Remus Lupin ha regresado a trabajar a Hogwarts y desde entonces nada es lo mismo en el mundo de Hermione. Harry y Ron no sospechan nada pero Draco Malfoy sí, y no permitirá que un hombre lobo se interponga entre él y el objeto de su deseo. ¿Quién ga...
N/A: antes de comenzar este capítulo, les advierto que contiene una escena fuerte al final. Antes de dicha escena habrá un cartel grande y claro de advertencia. A quienes no deseen leer la escena les recomiendo detenerse en cuanto vean el cartel y saltarse al siguiente capítulo.
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La Sala de Menesteres había sido adaptada para pasar una velada romántica. Había arreglos de flores por todos lados, velas flotando, un fresco aroma a rosas y suave música ambiental. En el fondo, Hermione divisó una cama grande, con sábanas de satín blanco y pétalos de rosas rojas esparcidos encima.
- ¿A cuántos elfos domésticos pusiste a trabajar para arreglar eso?- cuestionó Hermione mientras Malfoy caballerosamente la despojaba de su túnica y la colgaba en un perchero.
- Únicamente a Kreacher. Pasa, siéntete cómoda- invitó el rubio- ah, un momento. Dame tu varita, por favor.
- ¿Cómo?- dijo Hermione atónita.
- Lo que oíste, nena. Dame tu varita mágica. Créeme que no la vas a necesitar.
-¿No confías en mí?- espetó la chica indignada.
Draco reprimió una risa.
- No linda, aún no. No quiero nada de trucos esta noche. ¡Expelliarmus!
-...- Y la varita de la chica abandonó el bolsillo de su túnica colgada en el perchero para aterrizar en manos de Malfoy, quien metió su varita y la de Hermione en un pequeño cofre que estaba sobre una mesa que tenía cerca y lo cerró con llave.
- "¡Maldición! Ahora estoy desarmada..."- pensó mientras observaba a Malfoy, quien tronó los dedos y dijo:
- ¡Kreacher!
Se escuchó un ¡plop! Y al instante el elfo doméstico apareció en el lugar.
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- ¿Sí, joven Malfoy?- dijo el elfo haciendo una reverencia con profunda devoción hacia el rubio. Éste le extendió el cofre junto con la llave y ordenó:
- Guarda esto en mi baúl. Cuando lo necesite te lo pediré.
El elfo tomó los objetos y respondió:
- Como usted ordene, amo.
Y tras hacer otra reverencia, se desapareció del lugar. Hermione estaba atónita. Ignorando la expresión de su rostro, Malfoy ofreció en tono casual:
-¿Gustas tomar algo?
-...- Hermione lo miró mostrando desconfianza. Al notarlo, Draco sonrió:
- Tranquila, no hay nada que temer. Te dije que no quería trucos, y así será. No he alterado ninguna bebida con filtros de enamoramiento.
- ¿Por qué me estás diciendo todo esto?- preguntó ella con aspereza.