Capítulo l

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Jade

Me siento extraña. Recordar su postura, su rostro pulido, esclarecido y su extraña familiaridad hace que los vellos de mis brazos se ericen con tal solo su recuerdo y produzcan un extraño frío en mi cuerpo. Un frío que empezaba en la boca de mi estómago y que iba subiendo a mí cuello hasta provocarme unos intensos escalofríos. Mis cicatrices aun no logran sanar, siguen intactas como el primer día que lo conocí.

Me permito respirar el aire libre que me brinda la naturaleza, la suave y cálida brisa que me abraza. Permanecer en ese cuarto frío y cerrada entre esas cuatro paredes son sofocantes y mi mente se ahoga en llanto y grita por ayuda. Es agotador todos esos pensamientos que cruzan por ella... Ya no puede más.

No pienses más...

No recuerdes más...

No te lastimes más...

Despertar de un sueño es muy fácil. Abres tus ojos y momentáneamente desaparece. En algunos casos lo recuerdas, en otros simplemente quedan pequeñas piezas de ellos que tu mente te hace tener presente en cada momento de tu vida, o en cada oportunidad que se le aparezca.

Pero, un recuerdo alberga todos esos pequeños sueños y se adueña de mi mente. Un pensamiento imposible de apartar y que no deja de atormentarme. Algo, o alguien que no ha dejado de extenderse por mi cabeza desde el primer día que lo vi.

Ese recuerdo es él...

...

Ethan

Nunca fui fan de los viajes. Siempre me hacen pensar en lo triste y solitaria que es mi vida. Pero con el tiempo encontré una manera de alejar ese pensamiento, enfocarme en otra cosa y entendí que lo único que puedo hacer es colocar música en mi reproductor. Aferrarme a la ventana y despedirme de esa parte de mí que dejo atrás y apreciar el camino que me queda por delante.

Mientras me voy alejando, sigo recordando y despidiéndome de cada paso de mi vida hasta que ya no queda más nada por memorizar o despedir. Sólo cierro los ojos y espero a quedarme dormido, esperando que así no tenga que reflexionar en todo el viaje... Lamentablemente esto no ocurre.

Sabía que mi final sería el mismo; me mudo al pueblo Eisfal por los trabajos extra-confidenciales de mis padres y porque desde luego, debíamos cambiarnos de ubicación muy seguido por su ocupación tan exigente.

Bajo la ventana de mi asiento. El aire entrante despeinando mi cabello a los lados. Mi papá va manejando mientras que mi mamá está en el asiento del copiloto sacando fotos al paisaje que nos rodea. Este pueblo tiene muchos más árboles a su alrededor a diferencia de Alemania. Mis padres y yo vivíamos al sur de Alemania, alejados de toda sociedad en una mansión de techo y suelo de madera refinados con muchas habitaciones. La mayoría estaban vacías o cerradas y reforzadas con candados. Puertas de titanio y alrededor placas de metal. Algunas estaban ocupadas con mercancía que los socios de mis padres transportaban todos los días. Pensar en eso me hace recordar algo que me dijo mi padre una vez..

"Ten en cuenta que siempre te apoyaré, siempre seré un padre fiel y te protegeré de cualquiera que quiera hacerte daño..."

Hasta ahora ha cumplido su palabra.

Nunca he permanecido en un instituto de manera permanente. Cada año ha sido uno diferente, nuevos amigos, nuevos vecinos, nuevas caras, nuevas personas que al final termino olvidando. Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas y mi corazón se achica de solo pensar que está será mi vida y que nunca podré tener un lugar al que pueda llamar hogar.

Llegamos a nuestro destino. Una casa en una urbanización a 20 minutos de mi nuevo instituto. Es muy sencilla pero tiene un estilo arquitectónico del siglo XXl que la hace resaltar de todas a su alrededor. Tiene un inmenso patio con una larga y ancha piscina, con algunas pequeñas macetas con flores con Margaritas dentro posando en torno a la casa. Me permito admirar el paisaje y los inmensos árboles que rodean la casa. Me quedo observando una casa al fondo. Grande y arquitectónicamente magnifica, color miel con toques de gris a los contados de las ventanas. Grandes árboles adornan su alrededor y no solo el paisaje de esta me llama la atención.

DISTORSIÓN © | #THA2020|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora