadena de una bici. Es una mierda. Hay veces que con una pastilla de las fuertes se me pasa y otras que me tiro así dos o tres días.

No se si cuando acabe la reunión que ha convocado Webber me podré levantar de la silla, pero creo que sería peor si estuviera de pie.

— ¿Sabes para qué es esto?— Me pregunta Derek que esta aún lado mío. Es una reunión de especialistas.

— No.— Gruño más que decir, por el dolor.

— ¿Estas bien?— Asiento.— No me lo creo. Te estás retorciendo.— Ruedo los ojos y niego.

— Tiene razón. Pareces una salamandra.— Miro mal a Mark.

— No es nada.— Aseguro.

Antes de que puedan replicar Webber entra con el hombre de hojalata, se pone delante de nosotros, todo nos callamos.

— Las cosas no han sido fáciles estas semanas, se que queréis respuestas, pero no las tengo, aún no.— Habla Webber.

— ¿Nos ha llamado para sentirse mejor?— Nos murmurar a mi y a Mark.

— Se ha estirado con la bollería.— Murmura Mark cogindo un bollo.

— ¿Sabes a cuantas enfermeras ha echado?— Le digo que Mark.

— Los del Mercy West llegarán en tres días y cuando lleguen habrá más recortes y despidos, necesito que todos vosotros estéis a la altura y seáis lideres, cuando pueda contestar preguntas lo haré.— Derek se alarga y coge un plato de mientras que todos empiezan a hablar y a preguntarle y/o reclamarle al jefe. Mark levanta la mano, como si estuviera en clase.

— ¿Qué hay de mi unidad de quemados?— Le doy un codazo.

— Es verdad, son excelentes.— Habla Derek comiendo una ensaimada, ruedo los ojos y me vuelvo a mover.— Dirás lo que quieras pero a ti pasa algo.— Dice en mi oído. Webber se marcha y esa es nuestra señal para irnos también. Me levanto pero, como me esperaba, no me puedo poner recta, así que me apoyo en la mesa.— Brooke...— Acaricia mi brazo.

— ¿Llamo a Callie?— Niego, miro a Derek y este le hace una señal a Mark con la cabeza para que se vaya.

— ¿Me vas a decir que te pasa?— Me siento otra vez en la silla.

— Tengo la regla.— Alza las cejas.— Mis reglas lo mismo son indoloras que lo mismo me matan de dolor.— Asiente.— Y este mes a tocado dolor infernal.

— Tomas pastillas ¿no?— Asiento y me remuebo en la silla.

— Si, pero aveces no hacen nada.

— Vete a casa, Brooke.— Niego. — Tienes dos operaciones de ocho horas cada una, no puedes estar un minuto de pie, vas a aguantar dieciséis horas.— Niego.— Te vas a casa ahora.

— ¿Y quién va a operar a esas dos personas?— Suspira.

— Me da igual, pero tu te vas a ir a casa, te vas a tumbar en la cama y te vas a relajar.— Ruedo los ojos.

— ¿Vas a venir cuando acabes?— Niega.

— Meredith me ha pedido que cene con ella.— Asiento.— Le diré que me iré a Nueva York a ver a mi madre en vacaciones.— Asiento, me levanto y él me sirve de apoyo. Me sonríe.— Avisaré al jefe.

Suspiro y salimos de la sala. Vaya mierda. Voy hasta el vestuario y me cambio lo más rápido que puedo. Salgo con el bolso en la mano, no me puesto las botas, no soporto andar con las bambas, voy a soportar los tacones.

Voy con una blusa, unos pitillos y unas bambas de deporte, divina de la muerte.

— Doctora Evans.— Me llama una enfermera nueva, no la había visto nunca.— Hay una mujer que pregunta por usted.— ¿Por que eres tan pesada mamá?

— ¿Es un poco más baja que yo?— Asiente.— ¿Pelo corto y rubio oscuro?— Asiente.— Dile que estoy operando y si quiere quedarse le dices que no puede.— Asiente.

Bajo en el ascensor hasta la última planta y salgo del edificio.

— ¡Brooke!— Ni me giro, necesito hielo y un baño de espuma.— ¡Maldita sea, Brooke!— Abro la puerta del coche pero ella me la cierra.

— ¡¿Qué?!— Le grito.

— No puedes huir de mi siempre.— Le sonrío falsamente.

— ¿Quien dice que no?— Suspira.

— No has leído la carta.

— Y no pienso hacerlo. No quiero verte, no eres nadie en mi vida y nunca lo serás.— Digo con rabia, abro la puerta y meto el bolso de mala manera.

— Coge esto.— Me da un sobre.

— No necesito dinero y menos del tuyo.— Gruño.

— Coge esto, lee la cara, y si no quieres volverme a ver no lo harás.— Suspiro y cojo el sobre, me meto en el coche y arranco, mi madre se aparta y yo conduzco hacia mi apartamento.

Your Anatomy [DEREK SHEPHERD] [GREY'S ANATOMY] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora