Capítulo 1

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Aviso: este fue mi primer fic, por lo que puede que no esté muy bien narrado y en algunos lados se vea algo extraño, perro tiene amor, lol.

๑❥๑

Otra ves lo mandaban a dejar alguna estupidez.

Estaba harto. Siempre que necesitaban dejar alguna cosa lo mandaban a él, porque era unos flojos de mierda que ponían excusas estúpidas solo para no hacerlo ellos.

Los detestaba.

Siempre era lo mismo. Le pedían que llevara las cosas y si decía que no, lo quedaban mirando como si fuera una pésima persona que no tenía nada que hacer y que debería haber llevado eso, ¿por qué?, no tenía ni la menor idea.

Bufó para luego seguir su paso, observando la tranquilidad que había en la escuela.

Lo único bueno de dejar objetos ajenos, era que podía perder clase, aunque él ya había terminado el trabajo. Solo estaría de adorno en aquella sala, sentado al fondo junto a la ventana, quieto y con cara de pocos amigos.

Aunque tenía muchos y era bastante popular, pero eso no le quitaba el mal humor.

Enojado y aún gritando quejas mentales, decidió abrir la puerta, viéndo la sala vacía, sin ni si quiera un alma andante. Avanzó, dejando los trabajos de arte en una de las mesas redondas de la habitación.

De todas formas el cuarto era bastante lindo. Tenía una ventana que daba al patio trasero del instituto, las cortinas de color crema dejaban a penas paso a una tenue luz que apuntaba a un casillero donde había un chico.

También estaban aquellas amplias mesas blancas con sillas del mismo color y estilo. Las repisas eran muchas y aún así la sala era grande. Una habitación bastante cálida y silenciosa, si no lo hubieran mandado hasta allí, probablemente hubiera desconocido en su totalidad acerca del lindo lugar en el que se encontraba.

Espera, ¿qué?

Volvió su mirada a donde estaba el chico quien leía metido en aquel casillero. No emitía ninguna bulla, ni si quiera dejó de mirar el libro cuando sintió la mirada del rubio sobre él.

Pensó que sería mejor irse, tomando sus cosas para marcharse y dejar al chico de cabellos rojizos leyendo en ese casillero.

—Hace tiempo no venían a mi güarida, un gusto, chico rabioso — una genuina sonrisa salió de sus labios, mirando al rubio quien había escuchado perfectamente su comentario, pero no le agradó para nada.

Mark paró en seguida ante la voz del chico, que era bastante aguda y le sorprendía, pues el prefería intentar hablar siempre lo más grave posible, que realmente no tenía ninguna razón exacta. A Mark le gustaba su voz grave así que haría voz grave. Era cosa de gustos, aunque su voz era bastante traicionera en algunos momentos, soltando gritos tremendamente agudos al asustarse.

—Solo vine a dejar unos trabajos y ya, no tengo intenciones de interrumpir tu cueva, topo viviente.

Mark no quería sonar grosero, pero la situación, lugar y contexto solo provocaban que el rubio respondiera tal cuál su humor. Además, el chico no había sido tampoco alguien muy amable.

—¿A quién le vienes a decir así cara de ogro?, podrías intentar ser más amable que andar con tu humor de mierda — Donghyuck levantó su rostro, mirando al rubio con su ceño fruncido.

—Ugh...ya, lo siento por ser demasiado intenso para un niñito como tú — rodó sus ojos, recibiendo como respuesta un golpe de una bola de papel lanzada por el moreno, quien lo miraba enojado.

Casillero | Markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora