Al parecer la pesadilla para la comunidad mágica del Reino Unido había terminado. Hacía tan solo unas cuantas horas Lord Voldemort y su ejército de mortífagos fue derrotado por La Orden del Fénix y muchos magos y brujas valientes que se unieron a la causa.
Esa última batalla decisiva ocurrió en el castillo de Hogwarts. Ni el mismo Albus Dumbledore pudo impedir que el colegio fuera invadido por los magos tenebrosos; él había tratado de planear una estrategia para que el inevitable encuentro entre Harry Potter y el señor tenebroso ocurriera en algún otro lugar donde se pudieran minimizar al máximo los daños colaterales pero Voldemort se había adelantado.
- Profesor Dumbledore- le había advertido Draco Malfoy- Voldemort quiere invadir Hogwarts esta noche... debo ser yo quien lo introduzca al castillo o de lo contrario la maldición del Juramento Inquebrantable nos matará a mis padres y a mi...
Nadie contaba con que meses atrás la lealtad de los Malfoy había cambiado. Si bien seguían siendo los mismos arrogantes de siempre y aún sentían cierto desprecio por aquellos que no eran de sangre pura, estaban aterrados por las atrocidades que Voldemort era capaz de hacer. A escondidas Narcisa y Draco Malfoy habían pactado con Dumbledore y desde entonces, al igual que Snape, fungían como agentes dobles.
- Entonces habrá que cambiar la estrategia- dijo Dumbledore al tiempo que convocaba a la Orden del Fénix a su despacho.
La advertencia de Malfoy les había dado tiempo suficiente para evacuar del colegio a los estudiantes más jóvenes y para darles a aquellos que ya estaban en edad de combatir la opción de quedarse a defender el castillo o salir de él antes de que los mortífagos llegaran.
Fue en el ocaso que Draco no tuvo más opción que acatar la orden de Voldemort e introdujo al primer batallón de mortífagos al castillo, donde todos los defensores del mismo ya estaban aguardando.
Al término de la feroz batalla los jefes de las casas del colegio se encargaron de habilitar el Gran Comedor como dormitorio comunitario para todos los que desearan quedarse a pasar la noche en el castillo. A pesar de que Voldemort y gran parte de su ejército había sido abatido, aún no se podía confiar en que la paz se volviera a instaurar de inmediato; había que estar alertas por si los mortífagos y carroñeros prófugos generaban algún disturbio.
El profesor Dumbledore había instruído que sería mejor que Harry Potter y sus inseparables amigos, Ron y Hermione también debían quedarse en el colegio hasta tener la certeza de que podían volver a las calles sin ningún riesgo.
- Más vale ser precavidos- había añadido el director- es probable que los mortífagos intenten atacar nuevamente el castillo, así que deberemos hacer guardias e irnos turnando.
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Y ya de madrugada ahí estaba ella, tumbada boca arriba sobre su saco de dormir y con la vista clavada en el techo del Gran Comedor, el cual mostraba un hermoso cielo nocturno libre de nubes. Miró a su derecha; Ron estaba profundamente dormido, incluso tenía la boca ligeramente abierta y roncaba. Miró a su izquierda; el lugar de Harry estaba vacío. Él se encontraba de turno haciendo guardia a la entrada del Gran Comedor.
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Amores Extraños- Entre la Serpiente y el Lobo
RomanceRemus Lupin ha regresado a trabajar a Hogwarts y desde entonces nada es lo mismo en el mundo de Hermione. Harry y Ron no sospechan nada pero Draco Malfoy sí, y no permitirá que un hombre lobo se interponga entre él y el objeto de su deseo. ¿Quién ga...