Capítulo V

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Jade 

Pensé que si mi obligación era buscar opciones o lugares donde podía descubrir o indagar más sobre mi oscuro pasado, sería adecuado comenzar por la primera persona que se interesó tanto en el asunto. 

Ethan. 

Desde el primer momento en que lo conocí tuvo la intensa curiosidad en saber todo sobre mí. Tenía la leve sospecha de que algo perturbador ocurría conmigo y aun así permaneció junto a mi. Sostenía una mínima esperanza de que el pudiera intervenir a saber el por qué de mis intentas guerras con mis pensamientos. 

Debía actuar sola. 

Permanezco en mi habitación. Libros y revistas esparcidas se encuentran por todo el suelo de la misma. Recorro una esquina a otra sin parar. Me mantuve despierta toda la madrugada leyendo y analizando escritos sobre enfermedades mentales referentes a la amnesia. 

Todo indicaba que debía ser algo parecido pero no podía confirmarlo ya que el papel decía que no ocurría diagnóstico alguno. 

Me dirijo al baño y me observo atentamente en el espejo. Mi cabello color miel está ondulado a los lados de mi rostro. Mi piel blanquecina permanece en un color rojizo y mis cachetes se hallan hinchados. Mis ojos de color marrón oscuros están tornados de color negro completamente y mis ojeras de color verde llaman la atención intensamente. No he dormido bien en incontables días y mi estado físico me está pasando factura. 

Salgo del baño. Me siento en el borde de mi cama. Estiro mis piernas para así descansarlas. 

Debo buscar la manera de hallar cualquier solución y esquema para resolver todo mi caos. 

Una locura o una gran solución podía ser él. 

—¿Entiendes que eso podría ser algún tipo de destrucción para nosotros?— pregunto, sin apartar mi mirada de la ventana. 

— A veces debemos hacer sacrificios perdurables para salvar a otros.— Su voz fría y gruesa hace eco en el gran salón, me volteo finalmente para verlo a los ojos. 

— Si lo haces, no durará por mucho tiempo y lo sabes perfectamente. — No me inmuto y no hago ningún movimiento en lo absoluto. Camino lentamente hasta donde está parado el hombre alto vestido completamente de negro. 

Se voltea para poder ver como me acerco lentamente a él —Debes ser paciente, nadie lo sabrá y serás libre,  continua, colocando sus manos en sus caderas, — para eso debes ayudarme con él. 

Sé a quién se refiere. 

—No le harás ningún daño— Me planto frente a él. Mi voz se agranda cada vez más. 

Me sujeta del brazo derecho con fuerza. —No tienes palabra ni objeción sobre esto, — me sujeta el otro brazo con su otra mano, —si no lo haces, conoces las consecuencias perfectamente y esta vez serán permanentes. 

Me suelto de su agarre con fuerza. El se aleja en la oscuridad dejándome sola en el centro de esta habitación enorme sin compañía. 

Sé las cosas que debo hacer. Conozco los pro y  los contras que incitan mis acciones. Todos tenemos elecciones erróneas. En ese preciso momento, había entendido que cualquier decisión que tomara no terminaría en algo bueno o en mi ansiosa libertad. Debía tomar firmeza y voluntad. 

Ya era hora de expirar mi oscuro trecho de agonía y melancolía. 

Con esto, decido tomar valentía y determinación. 

Por la noche, tomaría lo esencial y entraría a escondidas a la casa de Ethan sin que el supiera. 

No tenía razonamiento exacto si eso era una buena idea o no. 

Debía intentarlo.  

...

11 P.M 

Entre los grandes y frondosos árboles me encuentro arrecostada, esperando. Observo mi reloj, ansiosa. 

Ethan me había expuesto hace cuatro días que sus padres saldrían a una conferencia en el centro del pueblo y que el los acompañaría.

Era mi momento perfecto. 

No pasa mucho tiempo cuando Ethan y sus padres surgen por la entrada principal de su lujoso hogar. Ethan lleva un elegante traje color azul marino al igual que su padre. Su madre un hermoso vestido hasta las rodillas color negro y tacones bajos color plateado. Caminan hasta un automóvil color gris. Se introducen dentro y el mismo comienza a trasladarse hasta finalmente salir del vecindario. 

Al ver rápidamente el automóvil desaparecer dentro de la oscuridad de la noche, cruzo la calle hasta la acera y me apresuro a entrar por la parte trasera de la casa. 

Intento abrir la puerta pero está cerrada. Trato de abrir unas de las ventanas a los costados y también lo están. Empiezo a rodear la casa hasta encontrar una forma de poder entrar por alguna ventana sin ser vista. 

Por suerte, encuentro una ventanilla pequeña abierta en la parte superior de un contenedor de basura. Me subo al mismo y me introduzco en ella con sumo cuidado. 

Aterrizo en el suelo con mucha atención. La casa por dentro permanece oscura y solo entra un poco de luz de los alumbrados por las ventanas y con eso consigo poder sacar la linterna de mi mochila. 

Silenciosamente, comienzo a buscar en los pequeños lugares de la casa algún tipo de información o archivo de Ethan. 

Sin éxito, me lleno de valentía y camino hacía las escaleras. Las subo con absoluto cuidado y llego hasta el final. Lo primero que me permito ver son tres puertas cerradas en la parte derecha del gran pasillo en total oscuridad.  Al otro lado puedo observar dos más cerradas, pero una de ellas se encuentra entre abierta. 

Con mi linterna, alumbro esa parte y empiezo a recorrer el gran pasillo hasta la entrada de la puerta. 

Con mi mano libre, empujo suavemente la puerta para poder asomar mi cabeza en ella. 

Lo único que puedo ver es oscuridad.

Me volteo, observo cautelosamente un encendedor y lo presiono. La habitación se ilumina de manera abrupta proyectando una luz blanca potente y me adentro a ella. 

Escritorios y pizarras con escritos en ellas me reciben por todos lados. Con la mayor rapidez posible empiezo a rebuscar. 

Solo encuentro artículos de comercio del pueblo y de RavenWood. Algunos aparatos electrónicos como computadoras, reproductores y libros. 

Abro uno de los cajones y encuentro utensilios de laboratorio parecidos a los que habían en mi casa aquella noche que Ethan y yo descubrimos.

Tubos de ensayos, microscopios, pinzas, espátulas, entre muchos más. En otro cajón encuentro jeringas con un líquido blanco dentro de ellas. Cojo una deprisa y la introduzco en mi mochila. 

Cierro los cajones cuidadosamente y vuelvo a indagar por última vez por toda la habitación. 

Sin encontrar nada más. Abro la puerta y  la vuelvo a dejar como estaba antes. Camino por el pasillo hasta llegar a las escaleras y bajarlas lentamente. 

Atravieso la sala hasta llegar a la ventanilla por donde entré y salgo cuidadosamente por ella.

Recorro la casa hasta llegar a la cera y caminar hasta mi hogar. 

No había nada. Sólo esa jeringa con ese extraño líquido.

Debía investigar el origen de esa jeringa. Podría ser una pista o una solución. 

Con o sin ayuda de Ethan, debía buscar respuestas a mis preguntas y piezas finales para mi rompecabezas. 

DISTORSIÓN © | #THA2020|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora