Your Anatomy [DEREK SHEPHERD] [GREY'S ANATOMY] [EDITANDO]

4x06: Grandinetti

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Grandinetti

Acabo de subirme los pantalones cuando Derek entra al vestuario, ya cambiado y preparado para irnos.

— Vamos tarde. ¿Estas ya?— Me siento en el banquito para ponerme las botas.

— Lo siento pero tenía que cerrarle el pecho a una mujer de cincuenta años.— Lo miro y me mira con reproche.— Cojo el bolso y nos vamos.— Me levanto.

— Venga, date prisa.— Cojo el bolso y lo miro extrañado. ¿Qué le pasa a este?

He acabdo de operar hace menos de veinte minutos, su corazón ha tardado en aceptar el líquido, pero lo ha conseguido y ahora está muy bien. Avery tiene talento, pero no creo que acabe siendo de cardio, O'Malley ha estado tranquilizando a la paciente todo el día, es muy buena persona, es, posiblemente, el que mejor me cae y el más completo, cuida de sus pacientes y es bueno operando, pero no debería dejar que los demás lo pisoteen. Los demás residentes o son buenos operando o se preocupan demasiado por lo pacientes. Cristina, Alex, Jake, y a veces Meredith y Avery, solo se preocupan de operar y no de los pacientes. Izzie y Kepner son demasiado sensibles con los pacientes.

Y luego están los que son unas ratas carroñeras y sólo se preocupan de ellos mismos. Percy y Reid son unos claros ejemplos.

Derek, prácticamente, me empuja por mi espalda baja para salir por la puerta.

— ¿A que viene toda esta prisa?— Le pregunto intentando seguirle el paso, aún tiene su mano en mi espalda baja.

— Los residentes están acabado y no quiero nos cruzamos con nadie.

— Doctora Evans.— Miro a George que nos para, Derek quita la mano de mi espalda cuidadosamente.

— Dime, O'Malley.— Escucho el suspiro de pesadez del cirujano que esta a mi lado.

— Me voy a alistar al ejército.— Abro los ojos y miro a Derek que esta igual que yo.— Hoy ha sido mi último día aquí. Solo quería decirle que he aprendido mucho de usted y que me ha ayudado mucho.— Asiento.

— ¿Estas seguro, George?— Asiente.— Bueno... Cuídate, y cuando vuelvas llámame y llamaré a un amigo del Johns Hopkins para que trabajes allí.— Abre los ojos, es de los tres mejores hospitales universitarios del país, es complicado entrar allí, asiente.

— Gracias, gracias.— Es bueno, y puede llegar a ser uno de los mejores del país, si sigue así, además me cae bien. Mira a Derek.— Adiós, doctora Evans,— me mira y luego vuelve a mirar a la persona de mi lado— doctor Sheperd.— Se va y nosotros seguimos caminando hacia el ascensor.

George en el el ejército, nunca lo hubiese pensado.

— ¿A quién conoces del Johns Hopkins?— Me pregunta Derek cuando entramos al ascensor.

— Al jefe de cirugía. Fue uno de los hospitales que me ofreció un puesto.

— ¿El jefe de cirugía de uno de los mejores hospitales del país te ofrece un puesto de jefa de cardiotoracica y no lo aceptas?— Asiento.

— Ya te dije que no quería irme lejos de mi padre en esos momentos.— Las puertas se abren y salimos, caminamos hasta la salida y de ahí a mi coche.— ¿Por qué nunca cogemos tu coche?— Le pregunto cuando arranco el vehículo, nunca me he subido a su coche.

La verdad es que la cena está siendo muy divertida, no estamos riendo todo el rato, muchas veces de cosas completamente absurdas y estupidas, pero es agradable estar así y sentir que no hace falta esconderte o mirar para todos lados por si hay alguien que conocemos mirándonos.

— Brooke...— Dejo de reír y miro a... a mi madre. Genial. Va con un hombre, debe de tener su edad o un para de años más.

— Elena.— Digo seca, mira a Derek y este la mira.

— Soy, Elena Davis, la madre de Brooke.— Derek se levanta y le da la mano.— Y el mi marido, Alan Davis.— Le da la mano a él también.

— Derek Shepherd, soy— me mira y asiento— la pareja de Brooke.

Elena sonríe y me mira, Derek se vuelve a sentar y yo espero a que esa mujer se vaya.

— ¿Has leído la carta?— Me pregunta.

— No, ya te dije que no lo haría.— La hablo seria, no quiero demostrar ninguna emoción frente a ella.

— ¿Tu padre lo conoce?

— ¿Te importa?— Me empieza a cabrear esta señora. Se calla y no dice nada más.

— Nos tenemos que ir, tenemos mesa reservada.— Dice el hombre y se van. Noto la mirada de Derek.

— Le la maldita carta y olvídate, seguro que quieres saber por qué se fue y que ha sido de su vida.— Lo miro seria.— Mereces una explicación, Brooke, y esa carta lo es.

Puede que tenga razón, la explicación es la carta y creo que es lo único que necesito para olvidarme, otra vez, de ella.

A lo mejor, y solo a lo mejor, me he emborrachado con el vino, hemos estado hablando por horas, hemos sido los últimos en salir del restaurante y porque no han echado, tenían que cerrar, se me han pasado volando as horas. He notado varias veces la mirada de Elena en nosotros, pero he intentando pasar de ella, aunque más de una vez me han entrado ganas de decirle unas grandes e importantes borderias.

— Shh...— Me dice Derek, me intento aguantar la risa pero no puedo y suelto una carcajada al igual que él. Antes me he quedado mirando el techo del ascensor y cuando él ya había salido he reaccionado y las puertas me han estrujado un poco.— Tienes vecinos que deben de estar durmiendo.— Intento meter la llave en la cerradura pero me cuesta un poco cuadrar las distancias, después de cinco minutos lo logro. Entramos al apartamento, la luz está encendida y Mark y Lexie están cenando donde ceno con Derek siempre, nos miran desde ahí.

— ¡Buenas noches!— Grito.— ¿Sabeis a quién nos hemos encontrado? ¡A la hija puta de mi madre!— Mark abre los ojos y Lexie me mira extrañada.

— ¿Estas borracha?— Niego y miro a Derek que asiente.— ¿Estas borracho?— Niega rápidamente haciéndome reír. Mark se levanta y viene hacia nosotros.— Es hora de dormir la mona.— Nos empuja hacia la habitación.— Lexie ayúdame.— Mark empuja a Derek y Lexie viene hacia mí y me obliga a caminar hacia la habitación.