2x05: Celos Espatulados

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2x05

Celos espatulados

Niego viendo a Derek con un montón de guarrerías en los brazos. Estamos haciendo la compra, hoy y mañana tenemos libre, en teoría, porque siempre pasa algo que nos hace ir al hospital corriendo.

— Ni de coña.— Niego. Puedo ver una bolsa de Pelotazos, unas dos de patatas normales, una de Doritos y dos bolsas de regalices una de rojos con azúcar y la otra son blancos.— No me gustan los Doritos. ¿Para qué quieres todas esas guarrerías?

— Para esta noche.— Alzo las cejas.

— ¿Vas a hacer una fiesta en mi apartamento y no me he enterado?

— No. Pero he pensado en hacer algo especial esta noche.— Sonríe. Lo pone todo en el carrito.

— Ves a por el champú.— Le digo.

— Ya hay un bote— señala el envase blanco.

— Ese es mío.— Rueda los ojos y se va por el pasillo. Me giro a mirar el embutido, cojo un paquete de queso y uno de jamón dulce, me apetecen bikinis (mixtos) para cenar, ya he cogido el pan de molde y los huevos así que no me falta nada para cenar.

— He cogido el este Tresemmé Salon Silk Seco Y Encrespado Champú, parece bueno, tiene un nombre muy largo.— Me giro dejando los paquetes en el carro.

— ¿Derek, crees que porque el nombre sea tan largo es bueno?— Suelta una risita confirmándomelo.

— Ahora vuelvo.— Se vuelve a ir y yo voy dando una vuelta por los pasillos.

Mi padre se tiraba horas en el súper dando vueltas y al final compraba cosas y no nos las comíamos o utilizábamos. Siempre lo perdía, y siempre acababa yendo por el pasillo del medio mirando por cada pasillo por el que pasaba y cuando tuve móvil lo llamaba, aunque muchas veces me costaba que me contestara, ni que la música del supermercado estuviera tan alta.

Me paro en un están de maquillaje, no suelo usar mucho, entre que no me gusta, me queda mal y lo único que consigo al maquillarme es parecerme a un payaso o sacarme un ojo con el eyeliner. Lo único que uso es el rímel y si hay un evento importante, de esos que pasan una vez al año, o menos, utilizo el pintalabios. O en esos casos llamo a alguien que sepa maquillar que conozca y ya. Cojo el rímel que siempre utilizo.

— No necesitas eso para verte preciosa.— Me giro para ver quién me ha dicho eso.

— Karev...— Frunzo el ceño. Si no era él era Mark.

— Llámame Alex, no estamos en el Hospital.— Asiento sonriéndole.

— Entonces llámame Brooke.— Asiente.

— ¿Qué haces por aquí, Brooke?— Pregunta.

— Comprar. ¿Qué haría en un supermercado, si no?— Frunzo el ceño.

— Ligar... ¿Por ejemplo?

— Eso creo que lo estás haciendo tú.— Ríe.

— Se me nota bastante ¿verdad?— Asiento sonriendo.— ¿Te apeteciera quedar esta noche?— Hago una mueca de torpeza.

— Tengo planes, Alex.

— ¿Tienes novio?— Como odio esa palabra, no me gusta como suena, cuando la escucho mi cabeza la relaciona con niños pequeños.

— No del todo.

— ¿No tengo alguna oportunidad?— Muerdo mi labio y niego.— Pues... Me voy antes de que pierda la poca dignidad que me queda.— Dice incómodo. Asiento y se va.

— ¿Qué te ha dicho?

— ¡Su puta madre!— Doy un salto del susto que me ha pegado Derek.— Eres más sigiloso que un gato.— Miro sus manos, dos cajas de quintos, una botella de Bourbon otra de güisqui escocés de Malta y una de Ginebra.— ¿Puedes dejar de comprar alcohol?— Le pregunto mientras deja las botellas dentro del carrito.

— Nos las vamos a beber igual. No queda cerveza, a la botella de Bourbon le queda un vaso, como a la de güisqui y me apetece gin-tonic.— Se justifica.— ¿Qué quería Karev?

— Quedar conmigo.— Dejo el rímel en el carro.

— ¿Qué le has dicho?— Dice serio.

— Aparta, te voy a atropellar.— Digo empujando el carro, se aparta y se pone a mi lado.

— ¿Qué le has dicho, Brooke?— Me paro y lo miro seria, está con los brazos cruzados.

— Modo celoso On.— Su mirada sería persistente. Sonrío sin mostrar los dientes, rodeo con mis brazos su cuello, sigue con los brazos cruzados. Le doy un pequeño beso, sonríe un poco.— Quita esa cara de serio.— No la quita.— Le he dicho que tengo planes y que tengo algo con alguien.— Me acerco a sus labios.— ¿Te gusta la respuesta?— Rozo mis labios con los suyos.

— Puede...— Mira mis labios, sonriendo y me alejo. Vuelvo a empujar el carro hasta la cajera que se piensa que tengo piojos porque es la única en la que hay poca gente.— ¡Oye!— Se queja alcanzándome.— No puedes tentarme así y dejarme con las ganas.

— ¿Prefieres que te deje con otras ganas?— Le pregunto y niega enseguida muchas veces haciéndome reír.

Mira el plato, donde están los bikinis, extrañado, ni que fueran dos extraterrestres planchados y pegados con queso al plato blanco.

— Les pones huevo.— Afirma, asiento.

— Te va a gustar, hazme caso.— Suspira y asiente, se sienta al lado mío en el mirador, me gusta cenar ahí, aparte de que es más cómodo que una silla, veo la ciudad de noche, cosa que adoro. Cuando yo ya me he comido la mitad del mío, él muerde su bikini y cierra los ojos.— ¿Te gusta?— Me da un beso con toda la boca llena de yema de huevo.— Que asco...— Murmuro.

— Delicioso— sonríe con huevo en la barba de tres días.

— Tienes huevo por...— río al ver su cara de niño en la mañana de navidad mirando el bikini— toda la cara.— Me mira, tiene huevo en la nariz, suelto una carcajada.

— ¿Qué?— No puedo responder porque la risa no me deja.— ¿Tengo algo en la cara?— Asiento siento, se acerca con sus labios fruncidos, o no. Me levanto corriendo, Derek me mira divertido dejando el bikini en el plato.— Solo quiero darte un beso.

— No.— Digo seria. Se levanta y yo me alejo más.— Derek— le advierto. Se acerca a mi divertido, me estiro y cojo la espátula con la que he hecho los bikinis, suelta una carcajada cuando ve que le estoy apuntando con ella.

— ¿Te vas a proteger de mí con una espátula? Es ridículo.— Asiento.— Tienes un bicho encima de la cabeza.— Me encojo y empiezo a hacer aspavientos con la espátula para ahuyentar al insecto. Siento los brazos de Derek rodearme la cintura.

— No hay ningún bicho.— Dice en mi oído y empieza a dejarme huevo por el cuello y el hombro con sus besos.

— ¡Derek!— Me quejo riendo, su barba me hace cosquillas.— ¡Me haces cosquillas!— Río y deja mi cuello en paz.

— Pues corre al baño, a ver si te vas a hacer pis.— Muerdo mi labio, enfadada, lo miro seriamente, le doy un golpe en el brazo con la espátula, es de plástico duro, así no le ha dolido mucho, pero tampoco es que no sienta nada.— ¡Ay!— Se queja.

— No— le doy— vuelvas— le doy— a— le doy— decir— e— le doy— so— le doy. Me mira divertido.

— ¿Es posible que me encante tu cara de asesina psicópata?

— Te gusta todo de mí, Shepherd.— Le digo cruzándome de brazos con la espátula aún en la mano.

— Te voy a besar, pero primero deja tu arma espadachín.— Miro a sus ojos completamente, seria, pero no puedo evitarlo y de mi boca sale una risa, tiro la espátula al fregadero y Derek se acerca.

— ¿No decías que era ridícula la espátula como arma?— Le digo cuando me rodea con sus brazos.

— No había caído en lo borrica que eres— sonríe. Abro la boca ligeramente ofendida, me ha llamado burro. Aprovecha mi despiste para besarme. Me ha ofendido lo que me ha dicho, pero sus labios arreglan cualquier cosa, sonrío cuando se separa.

— Amas a la borrica.— Digo abriendo los ojos, me mira sonriendo, me encanta su sonrisa.

— Puede...— Me acerco más a sus labios.

— ¿Sabes? Estoy empezando a odiar tus "Puede..." — Ríe y lo beso.

Your Anatomy [DEREK SHEPHERD] [GREY'S ANATOMY] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora