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Había más de dos baños en la casa así que sin problemas ambos nos dirigimos a alguno disponible y tomamos una ducha. Yo me negaba a bañarme con agua fría así que elegí el baño de nuestra habitación donde el agua siempre era caliente. Me tomaba mi tiempo mientras disfrutaba del cálido líquido y veía como el vapor llenaba el baño y empañaba el bonito espejo antiguo.

—Marina necesitas apurarte la pizza ya está aquí— Josh tocó la puerta.

—¡Voy!


La cena fue un momento muy agradable, todos aportaban algunas cosas a la platica y reíamos demasiado. Se pusieron a beber pero para mi sorpresa Jaden se negó a hacerlo aunque le rogaran los demás.

—Hoy no puedo perdonen— solo se excusaba con esas palabras.

Terminamos de comer y me quede recogiendo un poco mientras los demás se encontraban en el patio, la chica de antes que se encontraba un poco ebria trataba de bailar con Jaden aunque este se negara. En realidad se me hacía muy cómico y hacía unas cara muy tiernas mientras rechazaba la oferta de manera educada.

—Te tiene loca— Josh dijo en mi oído y por primera vez me di cuenta que había entrado al lugar.

—Claro que no— mire al piso evitando que viera mi cara roja.

—Maia... ni siquiera te diste cuenta que entré... y eso que choqué con el sillón.

Dijo riendo y le lance un pedazo de la pizza sobrante, cuido que no cayera al suelo y se la empezó a comer muy feliz.

—¡Es hora de dormir!—gritó después de terminarse su comida.

La mayoría apoyó su idea y subieron a los cuartos dejando a tres del los primos de Josh aún tomando en el patio. Subí y me metí a la cama matrimonial que estaba compartiendo con Josh después de que me rogara tanto, era obvio que yo quería compartir cama con el otro chico pero las cosas terminaron así.

Los minutos pasaron , tal vez una hora y no podía dormir, me sentía con mucha energía aún pero mantenía los ojos cerrados. La música que provenía del patio ya había cesado y solo se escuchaban los grillos y algunas otras cosas.
No creo poder dormir en un buen rato...necesito tomar agua.
Como si esa fuera la clave para terminar con mi insomnio me levanté con cuidado y tratando de ser lo más silenciosa posible. Mire la cama en la que suponía que debía estar Jaden pero se encontraba vacía, salí en dirección a la cocina y el se encontraba sentado sobre la pequeña mesa mientras se terminaba un vaso con agua.
En cuanto me vio en el último escalón me sonrió aún con la boca llena de agua y al fin trago.

—¿Tampoco puedes dormir?— me acerqué y tomé un vaso.

—Lo estaba intentando pero no se por qué no puedo— dijo sin darle importancia.

La verdad es que a estas horas la casa daba un poco de miedo, no era tan oscura ya que la luz de la luna normalmente entraba por las grandes ventanas pero se escuchaban muchos ruidos por los pasillos. Me termine el agua mientras había un silencio entre los dos, ahora que lo había encontrado me sentía más despierta, tendría que pensar en algo para hacer mientras nos encontrábamos despiertos. Recuerdo que una vez que no podía dormir y mi papá me había encontrado viendo la televisión en vez de regañarme salimos a dar una vuelta en su coche e incluso paramos en el gran puente de la ciudad.

—¿Quieres ir a un lugar muy bonito?—le dije con emoción y el enseguida asintió emocionado—tomaré las llaves de Josh.

Tomamos nuestros tenis y cambiamos de ropa por el clima, tendríamos un paseo nocturno, pasaría un tiempo a solas con Jaden y eso me ponía muy feliz. Arranque el auto y el la radio se escuchaban algunas canciones que desconocía pero decidimos escucharlas ya que ninguno había traído su celular. En el camino Jaden bailaba como si conociera el ritmo y miraba por la ventana, miré la hora por primera vez desde que desperté, 3:37 am.
Llegamos minutos después y entré a unos de los estacionamientos públicos que tenían más de un piso, se encontraba casi vacío así que tomé el más cercano a la salida.

—Vamos, sígueme— salimos rápido y corrimos cruzando las calles.

Llegamos al inicio del puente y las luces amarillas iluminaban las grandes columnas cuadradas que tenía, ambos mirábamos hacia arriba. Caminamos en silencio hasta llegar a la mitad donde podíamos ver hacia el lago que por la noche se veía de un color negro. Los pocos autos que pasaban hacían que el viento moviera nuestras ropas y no pasaba nada de gente por la acera.

—Es muy bonita la ciudad—Jaden habló mientras se recargaba en la barandilla y acomodaba las mangas de su sudadera para que su piel no tocara el metal frío.

—Es más bella en la noche, aunque las luces de la ciudad no dejen ver tanto las estrellas— ambos miramos hacia arriba buscando los puntos brillantes.

Nos quedamos en silencio unos segundos, mi paz mental terminó cuando sentí mi mano ser acariciada por los dedos fríos de Jaden, al principio parecía hacerlo con miedo pero miró que no decía nada y la tomó por completo.
Sonreí, el soltó una risita nerviosa y lo mire, sus ojos brillaban más que antes. Quería pensar que los míos brillaban de la misma manera cuando lo veía, incluso más, puse mi mano libre sobre su mejilla y sentí lo cálida que estaban. Nadie decía nada pero nos sentíamos muy cómodos con solo escuchar el ruido de alrededor.
Soltó mi mano después de mucho tiempo y sentí el viento enfriarla, movió sus manos hacia mi cara y uno de sus pulgares tocó de manera delicada mis labios, cerré los ojos por el contacto.
Abrí los ojos de nuevo y su rostro estaba más cerca que antes, sentía como el aire que exhalaba daba cosquillas en mi piel.

—¿T-Te puedo besar?

Accidentally together •Jaden Hossler•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora