44 ( fin)

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- Azula... - dije cambiando lentamente hacia ella - ven aquí.

Ella lanzaba rayos tratando de matarnos a mí y a Katara.

- Estás enojada Izumi? Zuzu se lo merecía - Rió como loca - Por qué traes un anillo de casada? - dijo mientras Katara y yo intentamos atraparla - no me digas que se casaron, que lastima yo quería ser la madrina - se secó una lagrima imaginaria.

- YA CIERRA LA BOCA!! - corrí tras ella, tenía ganas de asesinarla, él espíritu del dragón exigía que tomara su vida. Mis ojos estaban rojos, como en Ba Sing See, solo que esta vez era conciente de lo que hacía.

Iba lanzando ataques como loca, una sombra de dragón iba bajo mis pies - Izumi escúchame, lo que quieres hacer no servirá de nada - Katara intentó detenerme, pero yo solo pesaba en atraparla.

- Con ella intentaste reemplazarme ? - preguntó mientras peleábamos cuerpo a cuerpo - ella no es tan buena como crees, Zuzu dio su vida para salvarla, ella tiene la culpa de todo esto - Acaso cree que soy idiota.

Apoyé mis manos en su estómago para lanzarle un rayo, iba atravesar su cuerpo con una descarga directa, pero un recuerdo atravesó mi mente.

- No importa cuánto cambien las cosas, siempre serás como una hermana para mí - dijo antes de subir al barco.

- No me olvides, promete que nadie ocupará mi lugar - las muchachas se abrazaron.

- Lo prometo...

No puedo hacerle esto, le he fallado, no hice nada para evitar que fuera consumida por la maldad y la locura, yo le fallé, la traicione. Azula aprovecho mi distracción para huir lejos.

- Estás bien ? - me preguntó Katara a lo que solo negué con la cabeza. - tengo una idea para atraparla, sígueme.

Seguí a Katara hasta unos desagües, y con el agua de ese lugar atrapamos a Azula para poder amarrarla con unas cadenas que ahí habían.

Ella lloraba y lanzaba fuego, Katara me hizo una seña para avísame que iría a ver si podía hacer algo por Zuko, por mi parte me senté junto a Azula a esperar.

- Te fallé, prometí que siempre seríamos amigas y miramos ahora, luchando a muerte la una con la otra. - ella dejó de lanzar fuego, me acerqué para limpiar sus lágrimas - aunque debés admitir que tú también me has fallado - besé su frente y me dirigí a donde se encontraban Katara y Zuko.

Temía lo peor, al acercarme me puse a llorar cual niña pequeña sobre su pecho.

- Deja de llorar, estoy bien- puso una mano sobre mi cabeza - muchas gracias por salvar mi vida.

- Yo soy quien debe agradecerte - le respondió Katara mientras yo seguía llorando.

Los tres nos quedamos en el piso descansado hasta que el cometa termino de pasar. Zuko se quedó en el palacio para que atendieran sus heridas y descansara un poco, mientras que nosotras subimos a Appa en busca de los chicos.

- Crees que Angg haya matado al Señor del fuego? - me preguntó mientras volabamos.

- No, pero aún así creo que ganó, lo más probable es que le haya dejado sin poderes. - respondí relajada

- Qué hubieras hecho si él hubiera muerto ?- su tono tenía algo de miedo.

- La verdad no lo sé, lo más probable es que hubiera tomado su lugar en el reino - ella me miró como diciendo no me refería a eso y yo le sonreí - Si la pregunta es si hubiera asesinado a Azula, la respuesta es no.

Seguimos volando hasta encontrar a los a Suki, Toph y Sokka que estaban junto con Angg y Ozai??.

- YO SOY EL REY FENIX, USTEDES DEBEN TENERME - nos gritó Ozai penas bajamos, intentando hacer fuego control, veo que Angg logro quitarle sus poderes.

- Perdón su majestad - hice una reverencia - causas tanto terror que incluso el fuego control huyó de ti - todos reímos.

- Qué hacemos con él? - preguntó Katara mirándolo con asco.

- Está indefenso, lo mejor será que se quede en prisión - habló Angg - ahora debemos subirlo a Appa.

- Con gusto ayudaré con eso - sé que es malo reírse de la desgraciada ajena, pero esto me encanta.

Lo subimos y lo llevamos al palacio, donde se decidió en que cárcel lo podrían, por otro lado Azula fue llevada a una institución mental, ya solo queda la entrega del trono del señor del fuego en la lista de pendientes.

- Necesitas ayuda con eso? - Zuko estaba tratando de vestirse, pero sus heridas se lo dificultaban bastante.

- Si la ayuda me las das tu claro que quiero - yo reí y lo ayudé a vestirse, coronación sería está misma tarde.

- Solo te falta una cosa - él me miró confundido - un beso - le besé con suavidad.

- Sólo uno? - me tomó de la cintura y me apegó a la pared - yo quiero muchos - comenzó a besar mis labios para luego bajar por mi cuello y dejarse llevar por el calor del momento.

- Príncipe Zuko... - el guardia nos dio una mirada extraña - ya es hora.

Ambos reímos después de eso - recuérdame cerrar la puerta con llave para la otra - me dió una lamida en la cara.

- Explícame por qué siempre nos pasa eso - él volvió reír, era la mejor melodía que puedo escuchar.

- No lo sé querida - abrió la puerta para que yo pudiera salir.

Había personas de diferentes reinos en la coronación de Zuko, incluso Hakoda.

- Pueblos del mundo - comenzó su primer discurso como señor del fuego, Iroh y yo lo mirábamos orgullosos - hoy al fin la guerra a terminado, le he prometido a mi tío y a mi esposa - no pensé que lo aunciaría tan pronto. Apenas lo dijo me paré a su lado y tome su mano, él me dió una cálida y corta sonrisa - que restauraría el honor de mi nación, trayendo también una nueva era de paz para el mundo entero, la con ayuda del Avatar y su equipo sé que lo pondremos lograr.

Luego de la coronación hubo una pequeña recepción a la que nos tuvimos que quedar.

- Si me disculpan - todos en esa sala me prestaron antención e hicieron una reverencia en señal de respeto, fue algo incómodo - el señor del fuego y yo nos retiramos, hoy fue un día largo y necesitamos descansar, buenas noches - todos hicieron otra reverencia, no sé como me acostumbraré a esto.

Nos retiramos a nuestra habitación, la de los señores del fuego, jamás creí que dormiría aquí.

- Te duele? - pregunté mirando la quemadura de su pecho.

- Extrañamente no - dijo acostándose junto a mi - oye de casualidad no conoces a un gran dragón sabelo todo y de aspecto la pantanoso? -

- Hablas del dragón que me protegió de tu ataque en Ba Sing See - respondí pensativa - por qué la pregunta?

- Lo ví cuando Azula me atacó - le miré expectante - me dijo que así como cuido de ti cuidaría de mi, supongo que me salvó.

- Ahora entiendo, cuando me acerque a ti en verdad estabas muerto - dije al borde de las lágrimas - de no ser por él te hubiera perdido - no pude evitar llorar ante la idea.

- Oye tranquila si, estoy aquí - secó mis lágrimas con pulgar para luego besame - te amo tanto.

- También te amo - él se sentó en la cama y yo sobre sus piernas, nos besamos y nos dimos delicadas caricias, incluso volvió a morder mi cuerpo, el ambiente subió se temperatura.

- Estás segura de esto - sus ojos brillaban - entonces iré a cerrar la puerta, no quiero que nadie nos interrumpa.

¿En Verdad Eres Tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora