5x03: Treinta millones de razones para volver a intentarlo

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5x03
Treinta millones de razones
para volver a intentarlo

Llego corriendo al lado de Mark que me tiende el café y la bata, se lo he pedido cuando lo he llamado está mañana. Anoche acabé en la habitación de hotel del chico del bar, por suerte me he despertado antes que él y me he podido ir rápido. He tenido que ir a mi casa a cambiarme y ponerme decente, el jefe quiere causar una buena impresión al inversor ese.

— Gracias.— Beso su mejilla y bebo un largo trago del café.

— ¿Puedo saber ya porque llegas tarde y te he tenido que comprar un café porque no te daba tiempo a desayunar?— Me pregunta curioso.

— Anoche fui al Joe's y ligue, nos acostamos y me he despertado en su habitación de hotel, no me daba tiempo a cambiarme y a desayunar.— Le explico y le doy el bolso.— Llevamelo al vestuario.— Me pongo la bata.— ¿Como estoy?— Me mira de arriba a abajo.

— Perfecta.— Sonríe y yo también.— Ve ha conseguirle pasta a este hospital.— Río y empiezo a caminar, casi correr, hacia el despacho del jefe, voy tarde. Llego al despacho, llamo y entro.— Lo siento, tuve un inconveniente.— Cierro la puerta y me giro.

— La chica del bar...— El tío con el que me acosté anoche, no se su nombre.

— El chico del bar...

— ¿Os conocéis?— Pregunta Webber, lo miro y asiento.

— Nos conocimos anoche.— Le dice él, Richard me mira, creo que se ha dado cuenta de que pasó entre nosotros anoche.— Jessie Larsen.— Con lo mono que era y resulta que es el ricachón pesado.

— Brooke Evans.— Nos damos la mano.

— Señor Larsen, ella es la cirujana que operará a su padre.— Frunzo el ceño y miro a mi jefe.

— Por favor, llameme Jessie.— Webber asiente.

— Jessie donará al hospital cincuenta y cinco millones, treina millones iran para tu departamento.— Trago saliva y miro al chico.— Lo operaras en dos días.— Asiento, el teléfono del chico del bar suena.

— Tengo que cogerlo.— Jessie sele de la sala.

— ¡¿Cincuenta millones?!— Webber asiente.— ¿De dónde los va ha sacar? Tiene mi edad.

— Eso no nos incumbe. Operaras a su padre, Ian Larsen, estaba en tu lista. No quiero fallos, Evans. Es mucho dinero y lo necesitamos. Escoge a los residentes que quieras, pero no quiero ningún fallo, y menos que muera.— Asiento.— Su padre llegará en una hora.

Asiento y salgo del despacho.

— Así que eres tú la que se negaba a operar a mi padre...— Lo miro a los ojos.

— Y tú el hombre que llamaba a mi trabajo sobordandome con dinero para que opere a su padre.— Le sonrio falsamente. Sonrie mirándome a los ojos unos segundos sin decir nada.

— ¿Que haces esta noche?— Pregunta.

— Nada, pero no voy ha salir contigo.— Empizo a caminar por la pasarela, tengo que escoger, Yang seguro que va ha operar conmigo, pero debo escoger a otro.

— ¿Cincuenta y cinco millones no son suficientes como para salir conmigo?— Me persigue.

— No, no lo son. Te lo tienes que currar más.— Le sonrio.

— ¿Qué debo hacer para que salgas conmigo?

—  Un milagro.— Me coge del brazo parandome.

— Hoy a las nueve en el vestíbulo, te llevaré a un buen restaurante.— Niego.— Vamos...

— ¿Por qué debería?— Le pregunto.

— Porque te gusto.— Río negando.

— Que narcisista.— Sonríe.

— Solo a veces. Te gusto, tu me gustas y  creo que ya vamos un paso por delante.— Se refiere a lo de anoche.— Podriamos dar un paso para atrás y tener una cita.

¿Por qué no? Creo que me merezco tener a alguien decente y parece que él no tiene novia, y no se atrevería a ponerme los cuernos, aunque estoy adelantando acontecimientos.

— A las nueve en el vestíbulo ¿no?— Sonríe asintiendo.— Me tengo que ir, tengo que preparar un caso, el padre de un ricachón pesado.— Sonrie divertido.

— Te voy a cambiar ese pensamiento esta noche.— Dice divertido.

Es majo, y el traje le hace irresistible, esta buenísimo y por el dinero que tiene, debe de trabajar mucho.







Le doy el historial del señor Larsen a Cristina, me mira extraña, pero me sigue hasta el ascensor, va ha llegar en unos diez minutos, el tiempo justo para contarle el caso.

— Ian Larsen, cincuenta y seis años, tiene bradicardia desde hace cuatro meses, le haremos el rejuvenecimiento.— Digo dándole al botón que nos lleva a la azotea.

— ¿No era él al que no quería operar?— Que buena memoria tiene.

— Si, pero su hijo se ha presentado aquí y resulta que va ha donar cincuenta y cinco millones de doláres, de los cuales treinta millones iran para cardio, y el jefe ha aceptado por mi, así que mejor que no muera.— Le resumo.

— ¡¿Treinta millones?!— Asiento.— ¿Es narcotraficante?— Río negando.

Espero que no, he quedado con él esta noche.











Le sonrio al señor Larsen, siento la atenta mirada de Jessie en mi, es un poco incómodo.

— La Doctora Yang le hará las pruebas y veremos que tal está usted.— Le digo al hombre, asiente sonriendo.

— ¿No es muy joven para ser cirujana?— Me pregunta su mujer.

— Mamá...— Le advierte Jessie.

— Adelante dos años en la universidad, tengo veintinueve.— Le digo.— Si todo está bien, lo operaremos en dos días.— Asiente.

Your Anatomy [DEREK SHEPHERD] [GREY'S ANATOMY] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora