Capítulo 4

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Hoy era el día.

El día de su muerte claro.

Era viernes y le tocaba ir a la casa de Mark, donde claramente quería evitar ir a toda costa, pero a veces un trabajo -en realidad siempre- valía mil veces más que sus caprichos o problemas amistosos.

-¿En qué piensas, pequeño? - la suave voz de Johnny, su mejor amigo que tristemente vivía en el extranjero, sonó, haciendo que sus pensamientos se esfumen.

-Nada hyung, simplemente pensaba acerca de una obra que tengo que realizar en el instituto. Es bastante tedioso Johnny-ah~.

-Lo sé Hyuckie, pero nunca dejes de lado los estudios - incluso si hablaban a través de un teléfono, sabía que el mayor estaría regañandolo cariñosamente, mientras que con su dedo lo señalaba de manera acusadora, pero aún así, su hyung nunca lo sermonearía demasiado sin antes acurrucarlo y hacerle mimos, porque consentirlo era, probablemente, su pasatiempo favorito.

-Sip, es que el problema es que tengo que ir a la casa de un compañero de clases para practicar - del otro lado de la línea solo se escuchó un "oh", que daban paso a que siguiera hablando - Pero me cae muy mal...

-¿Enserio?, eres un chico bastante tranquilo, no creo que sea posible que te lleves mal con alguien Donghyuck, eres un ser inofensivo que es incapaz de matar una hormiga.

-¡Las hormigas no tienen la culpa!

Ambos rieron un poco, mientras que el receso se acababa y ya era hora de entrar a la última clase.

-Hyuckie, ¿me extrañas?

-Claro que si hyung. Últimamente me siento bastante solo. Nadie me compra dulces en los recreos, son unos aburridos.

Se escuchó una carcajada antes de volver a oirse la suave voz del mayor.

-Pronto nos veremos pequeño, solo espera.

El menor iba a decir algo, pero la llamada se cortó, dejando todo en silencio.

¿Su hyung y él se verían?

No tenía la menor idea, pero realmente extrañaba ver a su mejor amigo abrazándolo y dándole algunas chocolatinas. Más que nada, extrañaba hablar con alguien de confianza.

Al menos podía hablar con Taeil. Aunque solo sería de frutas y de aromatizantes de baño.

A veces, era bueno tener a alguien con quien hablar. La confianza era importante y algo difícil de obtener, por ello, valoraba mucho cuando se ls otorgaban. Probablemente una de las razones por las que quería tanto al feo de Johnny, no se le decía mucho, pero lo quería demasiado. Era alguien importante y a quien agradecía de tener en su vida.

Se paró de aquél casillero para salir a afrontar la realidad. Era la última clase y tendría que ir a la casa del gruñón de Mark.

๑❥๑

Sus pies se encaminaron en dirección a la salida, donde se encontraría con el mayor, para ambos irse juntos a su casa.

Estaba nervioso.

Era la primera vez que iba a la casa de alguien que no fuera Johnny, ya que amigos tenía con suerte uno y quizá dos si es que consideraba a Chenle, que era el chico de cabello color menta que se sentaba a su costado. Incluso de vez cuando ambos intercambiaban pequeñas palabras durante las clases.

Pero a parte de ellos, su vida social se resumía a sus juguitos y casillero-sin contar a la señora del aseo- que no eran de muchas palabras sinceramente.

Casillero | Markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora