8x07: Trajeados

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Trajeados

Callie no se ha ido a África, estuvo un día entero en su apartamento llorando, aparte de ir a que le cortaran el pelo, le queda de maravilla, aunque amaba su pelo largo, pero le da otro toque. Lo han dejado y está un poco decaída, pero es Callie, lo superará rápido.

— La craneotomía se ha cancelado.— Le dice Derek a Lexie.

— ¿Y qué hago?— Le pregunta.

— No sé, busca algo que hacer. Yo voy ha hacer un bebe.— Río y le cierra la puerta.— ¿De qué te ríes?— Me pregunta divertido.

— ¿Vamos ha hacer un bebe?— Sonrie y me besa.

— ¿Algún problema?— Niego y me vuleve a besar. Llaman a la puerta y se aleja frustrado.— Mierda. Lexie.— Abre la puerta.— ¿Qué?

— Busco a la doctora Brooke Evans.— Cierra la puerta y se apoya en ella.

— ¿Qué has hecho?— Me pregunta y frunzo el ceño.

— Nada que yo sepa.— Le contesto extrañada.

— Hay un hombre trajeado con pinganillo que pregunta por ti.— ¿Qué?







— ¿Doctor Webber? Soy Ronald Dais, hemos hablado por teléfono.— El hombre trajeado enseña su placa y los otros dos abren las puertas del área VIP.— ¿Es la Doctora Evans?

— Si.— Le contesta Webber.

— Tenemos que restringir el acceso, solo el personal necesario.— Debe de ser importante.— No pueden saber que está hospitalizado. No pueden saber que está en el país.— Frunzo el ceño. Llegamos a una sala donde todos gritan y hablan por teléfono en un idioma que no consigo identificar, entre el barullo de gente consigo ver una camilla con un hombre mayor y otro haciéndole le reanimación, este último va trajeado. Todos van trajeados.

— Palas y tabla.— Lo levanto un poco y Webber le pone la tabla, le abro la camisa y colo las palas.— Doscientos.— Las cargan.— Fuera.

Tiene latido, menos mal.

— Desde una perspectiva mundial, seria mejor que no muriera.— Miro a Richard.

— Fibrila.

Este hombre no para de tener paros cardíacos, no hay manera de establizarlo, he llamado a Owen y se está encargando de mantenerlo con vida mientras intento encontrar el historial del paciente.

— Aquí están los informes.— Me los da una enfermera, antes controlaba sus nombres, ahora ya me pierdo, despiden a unos, entran otros y ya no se quien es quien. Miro los informes.

— ¡Están en árabe...!— Le digo.

— ¿Fue un accidente?— Le pregunta Webber.

— El coche del emir fue embestido por un camión.— Contesta el agente Ronald.

— ¿Qué está haciendo en Seattle?

— No está aquí, pero su muerte supondría un gran incidente internacional.— Nos dice a los dos.

— Su pueblo va ha celebrar sus primera elecciones ¿no?— Miro a Dais.

— No se me permite...

— Y si muere, la puerta quedará abierta para Al-Qaeda y la reunión no habrá servido para nada.— Webber me mira.

— No va directa al crucigrama, ehh.— Dejo de intentar descifrar los informes para mirarlo.

— ¡Webber!— Lo llama Owen y este entra a la habitación.

— Es lo único que dicen en las noticias. Owen sirvió en aquella zona, si no me equivoco.

— Si, y usted ganó un Harper Avery por curar la bradicardia, la idea se la dio su trabajo final de carrera, se graduó dos años antes en la universidad Estatal de San Francisco con honores, estuvo prometida con el empresario Jessie Larsen y ahora mantiene una relación con Derek Shepherd, no están casados pero se llaman mutuamente marido y mujer, tuvo dos abortos, no tiene enfermedades congénitas graves, y su madre acaba de ser diagnosticada con un Angiosarcoma en la mama izquierda.— Dios santo.

— Vaya... Ha hecho usted los deberes.

— Es mi trabajo.— Asiento suspirando.— Deberían estabilizarlo para poder meterlo en un avión.

— Debriamos salvarle.— Le digo mirando los papeles.— Busque a Cristina Yang y traigala.— Le digo al trajeado, se gira y se coloca la mano en si pinganillo.— ¿Podria alguien traducir esto?






Me han asignado un escolta, por no decir que me tienen vigilada. Solo quería una coca cola para tranquilizarme, ese hombre es un jeroglífico.

— Tienes un admirador.— Rie marc cuando llego a la mesa.— ¿Es Bono?— Niego.— ¿Quien es?

— No puedo decírtelo. El hombre que está detrás de mi me matará si lo hago.— Rie negando. Su busca suena y se va.— ¡Adiós! ¡Eh!— Sacude su mano.

Lexie aparece delante de mi con una pistola de bolas en la mano.

— ¿Es Bono?— Niego.— ¿Y quién es?

— No te lo puedo decir.— Hace una mueca.

— Doctora Evans, tenemos que irnos.— Miro al hombre que me persigue.

— Tengo que irme.— Asiente y voy hacia el trajeado, noto algo en la espalda, me giro y veo que Lexie guarda la pistola detrás de su espalda. Me agacho a por la bola y se la tiro, le da en la frente. Suelto una carcajada por la cara que ha puesto.

— Doctora Evans...

— Que si, que ya va, cascarrabias.





Siento que estoy ante el gobierno de los Emiratos Árabes, cuanta gente para dar un diagnóstico.

— El cateterismo confirma una fisura en una arteria coronaria. Le hemos estabilizado con un balón de contrapulsacion, pero hay que operarle a corazón abierto para repara la fisura.— Les informo.

— Doctora, Doctora, la fisura se la causo el accidente de tráfico.— Me pregunta uno de los muchos hombres que hay en la sala.

— Es imposible — Le intento contestar.

— No, no le conteste.— Me para el hombre.

— Es imposible saberlo.— Le contesta Owen.

— ¿Puede asegurar que sus mejores cirujanos operaran a su alteza?— Miro a Richard.

— Si, son mis jefes de Traumatología y Cardiología.— Les dice.

— Disculpe, pero le preguntaba al departamento de estado, no hablaba de los mejores de este hospital.

— Creo que es mejor que lo trasladen a su país, donde le pueden atender.— Vuelve ha hablar en árabe, más bien a gritar.

— Nos lo llevaremos a nuestro país.— El agente Ronald asiente.

Parece que le han quitado un enorme peso de encima, se ha destensado. Que día.

Your Anatomy [DEREK SHEPHERD] [GREY'S ANATOMY] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora