El irlandés (Jimmy x Frank)

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Jimmy y Frank compartían habitación de hotel. Eso le hacía sentir más seguro a Jimmy. Cada uno dormía en una cama individual al lado de la otra, separadas por un par de mesillas de noche. Frank hablaba por teléfono con su mujer para contarle que todo había ido bien mientras Jimmy se cambiaba de ropa en el baño. Después los dos se quedaron uno en frente al otro hablando. Jimmy le pidió a Frank que fuera miembro de su unión. Cuando escuchó que su amigo aceptaba y se sentía honorado, notó una punzada de alegría en el pecho.
—Te quiero. Lo sabes—se le escapó. Pero igualmente se levantó y abrazó a Frank—Te quiero. No sabes cuánto.
Se fue a separar del abrazo y volver a la cama, pero al notar una de las manos de Frank sobre su mejilla se quedó parado. Lo miraba con dulzura. Se podía notar en sus ojos que lo deseaba. Frank levantó un poco el cuello y cerró los ojos, uniendo sus labios y los de Jimmy en un beso. Jimmy se lo siguió, y se inclinó para tumbarlo sobre la cama.
—Sé cuánto me quieres. Porque yo siento lo mismo—dijo Frank.
Los dos siguieron besándose durante un largo rato. Eran besos llenos de cariño y nostalgia por haber tardado tantos años de amistad en poder expresar lo que sentían el uno por el otro. Frank estaba recostado en la cama mientras Jimmy estaba abrazado sobre él. Frank le desabrochó un botón de la camisa del pijama. Inconscientemente, a Jimmy le recorrió un escalofrío por la espalda.
—Si no quieres, no tenemos porqué hacerlo—dijo Frank.
—No, no es eso. Sí quiero. Pero... ahora mismo es tan real algo que llevaba tanto tiempo esperando... parece un sueño.
—Es real. Créeme que es real.
Los dos volvieron a besarse. Frank siguió desabotonado la camisa del pijama de Jimmy mientras él le pasaba la lengua por el cuello. El ambiente entre los dos se fue tornando cada vez más caliente. Los dos deseaban eso con todas sus fuerzas. Se deseaban el uno al otro. Jimmy le quitó la camisa a Frank mientras él repartía besos por sus mejillas, frente y nariz. Acabaron deshaciéndose de los pantalones y ambos se quedaron mirando el uno al otro, totalmente desnudos.
—¿Cómo...cómo lo hacemos?—balbuceó Frank.
Jimmy se encogió de hombros e hizo una mueca que hizo reír a Frank.
—¿Qué te parece sí...?—empezó a hablar Jimmy mientras repartía besos por el torso de Frank.
Su boca acabó llegando al pene erecto de Frank. Nunca había lamido uno, pero su mujer a él sí, por lo que más o menos sabía lo que tenía que hacer. Respiró hondo y se lo metió de una vez hasta donde pudo. El gemido que soltó Frank le dio a entender que aquello le gustaba, por lo que repitió el movimiento varias veces. Inconscientemente, Frank enredó los dedos en el pelo de Jimmy, y le penetraba la boca cada vez más lascivamente. Después lo agarró por las mejillas.
—Ahora te toca a ti...—dijo Frank.
Recostó a Jimmy en la cama, con la cabeza a los pies de la cama. Frank pasó la lengua por todo el miembro de Jimmy y después se lo metió en la boca. Frank se agarró a ambos lados de la cama y restregaba la cabeza sobre las sabanas.
Después Frank levantó la cabeza y besó a Jimmy. El pene de Frank rozó la entrada de Jimmy, a lo que los dos tuvieron un pequeño escalofrío.
—Ve con cuidado...—le pidió Jimmy.
—Si te hago daño me haces parar.
Jimmy asintió con la cabeza. Frank le besó para intentar que pensara en otra cosa mientras lo penetraba con cuidado. En el beso notó que Jimmy emitía un leve gemido al estar siendo invadido.
—¿Bien?—preguntó Frank.
Jimmy asintió otra vez con la cabeza.
—Muévete, por favor—pidió Jimmy en un suspiro.
Frank empezó a entrar y salir lentamente, mientras los dos gemían. Jimmy movió las caderas, pidiendo inconscientemente que fuera más deprisa. Frank aumentó la velocidad de sus embestidas y con ellos también fueron a más los gemidos de ambos.
Finalmente llegó el orgasmo para los dos. Jimmy se manchó el abdomen con su esperma y Frank se corrió dentro de Jimmy. Frank salió de Jimmy y se tumbó a su lado. Apoyó la cabeza en el hombro de Jimmy y le besó en el cuello. Cogió una de las mantas de la cama y los tapó a ambos.
—Te quiero...

Al Pacino X  Robert De Niro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora