Capitulo 15

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Con una toalla tapando mi cuerpo salí del cuarto de baño. Vi a Jesse sentado en frente de la cama atando sus zapatos Nike blancos combinados con una camisa blanca un poco ajustada con una cazadora negra y jeans de mezclilla.

—Nathaniel está en la piscina del hotel, necesito que lo distraigas una hora para que yo pueda sacarle información a Denova, acuérdate de usar la venda para el brazo—dijo de la nada sin apartar la vista de sus zapatos. Denova es la mano derecha de Nathaniel, su confidente; es alto y robusto como un Popeye de Pablo Escobar, y da miedo.

Camine hacia mi maleta y saque un traje de baño que me dió Maddi, solo una vez use uno y tenía como ocho años.

Jesse salió de la habitación y yo me apresure en arreglar para ir con Nathaniel.

Nathaniel es más egocéntrico de lo que alguna vez llegue a pensar.

Ya pasó la hora que Jesse dijo y no se aparece a sacarme de este martirio.

Estaba sentada en una reposera con la piscina en frente y un solazo de compañía, por eso los lentes negros.

—Tengo veinte yeguas y treinta caballos de raza, una finca en México y otras tres por Colombia, Argentina y Venezuela. Soy socio de los países pobres ahí venden la yerba a un buen precio... Pobre gente.—sonrió de mala gana disimulando haber escuchado todo que dijo.

Ahora habla de política, estoy que me mato...

—Si pobre gente.— cerré los ojos mientras sentía como me "bronceaba" bajo el Sol pero con unos cuarenta minutos aquí y ya era tostada quemada, quedaría como tú conciencia... Negra.

—Disculpa Nathaniel debo llevarme a mi prometida—senti unos brazos cargarme como novia. Hice una mueca de asco, ya no me gustaba estar tan cerca de él—Estaba arreglando unos negocios y quiero disfrutar el tiempo que nos queda aquí, con ella.

—No te preocupes Luke entiendo. Jenny fuiste de muy buena compañía.— esa sonrisita se me está haciendo la más falsa de el mundo.

—Fue un placer Nathaniel.—sonreí de igual manera. Jesse tomo de mi cartera, me la dió y empezó a caminar hacia el interior del hotel. Mire el cuello de su camisa y tenía sangre, moví un poco su cazadora para ver la camisa y tenía mucha más sangre.

—No me digas que lo has matado.—susurre mirándolo.

—No podemos hablar aquí—me bajo cuando entramos al ascensor—¿Que se supone que te pusiste?¿Cómo llevas puesto eso?—me miro como si estuviera desagradable.

—Tambien machista saliste.—susurre arrimadome en una esquina de el elevador cansada.

—Machista no, te estoy diciendo que no puedes ponerte eso y menos con uno de los narcotraficantes más peligrosos.—Lo mire confundida.

—¿Y a ti que te importa? Si me hace algo es mi problema, me se defender, además que me vista así no tiene nada que ver si provocó a los demás, los calientes son ellos no yo.—sali molesta del ascensor y camine a la habitación.

—Mañana nos iremos, ya se donde está la mercancía y los ocho niños.—dijo cerrando la puerta de la habitación y quitándose la cazadora.

—¿Que has echo con Denova?—pregunte sentada en la cama viéndolo seria.

—Lo que debí hacer cuando llegamos... No hemos hecho más que perder el tiempo, esto lo debí de hacer el primer día.—se quito la camisa enfrente de mi. Ya se le está haciendo costumbre también eso. Me quede viendo mis pies.

Pobre hombre aunque... Ya ni sabia que pensar.

—¿Que haremos con Buzolic?

—Mañana sabrás. A las once tienes que estar en el estacionamiento dentro de este coche. Le das al botón y sonará el auto en el que no iremos, ahora escuchame.—aclaro dándome la llave—Si son las 11:05 y yo no llego te vas, el auto que prepare tiene la ubicación donde está la mercancía con los niños, no vuelvas por mi ¿Entendido?—dijo pausadamente asentí confundida pero a la vez temerosa por lo que podría pasar.

Buscando una segunda razón.✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora