DISTORSIÓN © | #THA2020|

Capítulo lll

Ethan 

Algunas veces estimaba que las personas no se lamentaban de su propio sufrimiento. Era como si todo su alrededor fuese un círculo vicioso de incertidumbre rocosa cerrada sin salida. 

Deducía que si apartabas todo lo malo de tu vida, harías alguna diferencia en tu entorno. 

—Debemos decirle—, escucho a través de un agujero en la puerta de mi habitación, en silencio absoluto. 

Dos hombres. Vestidos de negro con capucha. Están hablando entre sí en el pasillo que conecta mi habitación con una pequeña sala de estar. 

—Si le decimos, ella también caerá—, habla el otro hombre. Caminando de un lado hacía otro. Parece preocupado. 

En un momento desprevenido, entra otro hombre. Conjetura alta, su cabello negro color marrón oscuro mojado y completo de pies a cabeza de algo que parece ser polvo. Parece agitado pero al mismo tiempo en paz. 

—Todo está hecho, — continua, caminando hacía una silla reclinable en una esquina de la sala, —No hablará y no perjudicará.

No sabía exactamente de lo que estaban hablando. Ni quienes era. Ni que buscaban. 

—Ambos saben cosas, si llegan a descu...

El hombre alto se levanta de su asiento y se acerca al que está hablando —No va a pasar,— lo interrumpe y continua, —Nuestro plan sigue y acabará mejor de lo que pensé—. 

Con eso, el hombre baja las escaleras de un lado de la chimenea y los otros dos hombres lo siguen. Me doy vuelta y cierro la puerta detrás de mí, arrecostando mi cuerpo de la puerta y pensando a quién se referían con "No hablará, ni perjudicará". 

...

Oscuro.

Un oscuro vacío alberga mi ser y mi mente se llena como un reloj de arena antiguo. 

Estoy sentado al frente de mi gigante casa. Solo, admirando la luz de la luna. Son apenas la una de la mañana. No podía dormir. 

Jade y yo no somos tan diferentes como pensé. 

Paciencia...

Hace unos días estuvimos rebuscando en las oficinas de estudiantes de RavenWood alguna incoherencia o error en el expediente de Jade. Era todo tan extraño que no hubiera algún tipo de diagnóstico clínico o experiencia que Jade hubiera tenido a lo largo de su labor estudiantil. 

Nada. 

Era todo muy confuso. Ella no sabía el por qué se sentía así. No sabía si necesitaba ayuda o sólo era un delirio de adolescente. 

Mi deber era ayudarla. Era poder saber de dónde venía tanta incertidumbre que su alma emanaba y ocasionaba grietas consigo. 

Su mente era una distorsión de pensamiento rotos con una medida de seguridad irrompible. 

Cada vez más quería adentrarme a su entorno. Saber sus debilidades, fortalezas, ánimos, enojos y sobre todo leer su mente. Sería una tarea difícil. 

Habían pasado días en los que no sabía absolutamente nada de ella. Era como si ella solo apareciera cuando la ocasión lo meritaba. Luego de esos días, ella aparecía con una enorme sonrisa de oreja a oreja sin preocupación alguna. 

Sin obtener información ni conocimiento por donde empezar a rebuscar en la mente retorcida de Jade, comenzamos con lo más simple y complejo. 

Su hogar.