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Mientras desayunamos todos notamos a Sokka muy callado, se ve algo frustrado.

-Sokka que te ocurre? Generalmente sueles hablar más mientras comimos.

-Toph tiene razón - dije dejando de comer - que es lo que te molesta?

-Es  solo que tú, Karata, Angg y Toph pueden hacer cosas asombrosas - habló mientras jugaba con su comida - y yo, solo soy yo, no tengo nada de especial. No puedo manejar el agua ni la tierra o el aire, mucho menos el fuego, a veces siento que no soy importante para el equipo.

-Sokka no digas eso, tú te encargas de planear las rutas, planear ataques - Karata hizo una pausa - eres muy importante en el equipo, ojalá pudieras ver lo que nosotros vemos en ti.

-Ajá, lo dices solo por que eres mi hermana - dijo serio.

-Hay que llevarlo de compras, eso lo animará - añadió Angg incorporándose a la conversación.

Luego de eso nos dirigíamos una
tienda que se encontraba en aquel pueblo que evitamos que se quemara. Dentro de la tenida Sokka se enamoró de una espada muy parecida a la mía, el dueño del lugar nos contó que aquella espada fue hecha por el maestro herrero y espadachín Piandao quien vivía cerca de ahí, así que animamos a Sokka para que fuera a pedirle que él le entrenara. Mientras tanto nosotros esperaríamos afuera.

- Izumi tú herida no ha sanado verdad - Dijo Toph sentándose junto a mi.

- De que hablas, estoy bien - dije nerviosa.

-No mientas, dia a día tu corazón late cada día más rápido y te cansas más, creíste que no me daria cuenta?

-Sinceramente esperaba que no - dije con una sonrisa triste - no le digas esto a los chicos, pero la quemadura se ha vuelto a expandir.

- Por qué no ha sanado? - preguntó sería.

- Yo debí morir ese día - su rostro cambió por completo - un dragón me salvo, pero solo fue temporal, ahora la herida está haciendo su trabajo, crecerá hasta alcanzar todo lo que debió ser en aquel momento - dije tranquila - Cuando la herida alcance mi corazón, moriré.

- Izumi que estas hablando - genial ahora Katara también lo sabe- dejame ver tu herida - dijo con un tono demandante.

- No te preocupes si, estoy bien, si mi destino es morir a acusa de esto con gusto lo acepto - ella me miró con el ceño fruncido.

-Toph no dejes que se mueva - dicho eso Toph me sostuvo y Katara revisó mi herida - deberías contar más con nosotras, no sé si pueda sanar esa herida - dijo mirando la quemadura - pero puedo hacer que deje de creer.

-Gracias - ella puso sus manos en la herida y esta comenzó a volverse más pequeña - muchas gracias por preocuparse por mi - trataba de contener las lágrimas pero no pude más.

-Ven aquí, necesitas un abrazo - ella y Toph me abrazaron, me sentí tranquila y en casa.

-Por favor no digan nada de esto a Sokka y A Angg, ya tienen suficiente de que preocuparse- hablé mientras secaba mis lágrimas.

El resto del dia transcurrió tranquilo, pero muy aburrido, me la pasé durmiendo descansando sobre Appa con momo sobre mi. Mientras estaba ahí Sokka llegó para pedirnos que le ayudaramos a mover el metiorito que calló, haría su espada a partir de él.

Al día siguiente Sokka nos pidió que entraríamos, era el momento de recibir su espada, él no pudo evitar decirle la verdad a su maestro, que él no pertenecía a la nación del fuego. El maestro de Sokka comenzó a pelear con él, pero a mi parecer no peleaba con demasiadas ganas, que se trama este sujeto.

-Bien ya fue suficiente - dije sacando mi espada - deténgase ustedes dos - me enfrenté con el filo de la espada de Pandao y con un movimiento de mi espada lancé lejos la de él.

- Estoy muy viejo para pelear con los amigos del Avatar - dijo él señor poniedose en pie- Muchacho puedes quedarte con la espada me impresionas.

-Siempre supo quienes éramos? - preguntó Angg.

-Por supuesto que si. - dijo riendo, para luego mirarme con una expresión que no logré descifrar - muchacha dime de donde sacaste esa espada.

-Es el recuerdo de un amigo caído - hablé con nostalgia.

- Ya veo, sígueme tú espada necesita filo.

Lo seguí hasta donde guardaba sus herramientas, el estaba muy serio.

- Esta es la espada de mi nieto - el abuelo de Misuhara- me alegra tenerte en casa - le hizo una reverencia a la espada - Mi querido Misuhara.

- Señor - no encontraba palabras - lo siento mucho, le dejaré su espada.

-No, es tuya - él estaba afilado la espada - Mi querido nieto se fue de aquí en busca de su hermana- él siempre decía que su hermana debía de tener la misma edad que yo - al verte aquí con su espada puedo ver que la encontró.

- Te refieres a mí? - estaba muy sorprendida de lo que acaba de escuchar.

- Asi es, él padre de Misuhara, mi hijo, tuvo un amor secreto con una joven de la tribu del agua del Sur- hizo una pausa - de ese amor naciste tú, pero un día mientras tu padre estaba en la guerra tú y tu madre desaparecieron - yo solo escuchaba atentamente, no daba crédito a lo que estaba escuchando - solo pudimos encontrar el cuerpo de tu madre, luego de eso tu padre se volvió loco buscándote y también murió -una lagrima rodó por mi mejilla.

-Cómo fue que Misu me encontro? Y cómo fue que el no se perdió? - pregunté sin pensar.

- Ese día él estaba conmigo, y respondiendo tu primera pregunta, Misuhara era muy terco, un día el se levantó y dijo que se enlistaria a la armada, que solo así encontraría a su hermana.

- Estoy algo aturdida, entonces tú eres mi abuelo, Misuhara era mi hermano, mi padre de la nación del fuego y mi madre de la tribu del agua del Sur? Entendí bien?.

-Así es  - me respondió con una mirada amable.

Seguimos hablando por rato, le conté como murió Misuhara y donde está enterrado. También le conté como fue mi vida lejos de casa y todo lo que he pasado para llegar aquí.

-Creo que ya es hora de que me vaya, mis amigos me están esperando - lo abracé - muchas gracias por todo.

-Viaje bueno pequeña, cuando todo esto termine puedes volver aquí, después de todo este es tu hogar - una cálida sensación recorrió mi pecho, al menos tengo algo de familia en este mundo, ya no estoy sola, me detuve un segundo en mis pensamientos, nunca he estado del sola, ni siquiera ahora, Katara, Toph, Sokka, Angg, Appa y momo están conmigo y se preocupan por mi, pensé sonreído, no estoy sola.

Cuando volví con los chicos les conte lo que acabo de descubrir, ellos estaba muy feliz por mi. Luego de eso emprendimos un viaje.

¿En Verdad Eres Tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora